La antigua Rus fue convertida al cristianismo en 988 por obra de Vladímir el Grande, gran príncipe de Kiev. El 28 de julio, el día de su onomástica, los creyentes ortodoxos celebran este acontecimiento, del que se han cumplido 1030 años en 2018.
Poco después de la cristianización de la Rus, en 1054, tuvo lugar el Cisma de Oriente-Occidente, que dividió la Iglesia en oriental (ortodoxa) y occidental (católica). Con el tiempo, estas dos Iglesias adoptaron diferentes maneras de realizar los sacramentos, incluyendo el bautismo. Aquí están las principales diferencias entre el bautismo católico y el ortodoxo.
El bautismo es el sacramento cristiano más importante. Le da a la persona acceso a todos los otros sacramentos, especialmente a la Eucaristía (también conocida como Sagrada Comunión).
En la ortodoxia, el bautismo se puede realizar en infantes (normalmente mayores de 8 días). Los padres y padrinos son responsables, en este caso, de educar al niño en el espíritu de la fe cristiana. Como el bebé todavía no puede participar en la Eucaristía o en el ayuno, los padres del bebé lo harán “por él”.
Si un niño bautizado es menor de 7 años, en la ortodoxia sólo necesitará del consentimiento de sus padres. Para los niños de 7 a 14 años es necesario el consentimiento de los padres y del propio niño, y después de los 14 años, cada uno es libre decidir por sí mismo.
En el catolicismo, se asigna una importancia primordial al libre albedrío: una persona debe elegir conscientemente el cristianismo. Por eso se recomienda realizar el bautismo a una edad comprendida entre los 7 y los 12 años para que los bautizados puedan tomar la decisión por sí mismos. Sin embargo, actualmente el bautismo se realiza generalmente en el plazo de un mes o dos después de que el bebé nazca, o inmediatamente si la vida del bebé está en peligro debido a alguna enfermedad.
El bautismo se realiza casi siempre con agua (con raras excepciones). Según los Cánones de los Apóstoles (siglo IV d. C.), un moribundo que desee adoptar el cristianismo puede ser bautizado incluso con arena.
En la tradición ortodoxa, el bautismo incluye tres sumersiones completas (o inmersiones) en una pila bautismal llena de agua bendita, cada una en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La triple inmersión también simboliza la muerte y el renacimiento de Cristo. El bautismo por derramamiento o aspersión de agua sólo se permite como rara excepción.
Por el contrario, en la Iglesia católica se utiliza normalmente el agua que se vierte (o se rocía) tres veces sobre la cabeza de los bautizados. La inmersión está ganando popularidad desde hace poco.
En las Iglesias orientales, incluyendo las ortodoxas rusas, la crismación es un sacramento (Misterio Sagrado) que debe ser realizado después del bautismo. Se llama así porque se unge al receptor del sacramento con crisma o mirra, un aceite consagrado que fue santificado por los Apóstoles para simbolizar la imposición de manos.
Tanto en las Iglesias católicas como en las ortodoxas, la crismación finaliza el proceso de incluir a una persona bautizada en la comunión. Sin la crismación una persona no puede participar en la Eucaristía.
En la Iglesia católica, la crismación también se realiza después del bautismo, pero no se considera totalmente válida. La confirmación, que cierra el proceso de asociación de la persona con la Iglesia, se realiza sobre niños de 11 a 13 años, a quienes se considera en ese momento como electores conscientes de su fe. La confirmación sólo la realiza un sacerdote con rango de obispo.
Otras partes del bautismo son aproximadamente las mismas en las tradiciones cristianas: ambas incluyen recitar el credo niceno, la denuncia de Satanás (antes del bautizo), y después del bautismo, vistiendo ropa blanca y encendiendo una vela. En la ortodoxia, sin embargo, una parte del pelo de la persona bautizada es cortado, siendo esto un símbolo de confiar a Dios el destino de la persona bautizada.
Pincha aquí para saber por qué los rusos son (en su mayoría) cristianos ortodoxos.
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