Basta con mezclar carne picada (frita o en conserva) con pasta. La comida está lista.
Sin tomate ni queso. Nada de nada.
Como los ingredientes necesarios para prepararla son fáciles de transportar y almacenar, este plato se hizo popular entre los marineros rusos.
No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando este plato se popularizó en todo el vasto país, y durante mucho tiempo fue la cena favorita de muchas familias (y sobre todo, de hombres solteros). Y lo sigue siendo.
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