Los rusos suelen decir de broma que su bebida nacional no es el vodka sino el té. Se bebe a cualquier hora del día y por cualquier razón. Por cierto, el té calienta mejor que el alcohol. Si no te gusta el té negro, prueba alguna infusión de hierbas o frutas. En Rusia, las bebidas con sabor a hierba de San Juan, hierba de sauce, escaramujo, hojas de grosella negra y arándanos de montaña son muy populares en invierno. Por otro lado, muchas personas recogen hierbas en verano y las secan para el invierno, aunque en estos días se pueden comprar paquetes de infusiones en cualquier tienda o farmacia.
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Es simple: las especias y los condimentos picantes ayudan a acelerar el metabolismo y elevan la temperatura corporal. Una cucharada de rábano picante o mostaza es el complemento perfecto para un sándwich, por la mañana, o para un filete, por la noche. En Rusia, estos condimentos son los tradicionales acompañantes del áspic, una sustancia gelatinosa empleada en la elaboración de platos fríos de jamón, foie gras, mariscos, verduras e incluso frutas.
Para no sentir frío al salir a la calle, comienza el día con un desayuno caliente. Las gachas de trigo sarraceno cocidas al horno son uno de los alimentos básicos de la cocina rusa. Seguir la receta tradicional es más fácil que hacer un huevo frito: basta con verter agua hirviendo sobre el alforfón, envolverlo en un paño de cocina y dejarlo reposar toda la noche. Por la mañana solo tendrás que añadir leche caliente. ¿No te gusta el trigo sarraceno? Prueba la avena de Hércules (mejor con fruta y cocinada durante 20-30 minutos), la avena de sémola con mermelada y nueces, o la avena de maíz tradicional con deliciosa calabaza dulce. Haz click aquí para leer las recetas de gachas rusas.
En invierno, el estómago anhela una copiosa y espesa sopa. En verano, el cuerpo humano se sobrecalienta a causa de esta alimentación, pero cuando hace mucho frío en la calle, el caldo caliente es el mejor radiador interno. Vale la pena probar las recetas tradicionales de los pueblos del norte de Rusia. Ciertamente saben bien sobre las sopas para mantener el calor. ¿Te gusta el pescado? Prueba la ujáde Carelia hecha a base de salmón y crema. ¿Prefieres la carne? Puedes probar el rassólnikcon pepinillos y la sopa de cebada perlada o albóndigas. No olvides agregar nata agria, ya que hace que la sopa más sabrosa sea aún más sabrosa.
Los alimentos fermentados conservan todos los nutrientes y el chucrut quizá sea el plato principal en las mesas rusas durante el duro invierno. Contiene gran cantidad de vitamina C, que se dice que previene los resfriados y fortalece el sistema inmunológico. Además, el repollo se utiliza como base para otros platos, desde sopas hasta ensaladas. Una de las combinaciones para chuparse los dedos son las patatas hervidas calientes con mantequilla y chucrut. Aquí te contamos las recetas de siete encurtidos rusos para el invierno.
El rábano es una verdura tradicional rusa que se consume desde tiempos inmemoriales. No parece nada especial, pero, como el chucrut, contiene mucha vitamina C y es muy saludable. Mientras tanto, los beneficios de la miel son bien conocidos, así que si quieres olvidarte de la tos, las fiebres y todos los inconvenientes de la estación fría, ralla un poco de rábano y echa miel por encima.
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