¿Sobrevivirá esta iglesia de madera de Beloziorsk que impresionó al químico ruso Prokudin-Gorski?

Cultura
WILLIAM BRUMFIELD
La iglesia sirve como un recordatorio de que la historia de Rusia fue construida en madera.

A principios del siglo XX, el químico y fotógrafo ruso Serguéi Prokudin-Gorski desarrolló un complejo proceso para conseguir fotografías en color. Inspirado por el uso de este nuevo método para registrar la diversidad del Imperio ruso, emprendió numerosos viajes durante un período de 13 años. Su visión de la fotografía como una forma de educación e iluminación fue demostrada con especial claridad a través de sus imágenes de monumentos arquitectónicos en lugares históricos de todo el corazón de Rusia.

En el verano de 1909, Prokudin-Gorski recibió un encargo del Ministerio de Transporte para fotografiar a lo largo de la vía navegable Mariinski, en el noroeste de Rusia. La ruta elegida conectaba algunos de los lugares arqueológicos más antiguos del noroeste de Rusia y aclaraba episodios del desarrollo de San Petersburgo, que fue fundada en 1703 y designada capital de Rusia en 1712. Ante el desafío de unir la nueva capital con el interior del país, Pedro el Grande inició un sistema de canales que finalmente se conoció como la vía navegable Mariinski, que conectaba la capital zarista con la cuenca del río Volga.

Un lugar importante en el viaje de Prokudin-Gorski a lo largo del canal fue la ciudad de Beloziorsk. Entre los asentamientos más antiguos que se conocen en el noroeste de Rusia, “Beloózero” se mencionó ya en la Primera Crónica Eslava del año 862 como una de las cinco ciudades otorgadas a los hermanos varegos Rúrik, Sineo y Truvor, quienes fueron invitados a gobernar sobre los eslavos orientales en lo que entonces se conocía como la Rus.

Unido al agua        

Cualesquiera que sean los detalles de sus orígenes y su temprana ubicación, el nombre indica que el pueblo siempre estuvo conectado con el lago Blanco (Béloie Ózero). Aunque más pequeño que los lagos Ládoga y Onega, el lago Blanco es un eslabón fundamental entre estas dos balsas de agua y el corazón de Rusia. En el extremo sureste, el lago Blanco desemboca en el Sheksná, un afluente del Volga y la ruta de muchos cruceros estivales entre Moscú y San Petersburgo.

La primera ciudad de Beloózero (así se llamaba originalmente) se encontraba en un lugar diferente en el lago Blanco, y el asentamiento fue reubicado de nuevo antes de que ocupara su lugar actual a finales del siglo XIV. A medida que el poder de Moscú aumentó en el siglo XV, Beloziorsk adquirió importancia estratégica como baluarte en la frontera noroccidental de Moscú y gracias a las rutas de transporte marítimo. Iván III (el Grande) comprendió la importancia de este lugar, y en 1487 construyó allí una gran fortaleza o kremlin, cuyas murallas de tierra aún se conservan.        

La ciudad prosperó a mediados del siglo XVI, sobre todo como fuente de hierro y pescado. Un impresionante recordatorio visible de esa riqueza es la iglesia de la Dormición, iniciada en 1553 en uno de los puntos más altos de la ciudad. Beloziorsk fue testigo de los trastornos de la última parte del reinado de Iván el Terrible (1547-1584), cuando la ciudad fue incluida en sus propiedades personales (opríchnina) y sirvió como lugar de exilio.

Esta inclusión en los dominios de Iván no le impidió experimentar la hambruna y la enfermedad infligida en gran parte del resto de Rusia a finales del siglo XVI. Durante el Periodo Tumultuoso (la crisis dinástica que siguió a la muerte del zar Borís Godunov en 1605), concretamente en el año 1612, Beloziorsk resultó devastada totalmente debido al saqueo de la ciudad por parte de un grupo de milicianos.          

Con la reactivación del comercio en el siglo XVII, la ubicación y los recursos naturales volvieron a resultar ventajosos. Durante el reinado de Alexéi Mijáilovich, la catedral de la Transfiguración fue construida dentro del kremlin en la década de 1670. Con la fundación de San Petersburgo en 1703, la ciudad se encontraba en una posición envidiable entre la cuenca del Volga y los lagos Onega y Ládoga, que conducían, a través del río Nevá, a la nueva capital imperial.

