La iglesia católica más grande de Rusia, la catedral de la Inmaculada Concepción, fue construida a principios del siglo XX con donaciones de la diáspora polaca. Consiguió sobrevivir a la persecución bolchevique y a las campañas antirreligiosas. En la actualidad esta iglesia es el principal centro para los católicos en la capital rusa.
Este edificio gótico victoriano resulta algo extraño en el conjunto arquitectónico de Moscú. En la época soviética la iglesia anglicana de San Andrés se utilizó por el sello musical Melódiya como estudio, debido a su buena acústica. En 1994, tras una petición personal de la reina Isabel II, el presidente ruso Borís Yeltsin devolvió el edificio a la comunidad inglesa expatriada de Moscú.
A principios del siglo XX los revolucionarios rusos utilizaron esta iglesia católica para celebrar reuniones secretas, disfrazándose de feligreses. Por eso, cuando tomaron el poder en 1917 no destruyeron la iglesia del Santo Rosario, aunque acabaron cerrándola.
Una de las iglesias protestantes más antiguas de Rusia, la catedral de los Santos Pedro y Pablo, fue construida en 1905. En la época soviética, la catedral fue utilizada como cine, así como por el estudio Diafilm (Filmstrip), lo que acabó provocando la destrucción del interior original. No fue hasta principios de la década del 2000 que la catedral recuperó su aspecto histórico.
Esta iglesia católica en la ciudad de Samara, a orillas del río Volga, contiene algunas de las reliquias sagradas de Martín de Porres, el primer santo mulato de América, y patrón de todos aquellos que buscan la armonía racial.
En el período soviético aquí se encontraba el Museo Histórico Naval de la Flota del Pacífico. En las puertas se colocaron armas mientras que en el altar había un busto de Lenin. Hoy en día, la iglesia recibe ayuda del Gobierno alemán, que la reconoció como parte de la herencia alemana en el extranjero.
Como las otras iglesias de Rusia, esta iglesia católica también fue saqueada durante la Revolución de 1917. Sin embargo, en el año 2000, un joven llamado Albert devolvió tres iconos a la iglesia, así como una cruz. Afirmó que su padre los escondió en secreto durante el caos revolucionario. Aunque se desconoce el destino de los otros tesoros robados.
Así viven los católicos en Moscú.
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