El Sputnik, el satélite soviético que abrió una nueva era para la humanidad hace 60 años

El satélite de prueba soviético Sputnik-1.

El satélite de prueba soviético Sputnik-1.

AP
El 4 de octubre la humanidad comenzó la era espacial con el lanzamiento del Sputnik-1, el primer satélite artificial de la historia. Presentamos una serie de interesantes datos sobre lo que ocurrió hace hoy 60 años.

El Sputnik se lanzó para que coincidiera con el Año Internacional de la Geofísica. Se trataba de un periodo solar que el Consejo Internacional de Uniones Científicas pensó que sería ideal para el lanzamiento de satélites artificiales con los que estudiar la Tierra y el Sistema Solar.

El satélite soviético era visible con prismáticos antes del amanecer y tras el anochecer. Su órbita elíptica o el punto más alejado de la Tierra era de unos 940 km y el más cercano de 230 km.

Las señales de radio que el Sputnik transmitía a la Tierra eran tan potentes que las podía captar un operador de radio amateur. Pasaba por encima de EE UU varias veces al día así que los ciudadanos de EE UU que tuvieran acceso a ese equipamiento eran capaces de oír el pitido del aparato soviético sobre sus cabezas.

Réplica del Spútnik-1 en el Museo Nacional del Aire y el Espacio de EE UU.

El Sputnik era diez veces más grande que el primer satélite planeado por EE UU, el Explorer, que estaba planeado para ser lanzado al año siguiente. Finalmente se puso en órbita el 31 de enero de 1958. El Sputnik fue el inicio de la carrera espacial y estimuló el desarrollo de la industria espacial estadounidense para que hiciera un esfuerzo con el objetivo de alcanzar los logros tecnológicos de los soviéticos.

Las baterías del satélite superaron todas las expectativas. El Sputnik contaba con tres baterías de plata zinc, diseñadas para operar durante dos semanas, pero el satélite siguió mandando señales de radio durante 22 días. El Sputnik finalmente ardió en la atmósfera el 4 de enero de 1958.

El Sputnik desencadenó un periodo de miedo y ansiedad entre las naciones occidentales. Había miedo de que los soviéticos crearan misiles balísticos que pudieran transportar armas nucleares desde Europa del Este hasta EE UU. El satélite propició la creación de la NASA, termino acuñado por el presidente de EE UU, Dwight Eisenhower. 

Sputnik Planitia, una cuenca cubierta de hielo en Plutón.

Una cuenca cubierta de hielo en Plutón, Sputnik Planitia, recibió su nombre en recuerdo del primer satélite. Tiene un tamaño de unos 1.050 km de largo por 800 km de ancho. La mayor parte de Sputnik Planitia se encuentra en el hemisferio norte pero también se extiende a lo largo del ecuador.

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