Se trata de un famoso gesto, exclusivamente ruso, para beber. Cuenta la leyenda que durante la construcción de San Petersburgo, un artesano ruso ofreció algunos consejos de ingeniería sobre la construcción de la fortaleza de Pedro y Pablo. Como resultado, Pedro el Grande le ofreció al hombre cualquier recompensa que quisiera, así que el astuto artesano le pidió que lo marcara (como a una vaca, literalmente) con una señal que le permitiera beber gratis en cualquier taberna rusa. El tipo entraba, señalaba su cicatriz y se emborrachaba sin pagar nada. No sabemos si la leyenda es cierta, pero el gesto ha sobrevivido hasta el día de hoy (aunque no es la única tradición vinculada al alcohol en Rusia).
A lo largo de los años este particular gesto –que consiste en colocar el pulgar entre los dedos índice y medio– ha sido el equivalente a “hacer la peineta” o “enseñar el dedo medio”. Por ejemplo, en el siglo XIX, un famoso alborotador, llamado Yakubóvich, fue representado con los dedos haciendo el gesto del higo, lo que provocó un gran escándalo.
En Brasil y Portugal se considera un gesto de buena suerte, mientras que en Alemania tiene connotaciones sexuales y es muy ofensivo. En Japón, Corea y China, este gesto también significa la cópula, al igual que en Rusia en el pasado. Pero en la actualidad no es ofensivo. Se usa a veces como gesto para ahuyentar a los espíritus malignos. En la mayoría de los casos, simplemente significa “no obtendrás nada”.
“Ya he tenido suficiente” o “estoy harto”; esto es lo que significa este gesto, y no, no tiene nada que ver con la comida. No puedes usarlo para decir que estás lleno, tu anfitrión pensaría que lo que quieres decir es que ya no quieres probar nunca más sus manjares.
Este gesto ha llegado a Rusia gracias a los memes de Internet. En algunas culturas anglosajonas la gente se cubre los ojos y la nariz con la mano, mientras que el gesto tradicional ruso es un poco diferente. Viene a decir: “¡Qué tonto soy!” o más habitualmente: “Me he olvidado de... (apagar el horno, alimentar al gato, pagar impuestos, etc.)”.
“Cuando nace el bebé de un contador, lo primero que aprende a hacer es juntar los dedos pulgar, índice y medio”, dice un chiste. Este gesto casi no se utiliza, solo se sirven de él las personas mayores, pero durante la época soviética era omnipresente: para pedir u ofrecer un soborno, para demostrar que no tenías dinero o para pedirlo.
¿Sonreímos poco los rusos? Si quieres saber si es así y por qué, lee este texto.
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