Situada en las montañas del Cáucaso, la república rusa de Daguestán alberga el punto geográfico más meridional de Rusia y una de sus ciudades más antiguas, Derbent (fundada en el siglo VI a.C.). Derbent, una ciudad encantadora con una atmósfera indescriptible, es en realidad la capital no oficial de Daguestán. Una visita obligada son sus antiguas fortalezas y la mezquita de Juma (la más antigua de Rusia), declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La capital oficial de Daguestán, Majachkalá, es una verdadera Babilonia caucásica. Personas de más de 100 etnias diferentes hablan 60 idiomas aquí (no podemos garantizar que el español esté entre ellos). Los avares son la población más grande, mientras que probablemente también oirás hablar de los lezguinos, padres de la famosa danza lezguinka, que ahora es asociada con todos los bailes caucásicos.
Sin duda, lo más popular entre los viajeros que llegan al Cáucaso es probar la cocina local. Las sopas grasosas, el cordero y la carne de res, shashlik y toda la variedad de productos horneados son absolutamente dignos de ser probados. Pero el plato más auténtico aquí es el jinkal (que no tiene nada en común con las albóndigas georgianas, jinkali). La gente local dice que el jinkal en Daguestán es lo mismo que la pasta en Italia: es servida en todas partes y en docenas de variedades diferentes. Normalmente es una composición elaborada con masa hervida, carne, salsa y caldo.
Por cierto, la ciudad de Kizliar, en Daguestán, es la patria del coñac ruso, amado incluso por Pedro el Grande.
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