Un paseo por la capital rusa en otoño.
Alamy / Legion MediaEl corazón de la capital rusa late en la Plaza Roja, en el Kremlin, en la Catedral de San Basilio. Es aquí donde empieza todo. La Plaza Roja (Krásnaya Plóschad, en ruso) significa “la plaza bella”. Antiguamente, el adjetivo krasni se empleaba en el sentido “bonito”, “grande” y “bello”.
La deslumbrante Catedral de San Basilio fue construida a mediados del siglo XVI por orden del zar Iván el Terrible. La leyenda dice que el zar ordenó cegar a los arquitectos responsables de tal belleza arquitectónica para que no pudiesen repetir el proyecto, ni tampoco hacer uno que fuese mejor. Pero puede que solo fuese una leyenda...
Aparte de la catedral, la Plaza Roja da acceso a los almacenes GUM y al río Moscova que atraviesa toda la ciudad.
Las casas y los patios albergan numerosas historias. Empiecen su recorrido por el barrio de los Estanques del Patriarca, conocido por la novela Maestro y Margaritade Mijaíl Bulgákov. Aquí en los años 1920 aterrizó, de la mano del escritor, un misterioso desconocido llamado Vóland (el diablo o el Mefistófeles ruso) para desenmascarar la mezquindad e hipocresía de la élite moscovita.
Después, sigan andando hasta llegar a Tverskoy Bulevar que forma parte del Anillo de los Bulevares de Moscú, lleno de plazas, parques y caminos sorprendentes.
VÖRÖS SZABOLCSCuando se cansen, bajen al metro. Aparte de ser el medio transporte más rápido y económico de la ciudad, se considera también uno de sus principales museos. Casi todas las estaciones del metro moscovita son una obra de arte. Hoy en día cuenta con 12 líneas y alrededor de 200 estaciones, pero sigue creciendo. Además, 44 de las estaciones son objetos de patrimonio cultural. El metro de Moscú se puso en marcha en 1935, solo se cerró una vez, el 16 de octubre de 1941, a causa de la guerra.
Alamy / Legion MediaEl centro de Moscú está coronado en varias partes por los famosos rascacielos estalinistas: el edificio de la Universidad Estatal de Moscú, tres edificios de viviendas, dos hoteles y el Ministerio de Asuntos Exteriores. Ya no son los únicos rascacielos de la capital, pero sí los más imponentes. Aunque muchos han criticado su neoclasicismo y su diseño escalonado, se han convertido en representaciones emblemáticas de la historia de la ciudad, a la vez absurdos, terribles y hermosos.
Los rascacielos, construidos tras la Segunda Guerra Mundial, han pasado a ser una parte esencial del paisaje urbano de Moscú.
Sin embargo, el moderno complejo de negocios Moscow-City que cuenta con 11 torres de una altitud de vértigo, les está quitando el protagonismo a las “siete hermanas”. Las vistas que se abren desde estos rascacielos son un imán para los turistas de todo el mundo.
Parque Gorki Foto: Dmitri Serebryakov/TASSA pesar de tener fama de una ciudad fría y con mucho tráfico, Moscú cuenta con una amplia oferta de parques, lagos, bosques e incluso playas. Las colinas Vorobiovy, el Parque Gorki, el parque Sokólniki, Kolómenskoye, Kuzminki, los estanques Chístiye Prudy que en inverno se convierten en una enorme pista de patinaje, son solo algunos ejemplos de una Moscú verde, acogedora y abierta a todo tipo de diversión.
Dicen que para conocer Moscú a fondo hay que pasar allí las cuatro estaciones del año. Pero probablemente incluso en este caso les quede mucho por descubrir.
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