Los gourmets, hedonistas y estetas culinarios son bienvenidos en Kostromá. La ciudad respira literalmente con el negocio del queso: modernas producciones tecnológicas, acogedoras granjas privadas y decenas de tipos de delicias lácteas.
¿Qué ruso no ha soñado con visitar Vladivostok y comer todas las variedades de caviar rojo, calentarse con una ardiente sopa de mejillones o degustar enormes gambas?