7 pilares culturales que unen a los rusos en todo el mundo

Estilo de vida
GUEORGUI MANÁIEV
La soberanía, la unidad y el patriotismo son algunos de los valores que unen a la sociedad rusa. Bueno, en realidad, unen a muchas sociedades en todo el mundo. Vamos a examinar algunos valores que son específicamente rusos.

“Los lazos son los vínculos espirituales entre el marido y su esposa”. Así lo expresó la comunista Alexandra Kollontái en su artículo Abrid camino al alado Eros, en 1923. Por su parte, el presidente Putin volvió a usar esa pegadiza palabra en su discurso ante la Asamblea Federal en 2012 (en realidad el significado de “lazos” está más cerca del de “pilares”): “A la sociedad rusa le faltan hoy día lazos espirituales sólidos... todo aquello que nos hacía fuertes en épocas anteriores y lo que siempre era nuestro orgullo”, afirmó el mandatario.

1. Calendario

1 de enero, 23 de febrero, 8 de marzo, 8 de mayo, 9 de mayo... A la mayoría de la gente fuera de Rusia estas fechas no le dicen nada. Pero cualquier persona que haya nacido en Rusia conoce al dedillo el calendario de los días festivos y las celebraciones culturales. Incluso después de emigrar y de dejar de celebrar esos días, lo más probable es que los parientes más mayores envíen fotos de claveles y cintas de San Jorge por Whatsapp el 9 de mayo, Día de la Victoria.

2. Distancias

La mayoría de los habitantes del centro de Rusia se sorprenden cuando los de Tiumén dicen que han volado para visitar a sus parientes “en el país”, con la misma naturalidad que un moscovita habla de un viaje en tren a su dacha en las afueras. Pero incluso las caminatas en Moscú (normalmente ando 3 km después del trabajo) suelen parecer insoportablemente largas a la mayoría de los europeos. Estar acostumbrado a las largas distancias ha sido uno de los “lazos” rusos más importantes desde tiempos inmemoriales. De ahí el amor por los viajes rápidos, señalado incluso por Nikolái Gógol. Hasta el día de hoy, el exceso de velocidad es la infracción de tráfico favorita de los rusos.

3. Hacer todo en el último momento (y salir airoso)

“Fecha límite: ayer”. En las webs rusas de búsqueda de empleo, a menudo se encuentran estas palabras en las descripciones de proyectos freelance, e incluso en algunos trabajos de día. Un estadounidense o un francés vería esto como una broma de mal gusto, pero los rusos lo perciben como una señal de que hay mucho trabajo, o sea, una oportunidad para ganar más dinero.

Parece que los rusos llevan en la sangre hacer todo en el último momento: los estudiantes terminan sus trabajos la noche antes de la entrega, los contables hacen su balance anual en los dos últimos días del año (¿Por qué? ¡Porque el jefe puede cambiar todo en el último minuto!). Incluso algunos estadios para la Copa Mundial de Fútbol de 2018 todavía estaban recibiendo sus últimos retoques cuando los primeros aficionados estaban cruzando la frontera. Lo más importante es terminar. Los plazos son una preocupación secundaria.

Todo el mundo lo entiende, porque el incumplimiento de los plazos y el retraso no se consideran groseros en Rusia, a diferencia, por ejemplo, de Suiza, donde es una falta de respeto hacia los colegas.

4. ‘Avós’

“¿Y si metemos la pata? Espero que no…”. Un ruso usa la palabra avós, del ruso antiguo,en ese caso. La palabra aparece en el códice de Laurencio, la crónica más antigua de los rusos, y denota una vaga esperanza incluso en las circunstancias más difíciles. Antes de los zares, los rusos vivían en una tierra de príncipes que guerreaban entre sí. A los zares les encantaba introducir nuevas leyes que abolían las anteriores y siempre existía la posibilidad de que estallara una guerra. La noción de “derechos humanos” era inexistente, por lo que los campesinos rusos se acostumbraron a hacer todo con el avós en mente. La destreza militar del Ejército ruso se basaba muy a menudo en avós (por ejemplo, la campaña suiza de Suvórov). El avós es, definitivamente, uno de los “lazos” rusos: la inexplicable creencia en la suerte y lo sobrenatural, que ayuda a los rusos a seguir adelante y, finalmente, a ganar (o no).

5. Paganismo ocasional

Tocar madera o un escupir sobre el hombro no son gestos exclusivamente rusos. Pero sentarse antes de un viaje largo, tener miedo a derramar sal, negarse a estrechar la mano o a pasar objetos en el umbral de la puerta, no querer pasar por encima de alguien tirado en el suelo, a no pasar por debajo de las escaleras, a no volver a tomar algo que has olvidado después de salir de casa... Todas estas son supersticiones rusas, arraigadas en el pasado pagano, que han sobrevivido a siglos de tradición cristiana.

Incluso después de la adopción del cristianismo, el calendario ruso conservaba las celebraciones paganas: sviatki (solsticio de invierno) ocupó el espacio entre la Navidad y el Bautismo de Jesús; la noche de Iván Kupala (solsticio de verano) resurgió como el día del nacimiento de San Juan Bautista; y la Pascua reemplazó al Año Nuevo eslavo (que se celebraba en primavera).

6. Acostumbrarse al frío y a la nieve

Mis amigos siberianos se quejan de que sus amigos moscovitas les toman el pelo constantemente. Les dicen: “¿Por qué llevas un gorro aquí y en invierno si eres de Siberia? “Sí, –responden “de Siberia, donde sabemos que es importante vestirse abrigado”.

Pero tampoco tienes que ser de Siberia. A pesar de que no tenemos cien nombres para la nieve como los esquimales, un invierno largo o una fuerte helada no sorprenden a los rusos. Lev Mílov, historiador del campesinado ruso, afirma que el carácter nacional se formó por el clima, que a su vez definió la vida del campesino. Trabajas medio año como una mula, sembrando, y luego hay que cosechar rápidamente antes de que llegue el frío (tal vez esto también tiene algo que ver con nuestro amor por hacer todo justo antes de la fecha límite). La otra mitad del año la pasas acostado junto a una estufa y tienes que inventar cosas y actividades para evitar el último valor ruso: la jandrá, algo similar a la depresión o tristeza.

7. ‘Jandrá

En esto, no tenemos rival. El término ruso jandrá no solo se refiere a la melancolía, sino que también se utiliza para describir a una persona que se siente físicamente enferma.

Aunque a menudo llueve durante semanas en Londres y la melancolía inglesa y la saudade portuguesa lo son por derecho propio, la jandrá rusa forma parte intrínseca de la llamada “alma rusa”. Actualmente en Occidente no está bien visto quejarse constantemente de los problemas. Si tienes algo por lo que llorar, se considera un asunto privado y se te ignorará de manera cortés. Pero en Rusia, ignorar a esa persona, por ejemplo, en el trabajo, se considera grosero y hasta inhumano. Una persona que se queja en voz alta es una persona que pide ayuda a gritos, y lo más probable es que reciba esa ayuda, incluso si es un extraño. Así es el espíritu ruso.

Aquí te contamos otras veinte características del carácter ruso.