La temporada turística en Moscú no acaba nunca. Siempre vale la pena hacer una visita a la capital rusa, sea cual sea la estación del año. Dicho esto, generalmente el periodo más favorable para los turistas suele ser el verano. Cuando sale el sol es posible disfrutar de hermosos paseos por los verdes parques y plazas del centro histórico de la ciudad, tomar un barco a lo largo del río Moscova y asistir a numerosos eventos al aire libre.
En invierno la mejor época es, sin duda, el período previo a Año Nuevo y las fiestas. Durante este momento del año a ciudad brilla como ninguna otra capital en el mundo. Y si cae un poco de nieve, el cuento de hadas es aún más completo.
En temporada baja, sin embargo, el clima puede influir en la impresión que despierta la ciudad. Por lo tanto, no se recomienda el comienzo de la primavera ni el final del otoño, a menos que disfrutes con los cielos grises y nieve que moja los zapatos.
El impredecible clima de San Petersburgo a veces asusta a los turistas. Sin embargo, hay algunos períodos bastante estables en cuanto al clima, e incluso momentos cálidos, lo que hace que la ciudad sea particularmente atractiva para los visitantes.
Según los lugareños, el mejor momento para visitar la capital del norte de Rusia es durante las noches blancas, que tienen lugar desde finales de mayo hasta principios de julio, alcanzando su punto álgido alrededor del solsticio de verano, cuando el sol casi nunca se mete.
También es genial visitar San Petersburgo a principios de otoño. En septiembre el clima suele ser suave y agradable. Los majestuosos parques otoñales, envueltos en follaje dorado, rivalizan con los palacios de la ciudad por su magnificencia.
Aunque la regla de oro a la hora de visitar la ciudad es no olvidarse el paraguas. Llueve en todas las estaciones del año y el agua puede caer cuando menos te lo esperas.
Este anillo de antiguos asentamientos, que se hizo ruta turística a mediados del siglo XX, se encuentra al noreste de Moscú y se extiende por varias regiones. Se recomienda visitarlo a principios de otoño, cuando el clima todavía es agradable, pero menos caluroso y polvoriento que en verano. Además, en esta época ya están abiertas todas las rutas turísticas. También es posible visitar los monasterios ortodoxos y asistir a los servicios religiosos.
Dicho esto, la verdadera belleza de estos pequeños pueblos y ciudades se revela en invierno, durante el auténtico invierno ruso, cuando la nieve cruje bajo los pies y las ventanas están bellamente decoradas con escarcha. En Nochevieja, Navidad (7 de enero, según el calendario de la Iglesia ortodoxa) y Máslenitsa (Carnaval), hay gran cantidad de festivales folclóricos.
La región de Krasnodar y Crimea son hermosas en cualquier época del año. Todo depende de tus preferencias. Por ejemplo, el mejor momento para unas vacaciones en el sur de Rusia es a principios de julio o septiembre. En julio el clima no es tan impredecible como en mayo-junio y es ligeramente más fresco que en agosto. El final del verano también es temporada alta, lo que puede provocar algunas incomodidades.
El invierno, por su parte, es un buen momento para visitar las estaciones de esquí de la región de Krasnodar.
Según los residentes de Primorie, en el Lejano Oriente ruso, el mejor momento para visitar Vladivostok es a finales de agosto y en otoño, cuando el tiempo es más agradable. Además, el agua en el mar de Japón generalmente comienza a calentarse a principios de septiembre, por lo que no hay tantos turistas en las playas.
Se aconseja a los admiradores de la belleza natural de la taiga que opten por principios de octubre. En ese momento el aire es increíblemente transparente: desde Vladivostok es posible ver la península de Peshchani y las islas del archipiélago de la emperatriz Eugenia, que suelen estar escondidas en la niebla.
Los viajeros van a la región de Irkutsk principalmente por el lago Baikal - la reserva de agua dulce más antigua y profunda del planeta. La temporada turística aquí dura todo el año, pero el verano y el invierno son los mejores momentos. Ten en cuenta que el verano aquí es bastante corto, y solo hace realmente calor durante julio y principios de agosto.
En cuanto al invierno, en esta época el lago Baikal es monumentalmente bello. Cuando se congela el agua adquiere un tono muy particular que va desde el azul celeste hasta el azul marino profundo. El hielo es extremadamente suave y resbaladizo, por lo que se recomienda ir en patines. Especialmente para los amantes de las actividades invernales, se hacen pequeñas pistas de hielo por la orilla y es posible alquilar equipos.
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