Un pintoresco país eslavo en el extremo sur de los Balcanes. Esto es probablemente lo primero que te venga a la mente al escuchar la palabra “Bulgaria”.
Pero, ¿has oído hablar de la otra Bulgaria? ¿La que está en medio de Rusia?
La nación búlgara tiene un “primo” poco conocido, escondido en el interior de la república rusa de Tataristán: Bólgar. Aunque sea menos famosa, Bólgar también tiene una ilustre historia. Y no es para menos, ya que se trata de una de las ciudades más antiguas de Rusia.
Mucho antes de la llegada de las hordas mongolas, la estepa euroasiática estaba dominada por otro gran imperio túrquico: los protobúlgaros. Su estado se concentraba alrededor del mar de Azov (Rusia moderna y Ucrania, actualmente). Conocidos por ser igual de hábiles en la construcción del Estado como en el arte de la guerra, levantaron enormes ciudadelas de piedra allá por donde pasaron. Bajo el legendario mando del kan Kubrat, el imperio protobúlgaro llegó extenderse por gran parte de la costa del mar Negro.
Kan Kubrat y su familia.
Dimitar Gjudyenov/WikipediaSin embargo, tras la muerte de Kubrat, sus cinco hijos separaron el imperio y cada uno dirigió su propio Estado. Los dos más exitosos fueron Asparukh, que fundó la Bulgaria que conocemos hoy, y Kotrag, que se fue hacia el norte, siguiendo el Volga.
Con el tiempo, los búlgaros de Kotrag se establecieron en una agradable finca a lo largo del Volga y fundaron la gran ciudad de Bólgar, una auténtica metrópoli euroasiática. Después de varias campañas contra sus vecinos, los búlgaros del Volga, como vinieron a llamarse, establecieron un vasto imperio en el corazón de Rusia.
En el año 922, el gobernante Aydai Kan se convirtió al islam y se dedicó a la construcción de escuelas coránicas y mezquitas. Mientras tanto, su Estado se convirtió en un importante intermediario del comercio que surcaba la Ruta de la Seda. Las lápidas sepulcrales atestiguan el gran distrito judío y armenio con el que contaba. Viajeros como ibn-Fadlan elogiaron el énfasis que el kan ponía en la educación. Bólgar se convirtió en el centro de la civilización islámica en Europa del Este.
Fundada antes de la llegada de los hunos, los mongoles y los rusos, Bólgar sigue siendo un sitio importante dentro de Rusia. Se encuentra en una tranquila orilla del Volga. La antigua ciudad cuenta con restos de ciudadelas construidas con piedra, mezquitas y tumbas, muestra de que era un Estado con amplios conocimientos de albañilería.
La Bulgaria del Volga está considerada como el origen de los musulmanes que viven a lo largo del Volga actualmente, particularmente los tártaros y los baskirios. Una vez al año, hacen una peregrinación religiosa a Bólgar, que llaman el “pequeño Hach”. Todavía hoy muchos tártaros se consideran, ante todo, búlgaros.
Bólgar no se limita a ser un monumento regional. Es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y está reconocida como parte integrante de la historia de toda la nación. De hecho, Bólgar fue el primer lugar de patrimonio histórico protegido en toda Rusia.
Mezquita Blanca en Bólgar.
En julio de 1722, Pedro el Grande ordenó personalmente al gobernador de Tartaristán que renovara el lugar:
“Señor Gobernador. Durante nuestra estancia en Bólgar, vimos que los antiguos campanarios están en ruinas y deben ser restaurados. Por esta razón, envía ahora doce o quince albañiles”.
La cuestión es que antes de que existiera el Palacio de Invierno, el Kremlin o Nóvgorod ya estaba Bólgar, hogar de una misteriosa civilización que alguna vez dominó Europa Oriental.
Así que la próxima vez que visite Rusia, desvíate un poco y vete a la república de Tataristán para descubrir la otra Bulgaria, que es mucho más importante de lo que imaginabas.
La mejor manera de visitar Bólgar es desde Kazán. Los hidroalas viajan cada día a este lugar pintoresco junto al Volga. El sitio histórico se encuentra convenientemente junto al río y cuenta con un pequeño puerto y un museo arqueológico.
Museo arqueológico de Bólgar.
Serguéi Fomin/Global Look PressLa mayoría de las ruinas que hay en Bólgar son de la época en que fue capital de la Horda de Oro mongola. Mausoleos, palacios, mezquitas e iglesias ortodoxas pueblan el terreno. No dejes de visitar la Mezquita Blanca, la Cámara Negra y el Mausoleo Este, la cámara funeraria de 700 años de antigüedad de la nobleza búlgara. También echa un vistazo a los restos del amplio palacio del kan y el pozo escondido de Gabdrajman, cuyas aguas, según se dice, tienen poderes curativos.
Los nuevos edificios de Bólgar también impresionan. La “Señal Conmemorativa”, un santuario dedicado a la adopción del islam, alberga el Corán impreso más grande del mundo. La enorme Mezquita Blanca es una reconstrucción de la predecesora, destruida en el siglo XV. El amplio complejo es una verdadera joya de la arquitectura tártara.
Prueba la comida tártara. En el lugar hay restaurantes como Zuleika y Genghis Kan, e incluso una especie de McDonald´s tártaro, llamado Tubetéi. En las inmediaciones hay varios hoteles. Si quieres tener más información haz clic aquí.
El islam también está presente en el Cáucaso ruso, aquí te contamos cómo se expandió por esa región.
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