Uno de los funcionarios musulmanes más destacados de Rusia, Rawil Gaynetdin, que encabeza el Consejo de Muftis de Rusia, desató una gran controversia en marzo cuando declaró que el número de personas que se convertirían al islam crecería en el país durante las próximas décadas.
“Según especialistas cuya competencia está fuera de toda duda, en 15 meses alrededor del 30% de la población de Rusia será musulmana”, dijo.
Según encuestas recientes de la organización de investigación FOM, los musulmanes representan actualmente el 7% de la población (lo que equivale a unos diez millones de personas), aunque varias organizaciones musulmanas son críticas con estas evaluaciones por subestimar el número de fieles. De modo que el supuesto crecimiento de hasta un 30 % ha sorprendido a algunos. Sin embargo, un compañero clérigo de la Iglesia ortodoxa se mostró de acuerdo con la opinión de Gaynetdin.
Previsiones dudosas
“Así es, más o menos. Los musulmanes están dando a luz a más niños [que los cristianos ortodoxos]... Los chechenos, los inguses [musulmanes del Cáucaso Norte] tienen unos ocho hijos por familia”, afirmó Dimitri Smirnov, jefe de la Comisión Patriarcal para la Familia, la Protección de la Maternidad y la Infancia. “Rusia se quedará sin rusos étnicos en 2050. Habrá otros pueblos viviendo aquí: chechenos, ingusetios, árabes”, predijo.
Los estudiosos, sin embargo, no están de acuerdo con este punto de vista. Borís Denísov, demógrafo de la Universidad Estatal de Moscú, dijo al canal de televisión 360: “Es un pronóstico ridículo. Los rusos no son diferentes de otras naciones en cuanto a tener menos niños. Para 2050 Chechenia e Ingusetia también tendrán menos hijos. Es una tendencia mundial”.
En cualquier caso, los musulmanes que viven en Rusia no son extranjeros no bienvenidos, venidos a expulsar a los locales. De hecho, cronológicamente, el islam apareció en suelo ruso hace tanto tiempo como el cristianismo.
Historia del islam en Rusia
La ciudad de Derbent en Daguestán (1.900 km al sur de Moscú) es la ciudad más meridional de Rusia y una de las más antiguas. Fundada en el siglo VI a.C, se trata de la primera ciudad musulmana en el territorio del país. Los árabes capturaron Derbent en el siglo VIII e inmediatamente lo convirtieron en un centro del islam en el norte del Cáucaso. Fue mucho antes de que los rusos, que en ese momento vivían en el norte, se convirtieran al cristianismo ortodoxo, en el año 988.
Durante la época de la Antigua Rus (así es como se llamaba entonces a Rusia), este reino tuvo que coexistir con sus vecinos islámicos y no siempre fue pacífico. La Horda de Oro, un Estado fundado por los descendientes de Gengis Kan, que obligó a los rusos a rendir tributo entre los años 1260 y 1480, fue islamizado en el siglo XIV. Más tarde, cuando los primeros zares unificaron Rusia, lucharon contra los Estados musulmanes que surgieron después de la ruptura de la Horda de Oro.
Fue entonces cuando Rusia adquirió su primera población musulmana, concretamente en 1552. Iván IV (Iván el Terrible) se apoderó de Kazán, la capital de los tártaros, que aún hoy en día es el pueblo musulmán más poblado de Rusia. En los siglos XVI-XVIII, Rusia siguió conquistando territorios predominantemente musulmanes, alrededor del río Volga, en el Cáucaso, en Crimea y, más tarde, en Asia Central. El Gobierno a menudo actuó de manera bastante cruel.
“Los gobernadores rusos, junto con los jerarcas ortodoxos, estaban decididos a erradicar el islam, y demolieron muchas mezquitas y mataron a muchos mulás”, se escribe en la web Kavkazki Uziol. En aquel entonces, todos los Gobiernos actuaban de la misma manera, tratando de imponer su religión en los nuevos territorios.
Solo Catalina la Grande, en la década de 1780, estableció un organismo gubernamental oficial para tratar por igual a los musulmanes del Imperio ruso y permitirles ser una parte legal de la sociedad. Los musulmanes fueron testigos de las mismas etapas que otros grupos religiosos cristianos no ortodoxos en Rusia: un breve período de libertad religiosa después de la revolución de 1905, represiones antirreligiosas durante el período soviético entre 1924-1991 y un tratamiento bastante liberal en la recién formada Federación Rusa.
Diverso y moderado
A diferencia de los cristianos, los musulmanes en Rusia no tienen una administración centralizada. Se trata de una característica común de esta religión: cualquier persona educada, con un buen conocimiento del Corán y de la Sunnah (el registro de la vida del Profeta Mahoma), puede convertirse en predicador y establecer su propia escuela.
“Los musulmanes rusos constan de tres grupos. En primer lugar, los tártaros y los baskirios se asentaron de forma compacta en las regiones del río Volga y los Urales. En segundo lugar, los musulmanes del Cáucaso Norte. En tercer lugar, las minorías musulmanas que se extendieron por toda Rusia, incluidos los inmigrantes de las repúblicas de Asia Central, Azerbaiyán y el Cáucaso Norte”, dice Alexéi Malashenko, director de investigación del Centro de Diálogo de Civilizaciones. “Estos grupos son diferentes desde el punto de vista étnico, cultural e incluso religioso”.
Sin embargo, todos estos grupos utilizan el ruso como lengua de comunicación, incluso en las mezquitas, además del árabe tradicional. El lenguaje común construye un puente entre diferentes grupos islámicos, uniéndolos en un “islam ruso” donde se pueden encontrar varios rasgos comunes.
Según Ígor Zagarin, experto en religión y profesor asociado de la Academia Presidencial Rusa de Economía Nacional y Administración Pública, la mayoría de los musulmanes rusos son sunnitas y suelen tener una interpretación más moderada que los conservadores extremos, como los saudíes.
Los años de coexistencia con la mayoría no musulmana han afectado al islam en Rusia, haciéndolo bastante tolerante. Después de todo, Rusia no solo es musulmana, sino también ortodoxa, católica, budista, etc., y todos los creyentes tienen que aprender a vivir juntos.