Resistencia en el Período Tumultuoso: el monasterio de Borisoglebsk (Fotos)

Cultura
WILLIAM BRUMFIELD
Este conjunto arquitectónico es un testimonio vivo de la albañilería moscovita más temprana.

A principios del siglo XX, el químico y fotógrafo ruso Serguéi Prokudin-Gorski ideó un proceso complejo para conseguir fotografías detalladas y en vívidos colores. Su visión de la fotografía como una forma de educación e iluminación fue demostrada con especial claridad a través de sus fotografías de monumentos arquitectónicos en lugares históricos a lo largo del corazón de Rusia.

Su proyecto fue apoyado por el Ministerio de Transporte, que facilitó que llevase a cabo sus fotografías a lo largo de la red ferroviaria y fluvial de Rusia. Sus viajes por el río Volga resultaron especialmente productivos, incluyendo el área alrededor de las ciudades históricas de la provincia de Yaroslavl al noreste de Moscú.      

Durante su trabajo en la zona en el verano de 1911, Prokudin-Gorski visitó la pequeña ciudad mercantil de Borisoglebsk, situada en la antigua carretera entre Rostov y Úglich. El objeto de su visita fue el muy venerado monasterio de los Santos Borís y Gleb, dedicado a unos jóvenes príncipes de Kiev martirizados a principios del siglo XI. El monasterio fue fundado en 1363 por los monjes de Nóvgorod Fiódor y Pablo con la bendición de San Sergio de Rádonezh, la luz guía del monaquismo moscovita.

De estos auspiciosos comienzos surgió una mayor grandeza. El monasterio pronto fue favorecido por los gobernantes de Moscú, incluyendo al zar Iván III (el Grande, 1440-1505) que fue bautizado allí en 1440. Su hijo Basilio III y su nieto Iván IV (el Terrible) continuaron el patrocinio real.

La construcción de la mampostería del monasterio comenzó a principios de la década de 1520, durante el reinado de Basilio III, con la creación de una fábrica de ladrillos. Entre los monumentos de esa época se encuentran la catedral de los Santos Borís y Gleb, construida en 1524, y la iglesia del Refectorio de la Anunciación (1524-1526), ambas atribuidas al maestro constructor Grigori Borísov.          

Iván el Terrible (1530-1584) reforzó la riqueza y el prestigio del monasterio. Sin embargo, su reinado también creó grandes trastornos cuyas consecuencias se extendieron hasta principios del siglo XVII durante un interregno dinástico y una crisis nacional conocida como el Período Tumultuoso. La situación no comenzó a estabilizarse hasta 1613, con la llegada al trono de Miguel (Mijaíl), el primer zar Romanov

La dramática vida de un recluso

El monasterio de los Santos Borís y Gleb alcanzó su mayor fama no a través de estos tremendos acontecimientos, sino a través de la vida de un monje conocido como Irenarca, el Recluso de Rostov (1547-1616). Comerciante local de origen campesino, Irenarca entró en el monasterio a la edad de 30 años y adoptó un estilo de vida radicalmente ascético. Entre otras prácticas, solía llevar pesadas cadenas y cruces, algunas de las cuales fotografió Prokudin-Gorski.

Irenarca finalmente se recluyó en una pequeña celda en la pared este del monasterio. A medida que su fama aumentaba, muchos buscaron su bendición. Durante los peores años del Periodo Tumultuoso, protestó desde su celda contra las reivindicaciones polacas del trono moscovita y reunió apoyos a la resistencia nacional, con la idea de expulsar a las fuerzas polaco-lituanas del país.

El punto culminante de estas acciones ocurrió en 1612, cuando Irenarca dio su bendición al príncipe Dmitri Pozharski y Kuzmá Minin, líderes de un ejército que recuperó Moscú en amargos combates acontecidos desde finales de agosto hasta principios de octubre. Se dice que Pozharski y Minin consideraban a Irenarca su consejero espiritual.          

A finales del siglo XVII, se emprendió una gran expansión del monasterio con el apoyo del prelado de la iglesia, el metropolita Jonás (Sisóievich), que tanto construyó en la vecina Rostov. No es de extrañar que en la arquitectura de Borisoglebsk se diese en gran parte al estilo del “kremlin de Rostov” (Tribunal Arzobispal).    

