1. Nadiezhda Krúpskaia
Fue una comprometida marxista y política. Es sobre todo conocida por ser la mujer de Lenin. Hija de una familia noble de un oficial de San Petersburgo, durante sus estudios en el Gimnasio Femenino se unió a diferentes clubes de discusión, en donde posteriormente conoció a Lenin. Impresionada por sus ideas decidió unirse a él en 1896, cuando estaba en el exilio en Siberia.
Lenin y Krúpskaia se casaron poco después de su llegada a Siberia y se mantuvieron como pareja, más que como un matrimonio al uso. Después de su puesta en libertad, la pareja se trasladó a Siberia. Nadiezhda participó allí en la publicación del diario revolucionario Iskrá, como editora.
En abril de 1917 volvieron a Rusia. Después de que los bolcheviques tomaran el control del país, comenzó a trabajar bajo Anatoli Lunacharski, primer comisario del pueblo para la educación, responsable de la lucha contra el analfabetismo entre adultos. Ejerció como viceministra de Educación durante más de diez años.
Krúpskaia inspiró la fundación del Komsomol y del movimiento de pioneros. En sus memorias Reminiscencias de Lenin escribió sobre los detalles de la vida con el líder revolucionario.
2. Inessa Armand
Fue una feminista y comunista. Destacada figura del movimiento revolucionario y el verdadero amor de Lenin. Armand nació en París, en el seno de una familia artística. Creció en Moscú con su tía y su abuela. A los 19 años se casó con el hijo de un rico industrial textil. Armand y su marido compartían ideas revolucionarias y abrieron una escuela para niños campesinos en Moscú.
Después de que la arrestaran por sus actividades políticas en 1907, pasó un año en el exilio en el norte de Rusia. Consiguió escapar del exilio en 1908 y fue a París, donde conoció a Lenin. Era una mujer de gran carisma, con un gran talento musical, que hablaba con fluidez varias lenguas y estaba realmente apasionada por el bolchevismo. Poco después se convirtió en la mano derecha de Lenin.
Fue Armand quien envió a Lenin para que organizase la campaña bolchevique en la Duma. Después de la Revolución de octubre Armand fue directora de Zhenotdel, una organización que luchaba por la igualdad de las mujeres dentro de Partido Comunista y los sindicatos. También estuvo al frente de la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Comunistas. En 1920 Armand murió de cólera. Contaba tan solo con 46 años.
3. Natalia Sedova
Revolucionaria, conocida principalmente por ser la segunda mujer de Lev Trotski, el revolucionario que fundó el Ejército Rojo y murió asesinado en México.
Provenía de una familia de ricos comerciantes y fue educada en Rusia. Conoció a Trotski cuando contaba poco más de 20 años en una exposición de arte en París. Apoyaba al periódico Iskrá y Trotski era el representante del diario en Londres. Ambos participaron en la Revolución de 1905.
Durante la Primera Guerra Mundial la familia de Trotski viajó por Europa, desde Viena a París, pasando por Zúrich. Sedova y Trostki volvieron a Rusia en mayo de 1917.
Tras la Revolución de octubre trabajó en el Comisariado de Educación y estuvo encargada de los museos y los monumentos antiguos. En 1929, Trotski y su familia fueron expulsados de la URSS y acabaron exiliados en Ciudad de México.
Tras la muerte de su marido en 1940, Sedova se mudó a París donde estuvo en contacto con numerosos revolucionarios en el exilio. Su obra más conocida de esos años es una biografía de Trotski.
4. Alexandra Kollontái
Revolucionaria, mujer de Estado y diplomática. Fue la primera mujer en asumir un puesto como ministra en la historia del país. Gracias a su actividad política las mujeres rusas adquirieron una serie de derechos.
Nacida en Ucrania, creció en San Petersburgo. Tras un matrimonio cuando era joven, se separó y trabajó en numerosas instituciones educativas. Estudió historia en Zúrich y vivió en Finlandia varios años. En 1915 se unió a los bolcheviques y volvió a Rusia, donde rápidamente la designaron Comisaria para Bienestar Social.
Realizó importantes estudios sobre el estado de los derechos de las mujeres en Rusia y comenzó varias reformas que reclamaban la igualdad entre hombres y mujeres. Durante la época de Stalin Kollontái fue diplomática en Noruega, México y Suecia.
5. Larisa Reisner
Algunos contemporáneos la describieron como la “Valkiria de la Revolución rusa”. Se adecuó al prototipo de la imagen de una mujer revolucionaria en el mundo del arte.
Nació en Polonia, en el seno de una familia de un profesor de derecho. Tras recibir educación superior en San Petersburgo Reisner comenzó una carrera literaria. En aquella época publicó en el diario antibélico Rudin, y tras la Revolución de febrero trabajó para el diario del escritor Maxim Gorki, Nóvaia Zhizn.
En 1917 participó en la preservación de monumentos artísticos dentro del Instituto Smolni, como secretaria del comisario Lunacharski. Tras unirse al partido bolchevique se convirtió en una político militar, algo muy poco habitual en la época. En 1919 estuvo en el Comisariado del Cuartel General de la Armada en Moscú.
En octubre de 1923 viajó a Alemania para ser testigo directo de la Revolución y escribió una serie de artículos, que fueron publicados con los títulos Berlín, octubre de 1923 y Hamburgo en las barricadas. Durante su estancia en Alemania se convirtió en la pareja del revolucionario internacional Karl Radek. Tres años después, en 1926, Reisner moría en Moscú. Tenía tan solo 30 años.