Fuente: Reuters
Por primera vez en varios años, el gobierno ruso ha accedido a reducir la extracción de petróleo en 300.000 barriles al día. Esta decisión se tomaba como condición del acuerdo entre los miembros de la OPEP y los países productores de petróleo que no forman parte de esta organización, firmado a principios de diciembre. Un comité especial controlará que cada país cumpla con sus responsabilidades.
Rusia ha tomado esta medida a pesar de que en el país no existe un monopolio estatal para la extracción de petróleo: los hidrocarburos los extraen varias compañías y el Estado solo controla una parte de estas. Sin embargo, todos los grandes participantes del mercado del petróleo ruso han accedido a reducir la extracción. De este modo planean conseguir una subida del precio de los hidrocarburos.
Fuente: Sergey Kuznetsov/RIA Novosti
Al final del año, el Ministerio de Finanzas colocó bonos por valor de 3000 millones de dólares: la primera emisión, de 1.750 millones, se produjo en mayo, y la segunda, de los 1.250 millones restantes, en septiembre. El Estado vendió a sabiendas la deuda a extranjeros y no a empresas locales: en Rusia no se ha encontrado ningún comprador para estos bonos.
En cada ocasión, el volumen total de la cartera de pedidos ha superado los 7.000 millones de dólares, y los compradores han sido inversores procedentes de Gran Bretaña, EE UU y algunos países asiáticos. Según el Ministerio de Finanzas, la deuda rusa sigue interesando a los inversores extranjeros a pesar de las sanciones.
Esta ha sido la primera salida del país al mercado internacional de capital desde el otoño de 2013. A pesar de ello, Rusia se ha comprometido a no utilizar estos fondos para ayudar a las empresas y personas afectadas por las sanciones de la UE y EE UU.
Fuente: EPA
A principios de agosto en Rusia se registró, por primera vez en cinco años, una ligera deflación (reducción del precio de los bienes de consumo). Durante la primera semana de agosto, los precios cayeron en un 0,1 %. La última vez que se observó una deflación en Rusia fue en septiembre de 2011. En 2015, en comparación, la inflación en el país ascendía al 12,9 %.
Para la economía rusa, la reducción de la presión de la inflación es una buena noticia. Esto podría llevar a una llegada más rápida de la inflación hasta el nivel objetivo del Banco Central: un 4 % en 2017. Este es el objetivo que el regulador ruso se propuso a finales de 2014, cuando implementó el tipo de cambio flotante para el ruso provocando que este se redujera respecto al euro y el dólar hasta casi la mitad de su valor anterior.
Fuente: TASS
En 2016 el gobierno ruso logró mejorar la posición del país en el ranking Doing Business del Banco Mundial. Según los resultados publicados en noviembre, el país ha subido del 51º puesto hasta el nº 40. Este ranking determina la calidad de ambiente para los negocios de un país y el número de barreras burocráticas de su economía.
Según el Banco Mundial, en un año Rusia ha reducido considerablemente la presión burocrática sobre los negocios. En número de reformas emprendidas, Rusia se encuentra entre los cinco primeros países. Por ejemplo, una de las principales ventajas sigue siendo la facilidad del procedimiento de conexión a las redes energéticas, del registro de la propiedad y de la ejecución de contratos.
En su momento, el gobierno escogió el ranking Doing Business como KPI para determinar la calidad del ambiente para los negocios del país.
Fuente: Maksim Blinov/RIA Novosti
El gobierno sacó a la venta el 19,5 % de las acciones de Rosneft, la mayor petrolera pública del país, para reducir el déficit presupuestario. Los compradores del paquete fueron, inesperadamente, el consorcio suizo Glencore y la fundación catarí Qatar Investment Authority. El importe de la transacción superó los 10.000 millones de dólares.
El acuerdo fue una verdadera sorpresa para los miembros de este mercado. Se consideraba que los posibles compradores de las acciones serían inversores chinos e indios, pero estos exigían participar en la gestión de Rosneft. Además, la propia Rosneft solo estaba dispuesta a acordar la compra de sus propias acciones, una operación llamada buy-back.
Después de esta transacción, el Estado mantiene el 50 % más tres acciones de Rosneft, el principal socio europeo de la empresa, la británica BP, tiene un 19,5 % y Qatar Investment Authority y Glencore tendrán un 9,75 % cada una. El resto de las acciones de la empresa cotizan en la bolsa.
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