Echa un vistazo a las ‘Maldivas rusas’ sin tener que viajar al confín del mundo (Fotos)

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RUSSIA BEYOND
La isla Petrov, cubierta de tejos, está situada en un recóndito lugar del mar de Japón. Como dicen los lugareños, la isla es muy selectiva en cuanto a quién permite desembarcar.

La pequeña isla, de un kilómetro de ancho, y que lleva el nombre del oficial naval ruso del siglo XIX Alexánder Petrov, está situada en la punta oriental de Rusia, en el mar de Japón.

La isla fue descubierta por una expedición rusa en 1860, y a finales del siglo XX pasó a formar parte de la Reserva Natural de Territorio Marítimo Lazovski.

Según la leyenda, los tejos que la pueblan fueron plantados aquí hace mil años por piratas chinos, que utilizaban la isla para ceremonias religiosas.

La madera de tejo era en realidad muy apreciada y servía como moneda de cambio en el comercio.

No encontrarás ni un solo árbol recto en la isla Petrov: durante siglos, sus tejos han estado expuestos a fuertes vientos marinos, por lo que todos están torcidos e incluso entrelazados.

Si se sube al punto más alto de la isla, se puede ver por qué se convirtió en una fortaleza impenetrable durante siglos. Las altas y afiladas rocas a un lado y el bravo mar en el otro no dejaban ninguna esperanza para que extraño alguno pudiese moverse en la zona.

El “continente” parece estar a un tiro de piedra, pero esto es sólo una ilusión. Cuando hace mal tiempo, no es fácil desembarcar y la gente afirma que la isla no admite visitantes.

En el “continente” frente a la isla se encuentra la bahía de la Arena Cantarina. Recibió este nombre por el hecho de que, cuando se camina sobre la arena blanca y fina de su playa, hace un sonido parecido a un silbido.

El mar de la bahía tiene un color sorprendente: es azul verdoso, muy vivo y transparente. ¡Un verdadero paraíso para los amantes de las playas!

Sólo un par de miles de turistas visitan este lugar cada año: es bastante difícil llegar hasta ella (está 300 km al este de Vladivostok), hay que pagar para entrar y, además, se necesita un permiso especial para visitar la reserva natural.

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