Yuri Dolgoruki, el fudador de Moscú, obra de V. Vereshchagin
Dominio públicoEl príncipe Yuri Dolgoruki de Súzdal invitó el príncipe Sviatoslav a la ciudad de Moscú. “Ven a mí, hermano, a Moscú”, escribió Yuri según aparece en el antiguo Códice de Hipacio. Yuri ofreció una gran fiesta tras la llegada de su invitado, lo que prueba que Moscú era un gran lugar para la fiesta, ya en la Edad Media.
El Kremlin blanco de Moscú, obra de Eduard Gaertner
Dominio públicoMoscú fue cambiando a medida que aumentaba su poder. El fuerte del Kremlin, situado en el corazón de la ciudad, originalmente fue de madera pero Dmitri Donskói (que reinó entre 1359 y 1389) reconstruyó los muros con piedra caliza y así la ciudad recibió el epíteto de belokámennaia (la de piedra blanca).
Pero la piedra caliza le pareció frágil a Iván III, que volvió a reconstruir el Kremlin en 1485-1495 utilizando arquitectos italianos, que hicieron muros de ladrillo rojo y le dieron la apariencia que se ve actualmente.
Ivan the Terrible, obra de S. Rostvorovski (1858-1888)
Museo de Bellas Artes de EkaterimburgoTras décadas de luchas políticas, guerras e intrigras, Moscú se convirtió en la fuerza política dominante de Rusia. Iván el Terrible asumió un nuevo título y se coronó a sí mismo como zar (literalmente 'césar'). Moscú ahora gobernaba un país con puño de hierro y se autoproclamó la Tercera Roma, la última esperanza de la civilización ortodoxa.
La Plaza Roja con la Catedral de San Dasilio en el centro, obra de Fiodor Alekséiev
Gelería TretiakovAunque no sea la iglesia más grande de Moscú, la catedral de San Basilio – llamada oficialmente la catedral de Pokrovski – es la más icónica de todas. Domina la Plaza Roja y encarna el espíritu ecléctico de la ciudad. El edificio se compone de nueve pequeñas capillas, cada una dedicada a un santo. Iván el Terrible ordenó la construcción del templo tras la conquista del janato de Kazán, lo que hizo que los territorios de Rusia se expandieran hacia el este.
Kuzma Minin, obra de Mijaíl Peskov
Museo de Arte de SamaraDurante los duros años del Periodo Tumultuoso, a principios del siglo XVII, el ejército polaco tomó Moscú. Una de las facciones que competía por el trono lo había invitado a Rusia. Hasta 1612, cuando las milicias lideradas por Kuzma Minin y Dmitri Pozharski liberaron la ciudad, los moscovitas vivieron bajo ocupación extranjera. Poco después de su victoria comenzó una nueva era: Mijaíl Romanov se convirtió en zar en 1613.
La plaza Senátskaia en San Petersburgo, obra de K. Ludwig
Museo del HermitageMoscú perdió el estatus de capital cuando Pedro I, admirador de su recién construida San Petersburgo, hizo a la ciudad del norte capital de Rusia. Aunque esto no implicó que dejaran de pasar cosas importantes en la antigua capital, donde los emperadores seguían coronándose.
El primer edificio de la Universidad Estatal de Moscú
Dmitri SmirnovEste año se fundó la primera universidad en la historia de Rusia. El científico Mijaíl Lomonósov fue la personalidad que impulsó la creación de la institución. Todavía hoy la Universidad Estatal de Moscú sigue siendo la primera del país.
La Grande Armée de Napoleón despues su derrota militar en Rusia, obra de Jean-Louis-Ernest Meissonier
Dominio públicoLa Grande Armée de Napoleón Bonaparte invadió Rusia en 1812. Tras meses de batalla el emperador francés consiguió hacerse con Moscú. Aunque no fue una victoria, porque la ciudad había sido abandonada y poco después de la ocupación comenzó un gran incendio.
Los moscovitas prendieron fuego a la ciudad porque estaban dispuestos a echar a los franceses de la manera que fuese. Y lo consiguieron. Napoleón abandonó Moscú poco después y fue obligado a retirarse.
La calle Gorki (ahora Tverskaia) durante los tiempos soviéticos
Fiodor Kislov/TASSEn 1918 los bolcheviques volvieron a hacer de Moscú la capital del país, pero esta vez del nuevo estado socialista. Moscú tenía que cambiar así que los bolcheviques no escatimaron esfuerzos en la modernización de la ciudad que tenía que acomodarse a la nueva ideología estatal.
Se demolieron numerosas iglesias, incluida la catedral de Cristo Salvador. Las autoridades soviéticas también cambiaron la planificación urbana: derribaron calles antiguas y ensancharon las arterias principales, entre ellas la calle Tverskaia y Novi Arbat. También lanzaron un nuevo sistema de transporte y en estas décadas de principios del siglo XX aparecieron en Moscú los autobuses, los trolebuses y el metro.
El desfile militar en la Plaza Roja, el 7 de noviembre de 1941
Samary Gurary/TASSLa batalla se prolongó entre octubre de 1941 y enero de 1942. Supuso la primera derrota de los nazis en la Gran Guerra Patria (1941-1945). Las tropas de la Wehrmacht ya habían penetrado en el territorio soviético y se enfrentaron a un férrea resistencia en las afueras de Moscú.
Se trata de una página heroica en la historia de Moscú. Durante la celebración del aniversario de la revolución de octubre (el 7 de noviembre) de 1941, el ejército alemán estaba a unos pocos kilómetros de la capital, pero aun así se celebró un desfile. Los soldados fueron directamente desde la Plaza Roja hasta la línea de frente, donde fueron capaces de detener a un enemigo feroz. La capital soviética se mantuvo sin ser conquistada.
Mishka en la ceremonia de clausura de las Olimpiadas de verano de 1980, Moscú
Semion Maisterman, Nikolái Naúmenkov/TASSEl mayor evento deportivo de la historia de la ciudad, las Olimpiadas de verano de 1980, se celebraron en un clima de agitación geopolítica. Tras la invasión soviética de Afganistán en 1979, alrededor de 50 países boicotearon las Olimpiadas.
A pesar de ello los Juegos Olímpicos fueron un éxito y Mishka se convirtió en una de las mascotas deportivas más reconocibles. Muchos lloraron durante su despedida en la ceremonia de clausura.
Una parte considerable de la infraestructura deportiva de la capital, incluyendo el complejo Olimpiski – el mayor campo de deportes cubierto de Moscú – se construyó para este evento.
Los soldados rusos en el tanque cerca del Parlamento ruso en Moscú, 1993.
APEl descontento político a principios de los años 90 no dejó indemne a Moscú. En 1991 la ciudad fue el escenario de un intento de golpe de Estado de los comunistas de la línea dura contra Mijaíl Gorbachov. El golpe fracasó cuando el ejército se unió a los que protestaban.
En 1993 Moscú volvió a ser escenario de la violencia. El conflicto entre Borís Yeltsin y el Parlamento derivó en unos enfrentamientos que dejaron 120 víctimas mortales (aunque todavía se desconoce el número exacto). El ejército apoyó a Yeltsin que disparó con tanques contra el Parlamento, por primera vez en la historia de Rusia.
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