Todo lo que querías saber sobre la Revolución rusa

Historia
OLEG YEGÓROV
Llega octubre y se acerca el centenario de la Revolución de 1917. Fue uno de los eventos históricos más importantes de la historia del país. Compilamos datos básicos para entender los días que estremecieron al mundo.

La Revolución de febrero de 1917 acabó con el reinado de 300 años de la dinastía Romanov y terminó con la monarquía rusa para siempre. El pueblo, harto de la autocracia, derrocó a Nicolás II y tras varios meses de lucha política, los radicales de izquierda −conocidos como bolcheviques− se alzaron con el poder. Los comunistas gobernaron Rusia durante casi 70 años.

¿Por qué la Revolución de octubre ocurrió en noviembre?

Vayamos por partes, el hecho de que la Revolución de octubre ocurriera en noviembre (y la Revolución de febrero, en marzo) descoloca un poco. Se debe a la manera de determinar las fechas. Hasta 1918 en Rusia se utilizó el calendario juliano, que va dos semanas retrasado respecto al georgiano, el que se utiliza en gran parte del planeta.

Una de las primeras cosas que hicieron los bolcheviques tras acceder al poder fue cambiar el calendario. Al contrario que otras iniciativas, esta agradó y fue más cómoda para los rusos.

¿Por qué tuvo lugar la Revolución?

A los interesados en las teorías de la conspiración les gusta especular sobre las “razones ocultas” detrás de la caída de la monarquía. Algunos creen que fueron los alemanes (que estuvieron en guerra con Rusia entre 1914 y 1917), los británicos o incluso los masones los que tramaron la Revolución.

Aunque los historiadores creen que había razones sencillas y lógicas para el malestar de las masas. Fatigados por la Primera Guerra Mundial, el pueblo deseaba la paz, pero la guerra se prolongaba. Debido a las frágiles infraestructuras, los funcionarios no eran capaces de proporcionar comida a la capital, Petrogrado. Los “disturbios del pan” marcaron el inicio de las revueltas.

Los campesinos, es decir, la mayoría de la población, no estaban satisfechos con el Gobierno. Aunque el zar Alejandro II los había liberado en 1861 al abolir la servidumbre, en 1917 la mayoría de estos antiguos siervos carecía de propiedades a su nombre. Los trabajadores sufrían unas duras jornadas laborales que en ocasiones eran exorbitantes.

Las políticas del zar Nicolás II también fueron determinantes para la Revolución. En primavera de 1917, incluso la realeza consideraba a Nicolás II un mandatario débil y sin talento. La familia real había estado manipulada desde hacía años por Rasputin, un místico al que consideraba santo y era odiado por gran parte de la nación. Cuando ocurrió la Revolución la mayoría de los rusos ya no eran leales a la monarquía.

¿Por qué ganaron los bolcheviques?

En 1917 este partido marxista no era ni el más popular ni el más influyente de Rusia y en la Revolución de febrero los tomó por sorpresa. Su líder, Vladímir Lenin, estaba en el exilio en Suiza junto con otros muchos comunistas. Volvieron a su país lo antes posible y comenzaron a actuar inmediatamente.

El discurso bolchevique caló en el pueblo porque prometían traer la paz y dar propiedades sin que hubiera necesidad de esperar. Afirmaban que el proletariado y los campesinos debían luchar juntos contra la burguesía y el imperialismo. Los bolcheviques creían en su causa y parecían mucho más decididos ante políticos indecisos que mascullaban sobre una asamblea constitucional y la democracia.

Vladímir Lenin, la cabeza del partido, era él mismo una razón para el triunfo. Era una revolucionario audaz y trabajador, que se ganó el corazón de mucha gente con sus discuross e hizo todo lo posible para que el partido se organizase y tomase el poder.

El otoño de 1917 era más popular que el débil Alexánder Kérenski, que dirigía el Gobierno Provisional desde marzo. El intento de los militares por parar a los Revolucionarios y establecer una dictadura de derechas, el golpe de Estado de Kornílov, también fracasó.

Así que el 7 de noviembre de 1917 los bolcheviques lideraron a las masas, tomaron el Palacio de Invierno en Petrogrado y derrocaron el Gobierno Provisional.

Las caras de la Revolución

Además de Lenin hubo otras personalidades interesntes entre los bolcheviques. Por ejemplo, se encuntra el Revolucionario Lev Trostki, que era tan importante como Lenin en 1917. Posteriormente fue él quien organizó el Ejército Rojo con el que los comunistas ganaron la guerra civil rusa. Sin embargo, terminó sus días en el exilio cuando perdió una lucha de poder contra Stalin.

Nadiezhda Krúpskaia, la mujer de Lenin, también fue una importante revolucionaria. Mantuvo su fidelidad a Lenin y al marxismo durante toda su vida y ayudó mucho a su marido, a pesar de los celos que tuvo por su aventura amorosa con otra revolucionaria, Inessa Armand.

Los bolcheviques no temían a nadie porque tenían una larga historia de lucha contra el Estado. Desde la década de 1890 hasta los años 1900 el partido fue ilegal en Rusia y consiguió dinero a través de métodos violentos y poco convencionales.

Tiempo de cambios

Las revoluciones rusas cambiaron el curso de la historia del país para siempre. Algunos de esos cambios fueron trágicos, alrededor de 12,5 millones de personas murieron en la guerra civil y la gente estaba exhausta por la violencia y los continuos cambios de régimen. En esa época aumentó dramáticamente el consumo de drogas.

Pero estos eventos dieron a Rusia una nueva orientación y una nueva imagen. Por ejemplo, el arte de vanguardia está fuertemente asociado con la Revolución y el socialismo ya que los artistas y los bolcheviques se apoyaban mutuamente. La Revolución transformó la sociedad, incluso en la forma de vestir de la gente.

El arte reflejó la Revolución. Se hicieron películas, libros y poemas sobre este tema, y de hecho, todavía se siguen haciendo. Algunos, como el Premio Noble, Iván Bunin, odiaban la Revolución, mientras que otros, como el poeta Vladímir Maiakovski, no podían imaginar su vida sin ella.

¿Cómo fue la reacción fuera de Rusia?

Dicho brevemente, hubo diferentes reacciónes. El periodista estadounidense John Reed, por ejemplo, apoyó abiertamente la Revolución y se mantuvo como un amigo de la URSS hasta su muerte, de hecho, está enterrado en Moscú. Por otro lado, el famoso autor birtánico Somerset Maugham se opuso y trabajó como espía en Moscú para prevenir la Revolución. Fracasó en su intento.

Docenas de extranjeros (sobre todo diplomáticos y periodistas) que fueron testigos de las revoluciones de febrero y octubre escribieron memorias sobre este periodo. “Estoy dispuesto a admitir que Lenin y Trotski son hombre extraordinarios”, escribió el embajador británico a Rusia, George Buchanan.