Una serie de maravillas arquitectónicas perdidas en la historia

El extenso trabajo de Prokudin-Gorski en Beloziorsk incluyó no sólo la fortaleza y las catedrales centrales, sino también uno de los conjuntos más distintivos de la ciudad, formado por la iglesia de la Intercesión de la Madre de Dios y la iglesia de madera del Profeta Elías. Prokudin-Gorski las fotografió juntos desde el suroeste, con la iglesia de la Intercesión en primer plano.

Construida en 1740-52, la iglesia de la Intercesión aparece reflejada en las imágenes de Prokudin-Gorski como una estructura elegante, con cinco cúpulas. Sencilla en sus detalles barrocos provinciales, tenía un hermoso campanario adosado al extremo oeste. Como muestran mis fotografías, tomadas a lo largo de varios años, no queda nada de la torre, y la iglesia, expoliada y desfigurada, ha sufrido tal declive que no es posible repararla.      

Las esperanzas eran mayores para la preservación de la iglesia de Elías, considerada un hito de importancia nacional. La imagen cercana tomada por Prokudin-Gorski, disponible sólo en impresión de contacto, resulta un invalorable registro, al igual que mis fotografías de finales de la década de 1990.

Construida en la década de 1690, la iglesia de Elías asciende en tres niveles desde una base con forma de cubo hasta una gran cúpula de madera que es claramente visible desde la esquina suroeste del kremlin. La estructura principal estaba construida con troncos de pino redondos y dentados, pero el ábside, que contenía el altar en el lado este, estaba construido con unas uniones más estrechas, en cola de milano. Desde el lado oeste se extiende un vestíbulo y un porche cubierto.          

En el espacioso interior de la estructura principal, los troncos fueron raspados para crear una superficie uniforme que pudiera ser pintada. La pared este mostraba una gran pantalla de iconos de cinco niveles que se ensanchaba a derecha e izquierda en los niveles superiores. Durante la época soviética, los iconos, pintados a finales del siglo XVII, fueron trasladados para su conservación al museo de Beloziorsk, pero la mayoría de ellos fueron enviados posteriormente a la cercana Kirílov para mejorar su estado en el museo del monasterio de San Cirilo Beloziorski.          

En la parte superior de la estructura principal había un techo pintado (nebo) formado por paneles trapezoidales angulados hacia arriba, con una imagen cuadrada de Cristo en el centro. Tuve la suerte de poder fotografiar el interior de esta obra maestra en 1999, incluyendo el panel principal de la Crucifixión.

A lo largo de las décadas que estuvo cerrado, este notable monumento se vio amenazado por su falta de mantenimiento. En la década de 1970, una restauración de las paredes eliminó el revestimiento de tablas del siglo XIX y supuso el inicio del uso de la estructura como museo.

Sin embargo, la continua falta de mantenimiento llevó a un mayor deterioro, incluyendo la amenaza de filtraciones de agua subterránea. Se propusieron planes para una restauración completa que debía coincidir con las celebraciones del 1150º aniversario de Beloziorsk en 2012. La estructura fue desmontada en 2010, pero los planes de restauración fracasaron.

La preservación de esta rara y antigua iglesia debería tener la más alta prioridad. Es el recordatorio más claro que se conserva de que durante la mayor parte de su historia Beloziorsk fue una ciudad de estructuras de madera, incluyendo iglesias cuya belleza (por desgracia) ahora sólo podemos imaginar.

En los primeros años del siglo XX, el fotógrafo ruso Serguéi Prokudin-Gorski ideó un complejo proceso para hacer fotografías en color. Entre 1903 y 1916 viajó a través del Imperio ruso y tomó más de 2.000 fotografías con este proceso, que implicaba tres exposiciones en una placa de vidrio. En agosto de 1918, abandonó Rusia y finalmente se instaló en Francia con gran parte de su colección de negativos de vidrio. Tras su muerte en París en 1944, sus herederos vendieron la colección a la Biblioteca del Congreso. A principios del siglo XXI, la Biblioteca digitalizó la Colección Prokudin-Gorski y la puso gratuitamente a disposición del público mundial. Muchas webs rusas tienen ahora versiones de la colección. En 1986 el historiador arquitectónico y fotógrafo William Brumfield organizó la primera exposición de fotografías de Prokudin-Gorski en la Biblioteca del Congreso. Durante un período de trabajo en Rusia a partir de 1970, Brumfield ha fotografiado la mayoría de los sitios visitados por Prokudin-Gorski. Esta serie de artículos yuxtapondrá las fotos de Prokudin-Gorski de monumentos arquitectónicos con fotografías tomadas por Brumfield décadas más tarde.

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