20 cosas que no sabías sobre 20 torres del Kremlin (Fotos)

Michael Runkel/Global Look Press
El famoso Kremlin de Moscú es un símbolo de Rusia conocido mundialmente, y detrás de cada una de sus exóticas agujas hay una historia interesante.

1. Los italianos fueron los responsables de la construcción de la mayoría de las torres del Kremlin

Invitar a arquitectos italianos a diseñar edificios no sólo duraderos sino también hermosos era algo común en la Rus de Moscú (el estado predecesor a la Rusia moderna que existió entre los siglos XV y XVI). Iván III (1462-1505), que reconstruyó el Kremlin, cambiando su piedra blanca por el característico ladrillo rojo que conocemos hoy en día, contrató a muchos italianos: Aristotele Fioravanti, Aloisio da Milano, Antonio Gislardi, Pietro Antonio Solari… y fueron ellos quienes diseñaron y construyeron las primeras torres del Kremlin, así como iglesias y palacios dentro de la fortaleza.

Una curiosidad: los rusos de la época tenían problemas para pronunciar los nombres italianos, por lo que la mayoría de esos arquitectos eran conocidos bajo el apellido común de Friazin (que básicamente significaba “italiano”).

2. La Tainítskaia es la torre más antigua

Se trata de una torre modesta (no tan famosa como la Spásskaia, por ejemplo), que se construyó por primera vez en 1485. Tainik significa “un lugar secreto”, y  la torre escondía un camino subterráneo hacia el río Moscova, a través del cual los habitantes del Kremlin podían escapar si la fortaleza caía en manos de alguna fuerza enemiga.

3. En varias torres había iconos

Esto no es ninguna sorpresa, dado el hecho de que Rusia era una nación cristiana devota antes de la Revolución de Octubre. Algunas torres, como la Spásskaia o la Nikólskaia, llevan el nombre de santos o iconos. Al pasar por las puertas de la Spásskaia, todos se veían obligados a quitarse el sombrero. ¿El motivo? Debían pasar bajo una imagen del rostro de Cristo en el exterior de la torre.

Todavía se pueden ver vitrinas de iconos (o sus restos) en varias torres del Kremlin, aunque los iconos desaparecieron en 1917, algo fácilmente entendible.

4. Napoleón voló una de las torres. Pero fracasó en destruir el Kremlin

Cuadro 'Incendio de Moscú' de Víktor Mazurovski (1812)

A Napoleón no le gustó que lo obligaran a evacuar Moscú en 1812 (su ejército carecía de reservas y estaba básicamente hambriento, por lo que tuvo que retirarse), por lo que el emperador francés ordenó que se colocaran explosivos alrededor del Kremlin, como regalo de despedida. Afortunadamente, los franceses fracasaron: una torre (la Vodovzvódnaia) quedó totalmente destruida, varias otras sufrieron graves daños, pero la mayoría permaneció en pie. Las dañadas fueron reconstruidas después de la guerra.

5. No todas las torres tienen una estrella en su punta

Así bajaban el águila bicéfala

Las estrellas rojas reemplazaron a las águilas imperiales bicéfalas en la cúspide de las torres del Kremlin después de la revolución. Estas estrellas se convirtieron en símbolos de la propia Rusia, pero sólo cinco torres las llevan, las más prominentes: la Borovítskaia, la Tróitskaia, la Spásskaia, la Nikólskaia y la Vodovzvódnaia.

6. La mayoría de las torres tienen cuatro lados (excepto tres de ellas)

Esto tiene una explicación: tres torres de esquina, los pilares más importantes de la defensa del Kremlin, fueron construidas con forma redonda: la Vodovzvódnaia, la Moskvorétskaia y la Uglovaya Arsenálnaia, mientras que todas las demás están construidas dentro de las murallas, por lo que son de cuatro lados.

7. Una de ellos lleva el nombre de un noble ejecutado

La torre Beklémishevskaya y la Petróvskaya (a la derecha)

La torre de Beklémishevskaia es ahora más conocida como Moskvorétskaia (por el río Moscova), pero las cosas eran diferentes en el siglo XVI. Iván Beklémishev, un boyardo rico e influyente, tenía una casa cerca de la torre, dentro del Kremlin, así que la bautizaron en su honor. Pero en 1525 Beklémishev se peleó con Vasili III, príncipe de Moscú, por lo que el gobernante lo hizo ejecutar. El nombre, sin embargo, se mantuvo.

8. La Spásskaia es la más famosa

No hay ninguna duda, esta es la torre más famosa de todo el complejo. Y es que todos los rusos observan esta torre con mucha atención cuando dan la bienvenida al Año Nuevo: alberga el reloj del Kremlin que da las doce, un símbolo del cambio de año.

9. Los rusos no se molestaron en nombrar todas las torres

No todas las torres son igualmente famosas: hay dos cuyos nombres son, literalmente, “la primero” y “la segunda”. Sólo tenían funciones defensivas, y hay poco interés sobre ellas... no hay mucho que leer aquí, sigamos adelante.

