Incluso la mayoría de los rusos piensan que la fiesta del 1 de mayo fue instaurada por los bolcheviques como forma de celebrar la “paz y el trabajo”. Sin embargo, ya Pedro el Grande celebró esta fiesta que en realidad tuvo su origen en Alemania.
Los espíritus malignos pueden hacer trastadas con tu dinero (por decirlo de una forma muy simple) o esta es fue de las creencias que hizo que los alemanes celebraran el primer día de mayo. Tradicionalmente, la celebración venía de tiempos tribales, posiblemente muy antiguos. Era el primer mes de su año financiero y, como describe la historiadora Tatiana Biriukova, los alemanes celebraban la fiesta del “Árbol de Mayo” (Maibaum) para ahuyentar a los espíritus malignos y convocar a la suerte.
¿Era la fiesta de mayo la misma en Europa y en Rusia?
Los rusos tenían su propio tipo de celebración del Árbol de Mayo, un rito pagano que se celebraría más tarde el Día de la Trinidad. a principios de junio. El abedul era el símbolo central de este día. Se hacían coronas de sus hojas, se decoraban estos árboles y la gente bailaba en círculos a su alrededor. Rito de paso de la primavera, que marcaba el comienzo de la siguiente temporada agrícola, era también una fiesta tradicional para las jóvenes. En esta jornada, las muchachas hacían votos de amistad entre sí caminando bajo un arco hecho de abedul joven. Se celebraba de forma bastante en otros lugares de Europa.
Con diferentes formatos, la fiesta de mayo existía en todas las sociedades europeas, y el árbol, también, era su símbolo principal. El Árbol de Mayo (en Europa Central y Oriental también era un abedul) simbolizaba el eje del mundo y también hacía alusión al simbolismo fálico (una noción apoyada por Sigmund Freud) y a la fertilidad. La celebración de mayo en su forma europea llegó a Rusia relativamente tarde y fue traída desde el extranjero, en concreto desde Alemania.
¿Por qué los alemanes viajaron a Rusia?
En los siglos XV y XVI, militares, científicos, mineros, etc alemanes comenzaron a llegar masivamente al Zarato de Moscú en busca de un empleo. Eran tantos que en el siglo XVI, bajo el gobierno de Iván el Terrible, se creó un barrio alemán especial en la ciudad de Moscú.
Durante décadas, alemanes, británicos, daneses y holandeses en Moscú procuraron mantenerse en un segundo planos pero a finales del siglo XVII, el nuevo y joven zar Pedro desarrolló un gusto especial por los alemanes. Esto sucedió porque su madre había sido criada a la manera europea, y su padre, el zar Alexéi Mijailovich, tenía muchos intereses en las ciencias y tecnología europeas de la época. Pedro frecuentaba el Barrio Alemán, donde tenía amigos como Patrick Gordon, el primer extranjero en la historia de Rusia al que un zar ruso haría una visita privada (en 1690).
Gordon, un hombre 37 años mayor que el monarca, se convirtió en el principal asesor militar de Pedro y en entrenador de soldados y guardias. Desde entonces, los alemanes comenzaron lentamente a adquirir un nuevo estatus dentro de la sociedad rusa, después de todo, si alguien le caía bien al zar, debía caerle bien a todo el mundo.
La alegre naturaleza del ‘Maibaum’
A medida que más y más alemanes inundaban Rusia, hubo un momento de cierto desenfreno, cuando el Barrio Alemán no pudo acomodar a todos los recién llegados al mismo tiempo, por lo que construyeron una base temporal en el distrito de Sokólniki (entonces, las afueras de Moscú) donde los zares solían hacer cacerías de halcones en los bosques, dando origen al nombre del lugar (sokol, сокол – Esp. “halcón”). Durante un corto tiempo, hubo un lugar llamado “Campamentos Alemanes” en Sokólniki, e incluso cuando todos los huéspedes se habían mudado al Barrio Alemán, seguían regresando a Sokólniki cada mayo para celebrar el Maibaum.
Su celebración no era de ninguna manera tan relajada como la de los rusos. “En Alemania, en la noche de Walpurgis, la gente creía que las brujas, los espíritus malignos y todas las demás cosas malignas se reunían para celebrar una especie de sabbat. Se transformaban en animales, montaban palas y escobas e incluso bailaban en un altar inmundo”, escribe Biriukova. Para asustar a las brujas y a los espíritus malignos, “la gente corría alrededor de sus aldeas sosteniendo almiares de paja ardiente en largos palos, algunos disparando sus armas al cielo”.
¡Mucho ruido! Y mucha bebida- Una combinación perfecta para cualquier celebración rusa. Así que en el siglo XVIII, más y más moscovitas comenzaron a celebrar la fiesta de mayo a la manera alemana, bebiendo y bailando, y escalando el Árbol de Mayo, un alto poste con una corona de flores en la parte superior. A finales del siglo XVIII, esto ocurría no sólo en Moscú, ya que los alemanes vivían en distintas partes del país. ¿Pero cómo evolucionó, por ejemplo, en el corazón de la tradición, en Sokólniki?
Las tablas alemanas
Los “Campamentos Alemanes” comenzaron a ser conocidos como “Mesas Alemanas” a principios del siglo XVIII, porque Pedro el Grande organizaba regularmente un banquete gratuito en Sokólniki para los alemanes y suecos al servicio de Rusia. Y esto se intensificó rápidamente. En 1756, los periódicos de Moscú informaron: “En Sokólniki, debido al buen tiempo, se había reunido tal multitud de gente, que se vieron circular unos 1.000 carros. La celebración continuó hasta altas horas de la noche.”
A principios del siglo XIX, el paseo Sokólniki había perdido su sabor germano y se había transformado en un desfile social moscovita. Todos, desde los más humildes hasta los de alto rango, visitaban el lugar. La lujosa élite, para mostrar su enorme riqueza, y los ciudadanos, para recorrerlo con asombro.
Oficialmente, el paseo Sokólniki fue “redescubierto” por el Gobernador General de Moscú, el elegante Príncipe Dmitri Golitsin (1771-1844). Él mismo era muy extranjero, criado en parte en Europa, tenía verdaderos problemas para manejarse en ruso y cuando hablaba lo hacía con un marcado acento francés. Cada 1 de mayo, Golitson organizaba una elegante procesión de lujosos carruajes que se extendía hasta Sokólniki.
Allí, los invitados recorrían el círculo en sus carruajes. Como escribe la historiadora Vera Bokova, ¡había hasta 3.000 carruajes y miles de personas! El cantante de ópera moscovita del siglo XIX, Pavel Bogatirev, escribió que "estas festividades se celebraban en medio de una columna de polvo en el aire, entre el ruido de la multitud borracha, y la gente salía de allí aturdida por el vino, a empujones y gritando".
Pero el 1 de mayo como Día Internacional del Trabajo fue una fiesta ideológica celebrada en toda la URSS y tiene poca relación con la celebración de mayo que hemos descrito.
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