El pueblo ruso es conocido desde hace mucho tiempo por sus creencias religiosas. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de los osos del país, pero esta bandera une a los dos. Presenta a una bestia sonriente, portando felizmente el Evangelio sobre su peludo lomo.
Al parecer, esta imagen no era la deseada en un principio, según funcionarios de Perm. Los dos símbolos (el oso y el de la religión) debían ir separados, con el animal plateado encarnando las riquezas naturales de la región (vastos depósitos de metal, bosques, vida silvestre, etc), y el Evangelio simbolizando “la Ilustración Cristiana que vino a iluminar a la población local”, dando inicio así a una era de desarrollo cultural.
Evidentemente, el autor pensó que era mejor poner una cosa encima de la otra, así que sí es sabido que, en Perm, los osos deambulan por las calles... ahora también parece que van a la iglesia los domingos
En un país poblado por gente religiosa (y osos, como ya explicamos) puede resultar difícil destacar, especialmente si estás decidido a tener algún tipo de bandera religiosa. ¿Qué haces cuando cada combinación concebible de cruces, iglesias y santos ya ha sido utilizada? ¡Sencillo, imprimes el rostro del mismísimo Jesucristo en tu bandera! Esto es lo que hizo la buena gente de la región de Penza.
Esta bandera puede ser más inspiradora para algunos que el hermoso rostro de Jesús. En ella aparece una bella mujer que simboliza un río local del asentamiento rural de Verj-Invénskoie, el Krai de Perm. ¿Te imaginas algo más alegre y acogedor que esta joven vestida con un traje tradicional abriendo sus brazos como para rodearte con ellos? El diseño también simboliza el río Inva local, que se traduce de la lengua indígena como “mujer-río” (de ahí las ondas en el vestido). El artista probablemente estaba aburrido de todas las antiguas referencias heráldicas y bíblicas. También podría tener diez años, dada la simplicidad de la bandera... tal vez sólo dibujó a su madre.
Los ejemplos de la heráldica rusa pueden ser bastante extravagantes, pero ¿qué sucede cuando se reduce a lo esencial? Bueno, el pequeño pueblo de Shuia ha hecho justamente eso: su bandera es simplista por decirlo de forma suave (¿absurdamente minimalista?. ¿Se hace mantequilla en la localidad? ¿Quizás haya una mina de oro? ¿Qué tal una fábrica de ladrillos amarillos?
De hecho, lo que muestra la bandera es una pastilla de jabón, ya que la ciudad de la región de Ivánovo fue un importante centro de producción de jabón durante los siglos XVI y XVII. Shuia producía la marca favorita de Catalina la Grande. A la emperatriz le gustaba tanto el suave producto rejuvenecedor que apoyó personalmente la elección de una pastilla de jabón como parte del escudo de armas de la ciudad, algo que más tarde inspiró a los diseñadores de la bandera.
Ni la emperatriz ni los artistas del movimiento suprematista ruso del siglo XX pudieron imaginar hasta qué punto el minimalismo inspiraría la heráldica del país. Donde hay un prisma amarillo, debería haber más, decidieron los residentes de Jolojólenskoie en la región de Tver. Optaron por tres ladrillos amarillos en su bandera, para inmortalizar la recién fundada fábrica de cerámica de la aldea. Además, se añadieron algunos huevos ya que el pueblo dependió de su granja de pollos durante siglos. Y voilá, otra obra maestra de la heráldica modernista, digna de ser colgada junto a las obras de Malévich.
“No, por favor, pájaro gigante, no me lleves, nunca volveré a comer pollo”, gritó el autor de esta bandera justo antes de caer en las garras del monstruo al que pertenece esta pata. “¡Que me secuestra un pollo!”, gritó, según los testigos. Finalmente, fuentes un poco más creíbles aseguran que esta bandera de Domnóvskoie (un pequeño pueblo en la región de Kaliningrado que fue territorio alemán hasta 1945) tiene una conexión con las creencias paganas de Prusia Oriental. O la imagen seleccionada se refiere a Kurko, la deidad de la cosecha y la comida que es a menudo se presentaba como un gallo, o bien es literalmente la pata de un águila. Esta última, según los antiguos mitos alemanes, solía llevar las almas de los muertos hasta el cielo. De todos modos, mientras que el mensaje real de la bandera está envuelto en el misterio, su espectacularidad está fuera de toda duda.
Entonces, veamos, ¿qué trajo Pedro el Grande de su famoso viaje a los Países Bajos? ¿Fue algo que inspiró la aparición del cannabis en esta bandera? Pues bien, por lo que respecta a esta enseña, la hierba no tenía nada que ver con Holanda: se había cultivado en el distrito de Kimovski durante mucho tiempo para producir aceite. Sin embargo, lo curioso no es lo que está pintado en la bandera, sino más bien lo que falta: Kimovski es famosa como el área donde tuvo lugar la famosa Batalla de Kulikovo: el primer paso de Rusia hacia la independencia de los mongoles. Sin embargo, en la bandera regional no aparece nada que recuerde este gran acontecimiento en la historia rusa, sólo la buena y vieja María Juana.
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¿Qué está pasando en esta bandera del distrito de Kolpnianski? Parece que dice: “Érase una vez una hermosa fortaleza, entonces se inventaron los misiles y resultó completamente inútil. Pero antes de eso, ¡éramos geniales!”.
De hecho, la zona fue uno de los principales bastiones de la línea de defensa del sur de Rusia contra los tártaros de Crimea entre los siglos XV y XVIII, y a eso se refiere la pancarta. Sin embargo, lo que parece ser un proyectil que cae en la fortaleza es en realidad una estrella fugaz añadida para honrar a un destacado físico ruso que nació en Kolpnianski y estudió, en particular, este fenómeno astronómico. Así que no, la guarnición no fue víctima de un cohete sólo de una torpe combinación de dos símbolos diferentes.
¿Qué es esto? ¿Una de las primeras obras de Kandinski? ¿Otro ejemplo más del minimalismo ruso? ¿Es una mancha de pintura blanca?
Cuando se vive en las remotas Islas Kuriles y Sajalín, en el Lejano Oriente de Rusia, perdidas en algún lugar entre Japón, la gran madre Rusia y un océano azul aún más grande, uno le coge gusto a las cosas sencillas. Ni hay símbolos, ni coloridas cintas, ni metáforas elevadas. Así que, aparentemente, la gente de la región de Sajalín buscó en Google su propio mapa y apretó el botón de “imprimir”, porque estas formas aparentemente abstractas son exactamente los perfiles de Sajalín y las Islas Kuriles en un mapa.
“Di la palabra clave y entra en mi ciudad oculta", se puede leer en el lindo sello de la bandera de Snezhnogorsk, antes conocida como “la ciudad secreta de Murmansk-60”, desclasificada hace unos 20 años. Curiosamente, la foca no simboliza la vida salvaje del Ártico ni ninguna conciencia ecológica en particular, sino que se refiere a los astilleros Nerpa (donde se reparan submarinos nucleares), que lleva el nombre romántico de este encantador mamífero. Se desconoce si sus fundadores tenían debilidad por las focas, o si usaron el nombre para engañar a potenciales espías, pero una cosa es segura: difícilmente se puede imaginar un mejor camuflaje para una instalación gigantesca de la flota nuclear.
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