Este dulce ruso casi ha sido olvidado, pero todavía se puede encontrar en algunos pueblos de los Urales. El smokva es una especie de pastilá. También se elabora con manzanas agrias cocidas en el horno. Pero el puré de manzana no es batido, sólo hervido con miel y bayas, generalmente grosellas negras o arándanos.El sabor del smokva recuerda a la gelatina seca de frutas secas. Por cierto, smokva también significa “higos”.
Los bollos más famosos de los Urales se llaman shanguí: son pasteles abiertos hechos con masa de patata. Para obtener la versión dulce, los lugareños usan bayas del norte. Arándanos rojos, moras de los pantanos, fresnos rojos de montaña y camemoro... encontrarás estas bayas en los piroguí más deliciosos de los Urales.
¡Los habitantes de los Urales sabían hacer succade incluso en la antigüedad! La receta de los párenki (de la palabra rusa párit - “vapor”) pasó de madre a hija, y así es como ha sobrevivido hasta nuestros días.
Los párenki se hacían en el horno ruso a base de hortalizas de raíz: zanahorias, remolachas, nabos, colinabos, rábanos o calabazas. Primero se cortaba la verdura en trozos grandes y se cocía en una olla de barro, con poca agua, hasta que esté medio lista. Luego ponían las verduras en una bandeja para hornear y metían en el horno para que se secaran un poco. Estas verduras tienen mucho azúcar, por eso los párenki eran dulces y hasta podían caramelizar. Los párenki sustituían a los caramelos en las aldeas y eran la chuchería favorita de los niños... Hoy en día estos dulces se siguen haciendo en las cocinas modernas.
Aparte de hornear, las amas de casa de los Urales cocinan un postre muy simple: bayas secas del norte. Primero, las dejan bajo el sol, y luego ponen las bayas sobre placas de hierro y secan en el horno. Una de las bayas más populares en los Urales es la que crece en la planta Amelanchier, que se llama irgá en ruso. Los lugareños hacen mermelada y dulces rellenos de ella. Pero la irgá seca es tan sabrosa que hasta se la llama “la pasa del norte”.
Este es el pastel tradicional del pueblo Komi-Permiano. Razbórnik (del ruso razbirat, que significa “desmontar”) parece un juego de bolitas rellenas. Su interior suele ser de caramelo, dulces o mermelada. El razbórnik es a menudo un plato presente en las celebraciones de los Urales.
Horneado desde los tiempos paganos, la prianik, una tarta especiada tradicional rusa, tan conocida como la balalaika o el samovar. Muchas regiones rusas conservan sus propias recetas de esta delicia. En los Urales y el norte de Rusia, la gente hornea kozuli, unos bollos especiados para las bodas, con forma de animales sagrados.
A principios de los años 2000, en la pequeña ciudad de Kungur, en el Territorio de Perm, una familia comenzó a hornear pan de jengibre bajo la antigua receta de los Viazov, que fundaron una repostería en la región. Utilizan sólo formas de horneado hechas por ellos mismos y únicamente ingredientes naturales. Cada priánik tiene su propio significado... y deliciosa mermelada casera dentro. La familia a menudo imparte clases magistrales en su casa, en las que los huéspedes aprenden a hornear (sitio web sólo en ruso).
La planta de confitería más antigua, inaugurada en los Urales y Siberia en el siglo XIX, sigue produciendo caramelos populares. La repostería de Perm es famosa por su chocolate, crema, gelatina, barquillos, malvaviscos y dulces dietéticos. Todos los lugareños son fanáticos de sus dulces y este es uno de los recuerdos más populares que todo turista lleva a casa.
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