Chechenia es una opción interesante para unas vacaciones cortas pero activas. Pasa un par de días en Grozni y sus alrededores para ver las majestuosas mezquitas y luego dirígete a las montañas a primera hora de la mañana, especialmente si no has visto antes esta parte del Cáucaso.
Ver el lago de agua dulce más profundo del planeta es una experiencia única. Sí, se puede llegar en coche, autobús o tren eléctrico, pero difícilmente se puede comparar con un viaje en tren de vapor por el ferrocarril Circum-Baikal.
Si quieres sentirte como un personaje de un cuento de Pushkin, no dudes en venir al krai de Altái. Cada año, unos 800 cisnes cantores vienen aquí a hibernar.
Si eres de los que están dispuestos a pasar horas viendo flotar el corcho de tu caña de pescar, no dudes en visitar las afueras de Astracán: allí acuden los amantes de la pesca de toda Rusia.
En el país de la miel, Baskortostán, parece que el olor a melaza perdura en el aire. Cada casa del pueblo tiene su propio colmenar, y las abejas ganan premios en exposiciones internacionales.
¡Kalmukia! En estas tierras se asentó el jaganato jázaro, luego la Horda de Oro, y tras su caída los tártaros esteparios de Crimea y los oiratos vagaron por aquí. También era donde pasaba la parte norte de la Gran Ruta de la Seda.
El sol ya está en lo alto, la meseta del Lago Naki se ilumina con una luz amarilla brillante. Es hora de salir a la carretera. Deja tu tienda de campaña y ve en diferentes direcciones para recoger tantas impresiones como sea posible
¿Recuerdas la sensación de tu infancia, cuando te confiaron salir con tu perro por primera vez en tu vida? La responsabilidad de llevar a tu perro con correa, pero también la emoción de ser arrastrado por tu peludo amigo de cuatro patas para conocer la aventura...
Spa, playa y... ¿un caldero? ¿De dónde salió el caldero? Pues bien, existe desde no hace mucho y desde entonces la playa del pequeño pueblo de Yantarni atrae no sólo a los locales, sino a toda la bohemia hipster del país.