10. La Kutafia es, SEGURO, la más rara

Sólo mírala. Es blanca, es bajita e incluso está situada fuera de la muralla del Kremlin. En realidad, se trata de una torre barbacana que fue diseñada para proteger el puente sobre el río Neglínnaia, que une la Kutafia con la Tróitskaia. Ahora, el Neglínnaia lleva mucho tiempo desaparecido (en tuberías subterráneas) pero la Kutafia y el puente permanecen. Los turistas entran en el Kremlin por la Kutafia, y la taquilla está justo al lado.

11. Putin entra en el Kremlin a través de una torre concreta

Es decir, si no usan un helicóptero. Es la Borovítskaia. Históricamente, las comitivas de los líderes pasan por las puertas del interior de esta torre, utilizando las de la Spásskaia sólo cuando hay se están realizando trabajos de reparación en la puerta principal.

12. Sólo una de las torres (excepto la Kutafia) está construida en un estilo diferente

Uno puede notar fácilmente que la Nikólskaia es diferente de sus “hermanas”: originalmente era muy similar a la Spásskaia, pero fue reconstruida en estilo neogótico a principios del siglo XIX, con elementos de filigrana de piedra blanca. Esta torre, que lleva el nombre de San Nicolás (o Nikola), tuvo un destino difícil, ya que fue dañada en la guerra de 1812 y luego durante la revolución de 1917, pero ahora parece estar bien.

13. La Tróitskaia es la más alta

Si contamos la estrella en su cima, la Tróitskaia tiene una altura de 80 metros... Está unida por un puente con la Kutafia, la más baja, de sólo 14 metros de altura.

14. Entre ellas hay una divertida torre… que no es una torre

Se trata de la torre de Tsárskaia, que fue la última torre que apareció en el Kremlin, en 1680. Básicamente, no es una torre en absoluto, ya que no tiene fortificaciones ni tiene sentido en términos de defensa de la fortaleza. Parece un complemento decorativo: cuatro columnas y un techado en medio de la muralla. Cuenta la leyenda que Iván el Terrible, la usaba como punto de observación sobre la Plaza Roja. Por eso su nombre significa “torre del zar”.

15. Una de las torres tenía una campana que fue destruida por culpa de “noticias falsas”

Justo al lado de la Tsárskaia, se encuentra la torre Nabátnaia (“la torre de la alarma”). A partir de 1658, hubo una campana en ella, que se utilizaba para hacer sonar las alarmas en caso de incendio, disturbios u otras emergencias. Sin embargo, cuando hubo disturbios en Moscú en 1771, los rebeldes se las arreglaron para entrar en la torre y hacer sonarla para reunir a la multitud. Después de reprimir el motín, una furiosa Catalina la Grande ordenó silenciar para siempre la campana, y se le quitó el badajo... En 1803, la campana fue retirada por completo.

16. Había una torre que albergaba una horrible prisión

A finales del siglo XVII, el zar Alejo Mijáilovich creó una prisión y varias salas de tortura dentro de la torre Konstantino-Eléninskaia: la gente la apodó la torre Pítochnaia (“de tortura”) en lugar de usar su largo y hermoso nombre. Durante un par de siglos, la torre tuvo mala fama entre la gente de a pie; una leyenda decía que una mancha de sangre aparece de vez en cuando en la pared de la torre...

17. Otra torre todavía alberga una orquesta

La torre de Tróitskaia es la única que está “habitada”: desde los años 20, la banda militar de los guardias del Kremlin tuvo una sala de ensayo en su interior. Y hay todavía más: la Banda Presidencial de la Federación Rusa, que toca para funcionarios rusos y líderes extranjeros durante sus visitas al Kremlin, ensaya aquí.

18. Puedes visitar a Lenin desde una de las torres

Bueno, tú como turista ordinario no puedes. Pero esto fue una opción popular para los líderes soviéticos desde 1948. Hubo varias ocasiones en las que tuvieron que dirigirse a la gente desde el lugar más “sagrado” de la URSS, la azotea del mausoleo de Lenin, pero era bastante incomodo abandonar el  Kremlin y cruzar a pie la Plaza Roja.

¿Cuál fue la solución para este problema? Crear un pasaje desde la torre más cercana del Kremlin, la Senátskaia, hasta el Mausoleo… y el arquitecto Nikolái Vinográdov lo hizo. En la actualidad, el pasadizo probablemente no se usa muy a menudo.

19. La Arsenálnaia es la más segura

Basta con mirar esta torre esquinera: tiene un aspecto muy sólido. De hecho, tiene los muros más gruesos de la fortaleza, de casi 4 metros de espesor. Así que en caso de un apocalipsis zombi es probablemente el mejor lugar para esconderse (si la epidemia de muertos vivientes te pilla dentro del Kremlin de Moscú).

20. Había otra torre del Kremlin (¡dentro del Kremlin!) pero la derribaron

Técnicamente, la torre de Gerbóvaia no pertenecía al conjunto de las murallas del Kremlin, ya que estaba situada en su interior, junto a los palacios y catedrales protegidos por la fortaleza. Pero a pesar de esto, era una torre, y muy famosa, ya que estaba decorada con emblemas heráldicos de ciudades rusas. Desafortunadamente, en el siglo XIX se volvió obsoleta y el gobierno la hizo demoler.

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