¿Se parece a un oso Yeltsin en este retrato?

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El artista Vladímir Sokovnin cuenta a ‘Russia Beyond’ las historias detrás de su retrato del presidente Yeltsin: quién lo hizo y qué consecuencias podría tener el apretón de manos de Yeltsin.

Me encargaron pintar el retrato de Yeltsin por casualidad, al menos no lo buscaba. Después de las elecciones de 1996, hubo una serie de personas nuevas en el equipo del presidente, en particular, el secretario de prensa Serguéi Yastrzhembski. Quería crear una nueva imagen del mandatario para los medios de comunicación, que en aquel momento eran muy críticos con Yeltsin. Yastrzhembski me dijo: “Haces buenos retratos, ¿por qué no pintas un retrato de Borís Yeltsin?”.

‘Natasha’ (1996).

El apretón de manos de Yeltsin

Siempre me había gustado Borís Yeltsin por su carisma, su energía salvaje, que podía ser muy conmovedora. Anteriormente había diseñado un trofeo y un diploma para un premio presidencial que otorgaba un medio de comunicación, fundado por el propio Yeltsin. Fue entonces cuando me reuní con el presidente en persona varias veces. Recuerdo una curiosa historia relacionada con nuestro primer apretón de manos.

Vladímir Sokovnin.

En una recepción en el Kremlin, me lo presentaron. Cuando me estrechó la mano, estaba encantado y orgulloso de mí. De buen ánimo por la ocasión y tras beber champán, dejé la recepción y volví a mi coche, que estaba aparcado en la plaza Vasílievski Spusk, no muy lejos del Kremlin. Me metí en mi Niva y al cerrar la puerta pillé a mano. Se me rompieron todas las uñas, había sangre por todas partes... Pasé 20 años tratándola después de esa lesión. Solo recientemente he conseguido deshacerme del hongo.

Actor y oso

Yeltsin no se sentó para su retrato. Lo pintaba a partir de mis dibujos, bocetos y de fotografías. Obviamente es agradable cuando una persona se sienta para que le hagan su retrato pero armar un cuadro de esta manera también es divertido. Era un hombre indisciplinado y eso me gustaba. Odiaba posar para que le hicieran fotografías. Pregunté a sus fotógrafos privados por qué no habían hecho sus fotos oficiales y no habían decorado su estudio en consecuencia. Respondieron: “Todo está preparado desde hace mucho tiempo, pero él se niega, dice: ‘No lo haré’ y eso es todo. Ni Tatiana Borísovna [hija de Yeltsin] pudo convencerlo”.

‘Belleza rusa’ (1993).

Para la figura de Yeltsin me basé en un maravilloso actor y amigo de la infancia, Dmitri Zolotujin, que interpretó a Pedro el Grande en La juventud de Pedro y La joven Rusia. ¡Parecía un auténtico héroe! Posó para muchos retratos de héroes que hicieron otros amigos artistas. En cualquier caso, tuvimos que encontrar la postura típica de Yeltsin. Finalmente lo conseguimos: Yeltsin normalmente intentaba esconderse, no mostrar su mano herida.

Dmitri Zolotujin en la película ‘La juventud de Pedro’.

El suéter blanco no fue idea mía. Yeltsin tenía uno y lo habían fotografiado con él. Aunque también era una alusión a la película soviética Circus, donde el actor Stoliarov va por la Plaza Roja con un suéter blanco, con pancartas rojas ondeando detrás de él. Esencialmente es el retrato de un héroe épico ruso, de fuerza mítica… Además, no quería pintar al presidente vestido con traje.

Trabajé en un viejo estudio en el centro de Moscú. Al mismo tiempo estaba pintando un oso que salía de su guarida. Un amigo me señaló que el oso y Borís Yeltsin tenían una mirada similar, lo que no era mi intención. Pero pensé que era como debía ser, porque Yeltsin tenía un carisma inexplicable, como el de un oso.

‘Oso alterado’ (1997).

Completé el retrato y lo llevé al Kremlin. La entrega se convirtió en un auténtico evento protocolario. Cuando llevé el retrato, varias personas se acercaron a mí con trajes y maletines en las manos. Me dijeron que diera un paseo de un par de horas. Luego pasaron unas tres horas examinando el retrato en busca de veneno o polvo y lo escanearon de todas las maneras imaginables: había que comprobar todo con lo que el jefe de Estado entrara en contacto. A Yeltsin y a su esposa Naína Iósifovna les gustó y sigue en manos de la familia del expresidente.

‘Retrato del primer presidente de Rusia, Borís Yeltsin’ (1999).

Vladimir Sokovnin (nacido en 1955), tiene el título de Artista del Pueblo de la Federación Rusa, es miembro del presidium de la Academia Rusa de las Artes y profesor honorario de la Academia China de las Artes.

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