Por quinto año consecutivo la ciudad rusa de Krasnodar está entre las ciudades de Rusia con mayor calidad de vida. La calle principal de la ciudad parece un parque, hay gran cantidad de comida ecológica en los restaurantes y un tren de alta velocidad te lleva hasta el Mar Negro en tan solo dos horas.
Suelo tomar un tren para ir a visitar nuevas ciudades en Rusia. En esta ocasión voy a Krasnodar, la capital no oficial del sur del país, que se encuentra unos 1.300 km al sur de Moscú y separada por 19 horas en tren. Son las 5:30 de la mañana y nada más llegar me sorprendo: hay una temperatura de 28ºC y brilla el sol. Aquí el verano es tan largo que septiembre es más caluroso que mayo.
Junto a la estación de tren veo una pequeña estatua de Lenin rodeada de minibuses, así como a los conductores pasajeros. Las calles están vacías y las pequeñas casas que hay en las calles principales se esconden detrás de vallas y enredaderas, como en el sur de Europa.
Hay más de 830.000 habitantes en Krasnodar pero a esta hora apenas se ve a nadie por la calle. La ciudad es bastante joven, fundada en 1793, consiguió estatus oficial de ciudad en 1867, exactamente hace 150 años.
En las calles se ven señales de un lugar llamado Ekaterinodar. Se trata del antiguo nombre de Krasnodar, y significa 'regalo de Catalina'. En realidad fueron dos Catalinas las que decidieron el destino de la ciudad: Catalina la Grande que entregó la tierra a los cosacos para que construyeran un fuerte y Santa Catalina de Alejandría, la patrona de la ciudad. En 1930, Stalin trató de eliminar el pasado imperial de Ekaterinodar y la convirtió en Krasnodar: 'regalo rojo'.
Aún así Krasnodar mantiene la memoria de un pasado histórico. Las señales de la calle tienen también sus nombre presoviéticos. La calle Lenin se solía llamar Sobórnaia (de la Catedral) y la calle Sovétskaia era Gráfskaia (del Conde).
Gorros de piel y caballos para los fuertes
Durante siglos Ekaterinodar fue el cuartel militar de los cosacos de Kubán. Tras la guerra contra Turquía y Polonia del siglo XVIII, Catalina la Grande entregó a los cosacos del Mar Negro tierras en la región de Kubán y fundaron su propio fuerte militar y su capital. Se consideró como un regalo por su ayuda en combate.
Fuente: Legion-Media
Tras la revolución de 1917 los cosacos establecieron su propia república en Kubán pero fueron deportados poco después, en los años 20, por el gobierno comunista que los consideraba una amenaza. Muchos de ellos murieron en la hambruna de 1932-33. La represión cesó en los años 30 y las organizaciones cosacas renacieron.
Actualmente los cosacos siguen siendo una organización armada, aunque habitualmente se presentan como los guardianes de las tradiciones. Han abierto museos y están presentes en casi todos los festivales tradicionales con sus bailes y danzas. Además, el Coro de los Cosacos de Kubán hace giras por todo el mundo.
Entre las estepas y Viena.
Al pasear por Krasnodar actualmente no te encontrarás con muchos cosacos, aunque sí que hay gran cantidad de esculturas, gente amable en pantalón corto y con sonrisas en los labios. Supongo que se debe al tiempo. Mientras en Moscú hay una media de 1.730 horas de sol al año, en Krasnodar son 2.100 horas y eso, bien merece una sonrisa.
Fuente: Vitali Timkiv/RIA Novosti
En el centro de la ciudad, entre la calle Krásnaia y la plaza Zhúkov hay una sorpresa. A la izquierda hay un monumental mosaico postsoviético y a la derecha una villa burguesa. En la ciudad se mezclan el estilo neoclásico, el art nouveau y muchos más.
Fuente: Peggy Lohse
Me dirijo al Museo Memorial de Krasnodar, fundado en 1879 por Evgueni Felicin, un cosaco local que fue historiador, militar, científico y se dedicó a las causas sociales. Además de la exposición merece la pena echar un vistazo a la rica decoración interior de la villa Bogarsukov, donde se encontraba el museo a principios de los años 60. El techo es espectacular. Hay representadas escenas caucásicas de la estepa así como ornamentos de oro y plata en estilo vienés.
La parte verde de la ciudad
¿A dónde más ir en Krasnodar? Los locales lo tienen claro. Hay que ir de paseo por la calle Krásnaia, que cruza todo el centro de la ciudad y pasa por casi todos los lugares importantes, lo que incluye la estatua de Catalina la Grande y el Arco del Triunfo. Un gran camino verde lleva al teatro de la ciudad y a una monumental bandera de Kubán.
El Arco del Triunfo en Krasnodar. Fuente: Vitali Timkiv/RIA Novosti
A mitad de la calle necesito sentarme a descansar, a tomar un café y algo de comida. Está lleno de cafés. Mi recomendación es en Gúrievskaia kasha el local llamado Jlébnie istorii, que pertenece a una cadena
En la parte baja de la calle Krásnaia es posible ir de compras y los fines de semana te sorprenderá. Los viernes por la tarde, a partir de las 8, se cierra el tráfico y los peatones, corredores, skaters, músicos y artistas pueden disfrutar del espacio público durante el fin de semana.
El jardín de Catalina es el corazón de la ciudad. Los viejos árboles recuerdan al líder cosaco de Krasnodar, cuya casa se encontraba junto a la carretera en el siglo XIX. Los locales creen que fue aquí donde surgió la ciudad hace 150 años.
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