La construcción del Tribunal del Arzobispado de Rostov se centró en las magníficas iglesias y su arte; las paredes eran en gran parte decorativas. Por el contrario, los nuevos muros de Borisoglebsk eran enormes, como los de fortalezas, en una escala que recuerda al gran monasterio Kirillo-Belozerski en la ciudad de Kiríllov, que también fotografió Prokudin-Gorski. Por ejemplo, el muro este de la fortaleza trapezoidal tenía 100 metros de largo, 12 metros de alto y 2,5 metros de espesor.

Un pasado preservado en fotografías      

Durante el reinado de Pedro el Grande, los recursos de construcción fueron redirigidos a la nueva ciudad de San Petersburgo, y gran parte de la riqueza monástica fue confiscada.          

Este proceso continuó con la secularización de las tierras monásticas durante el reinado de Catalina la Grande, que entregó las posesiones más importantes del monasterio al príncipe Grigori Orlov. El estatus del monasterio de los Santos Borís y Gleb se redujo sustancialmente, aunque siguió siendo lugar de peregrinación a lo largo del siglo XIX y principios del XX cuando Prokudin-Gorski lo visitó.          

Entre sus muchas fotografías se encuentra un amplio panorama del conjunto desde un amplio pastizal, hacia el este. Esta magnífica perspectiva muestra el tamaño total del monasterio, incluyendo la puerta sur de la iglesia de San Sergio de Rádonezh (muy abandonados; desde 1680, aproximadamente), el muro este y las torres (finales del siglo XVII), el campanario y la iglesia de Juan el Bautista (1682), la catedral de San Borís y Gleb, la iglesia de la Anunciación y la torre de la esquina noreste. En el momento de mi visita en 1992, este ángulo estaba eclipsado, pero las fotografías transmiten la escala de las paredes.          

Las imágenes más cercanas obtenidas por Prokudin-Gorski incluyen la pintoresca puerta del norte, o la puerta del agua, con capillas laterales y torres redondas en el muro norte. Los detalles decorativos se perfilaron con pintura roja. Especialmente vívidos son los colgantes (girki) en la parte superior de los arcos de la puerta.     

Sobre el portal se puede ver la parte inferior de la fachada norte de la iglesia de la Purificación. La fecha que se suele dar para este destacado monumento es 1680, aunque su finalización podría haber tenido lugar una década más tarde. El mercado de la ciudad se montaba a la sombra de la iglesia de la puerta, pero Prokudin-Gorski tuvo la suerte de encontrar un momento en que el espacio, con su pavimento empedrado, estaba extrañamente vacío. Mi fotografía da un sentido más amplio de la estructura.      

Prokudin-Gorski también fotografió la puerta sur, coronada por la iglesia de San Sergio. Desafortunadamente, el negativo de vidrio original ha desaparecido, pero la impresión de contacto resulta muy informativa. Sin los edificios que rodean el mercado, la puerta sur ofrece una visión más clara de la exuberancia decorativa propia de finales del siglo XVII.          

Cerrado en 1924, el monasterio de los Santos Borís y Gleb sobrevivió como conjunto arquitectónico en gran parte gracias a su conversión en museo de historia local. Setenta años más tarde, en 1994, algunas partes fueron devueltas a la Iglesia Ortodoxa rusa, que ahora posee todo el conjunto. Un prolongado y complicado proceso de restauración continúa hasta el presente.

A principios del siglo XX, el fotógrafo ruso Serguéi Prokudin-Gorski ideó un proceso complejo para realizar fotografías a color. Entre 1903 y 1916 viajó a través del Imperio Ruso y tomó más de 2.000 fotografías con este proceso, que implicaba realizar tres exposiciones en una placa de vidrio. En agosto de 1918, abandonó Rusia y finalmente se instaló en Francia con gran parte de su colección de negativos de vidrio. Tras su muerte en París en 1944, sus herederos vendieron la colección a la Biblioteca del Congreso. A principios del siglo XXI, la Biblioteca digitalizó la Colección Prokudin-Gorski y la puso gratuitamente a disposición del público mundial. Muchas web rusas tienen ahora versiones de la colección. En 1986 el historiador arquitectónico y fotógrafo William Brumfield organizó la primera exposición de fotografías de Prokudin-Gorski en la Biblioteca del Congreso. Durante un período de trabajo en Rusia, a partir de 1970, Brumfield ha fotografiado la mayoría de los sitios visitados por Prokudin-Gorski. Esta serie de artículos comparará las vistas de Prokudin-Gorski de los monumentos arquitectónicos con fotografías tomadas por Brumfield décadas más tarde.

Si te gustó este texto, pincha aquí para leer sobre la iglesia de San Juan Crisóstomo en Yaroslavl: obra maestra de las artes dramáticas.