7 cosas que simbolizan a Rusia... ¡y no son osos!

Cultura
OLEG YEGÓROV
En el país eslavo hay mucho más que osos que tocan la balalaika y beben vodka de los samovares. Descubre la lista de las cosas más rusas que hemos hecho, en base a las opiniones de diseñadores y periodistas.

1. AK-47 (rifle automático Kaláshnikov)

“Si tuviera que elegir un símbolo de Rusia, solo uno, probablemente escogería el AK-47”, afirma el diseñador Alexánder Elzesser, fundador de la marca de souvenirs Heart of Moscow (Corazón de Moscú). “Aunque para obligarme a hacerlo, primero tendrías que ponerme una pistola en la cabeza, de lo contrario, sería imposible escoger solo una cosa”.

Elzesser bromea, pero es cierto que el AK-47 sigue siendo una de las marcas rusas más reconocidas. El rifle se utiliza en todo el mundo, para bien y para mal, desgraciadamente.

2. ‘Jrushchiovka’ (apartamento prefabricado ruso)

En los años 50 y 60 del siglo pasado se construyeron en toda la URSS gran cantidad de edificios baratos (aunque no siempre alegres) de hormigón. Las construcciones comenzaron durante el mandato de Nikita Jrushchov (1953-1964). No son, lo que se dice, palacios, sino que servían para garantizar al pueblo soviético un nivel básico de vivienda.

Hoy en día, las jrushchiovkas pueden parecer feas y que están en malas condiciones, pero todavía se pueden encontrar por todas partes. “Crecí en una pequeña ciudad cerca de Moscú, en una jrushchiovka”, dice el diseñador Vladímir Lifánov. “Una vez, en un viaje de trabajo, tuve que cruzar todo el país. En un remoto pueblo del Lejano Oriente vi la copia exacta de la casa en la que crecí... Fue entonces cuando me di cuenta de cuál es el verdadero símbolo de mi país”.

3. Ensalada Olivier (ensaladilla rusa)

Aunque recibió su nombre por un chef belga que solía trabajar en Rusia, la ensalada Olivier echó profundas raíces en nuestro país y es el plato tradicional que toman casi todas las familias en Nochevieja. “Creo que esta ensalada es como un símbolo de Rusia. Es complicada y al principio no parece muy agradable (y no muy sana, con toda esa mayonesa), pero cuando la pruebas, te das cuenta de que te has enamorado. Lo mismo ocurre con Rusia”, explica Vladímir Lifánov.

4. Cheburashka

Esta criatura única diseñada por Eduard Uspenski (autor de literatura infantil fallecido en agosto de este año) es un icono para numerosas generaciones de niños soviéticos y rusos. “Este pequeño animal, peludo, torpe y de una especie desconocida, con sus grandes orejas y tiernos ojos simboliza la sinceridad y la honestidad que pueden superar cualquier mal”, escribió el crítico Konstantín Milchin en la revista Expert. La popularidad de Cheburashka es realmente atemporal: creado en 1966, fue la mascota de la selección rusa en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014 y todavía es muy conocido en Japón.

5. Chal ruso

En realidad, hay gran cantidad de variedades de esta prenda hecha a mano (desde Oremburgo a la región de Moscú, entre otras). Escoge cualquiera de ellos, todos basados en la artesanía tradicional rusa, que se remonta a los tiempos antiguos. Diseñadores contemporáneos, como Denís Simachiov, explotan esta tradición y la han convertido en parte de la industria de la moda internacional. “Las modelos los llevan al cuello o sobre los hombros, algunas incluso utilizan los motivos del chal para hacer bolsos”, escribe la bloguera de moda Elena Lárina.

6. Sputnik

La palabra rusa para “satélite” se ha incorporado al español, lo que supone una muestra inequívoca del enorme logro que supuso el lanzamiento y puesta en órbita del primer satélite artificial en 1957. “Aunque causó pánico en Occidente, en un momento de apogeo de la Guerra Fría, la marca Sputnik no sólo era temible, sino también conmovedora”, señala Konstantín Milchin. “Una bola de metal con antenas como si fueran una cola, volando sola en el frío eterno...”.

El Sputnik está arraigado en la cultura internacional: dio el sufijo a la palabra en inglés beatnik, en referencia a los autores de la generación beat de los años 50 en EE UU y Haruki Murakami tituló una de sus novelas, Sputnik, mi amor.

Parece que no hay nada mejor que el spútnik para ser ruso e internacional al mismo tiempo.

7. ‘Válenki’

“Las botas de fieltro rusas, llamadas válenki, son el mejor símbolo de nuestro país”, dice Vladímir Lifánov. “¿Por qué? Pues porque, como todos sabemos, Rusia es enorme, casi imposible de abrazar de una vez. Pero si te pones tus válenki y te vas, te ayudará a recorrer y ver todo el país”.

Por muy romántica que sea esta versión, tiene sentido. Tal vez no se vean válenki el centro de Moscú (especialmente en verano), pero si vives en un pueblo remoto y fuera de la casa hay un invierno helador, ponte tus válenki y el frío ya no te dará miedo.

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