Dmitri Shostakovich. 1958.
Lev Ivanov/RIA NovostiDmitri Shostakóvich decidió unir su vida a la música ya en su infancia. En 1919 ingresó en el Conservatorio de Petrogrado. Los ánimos de la Revolución ya se habían calmado, la Primera Guerra Mundial había terminado y comenzaba a fraguarse la guerra civil.
En las clases del conservatorio hacía mucho frío, pero Shostakóvich se negaba a privarse de la música y cada día acudía a los conciertos de la filarmónica. En 1923 aprobó el examen para un puesto de pianista de acompañamiento de películas.
Shostakóvich pasaba improvisando la hora y media que duraba la proyección de la película. Los fragmentos que más le gustaban los desarrollaba y los repetía, de modo que para cada personaje de la película creaba una melodía propia.
Siguiendo el ejemplo de otro famoso compositor ruso, Serguéi Rajmáninov, no solo planeaba dedicarse a componer música, sino que también quería dar conciertos. En 1927 Shostakóvich participó en el I Concurso Internacional Chopin de Piano. En Varsovia interpretó varias de sus obras, pero solo consiguió una mención de honor.
Dmitri Shostakóvich se licenció en el conservatorio a los 19 años. Su trabajo final fue su Primera Sinfonía. La obra la escuchó el director y compositor alemán Bruno Walter, director de la Ópera de la ciudad de Berlín. En aquel mismo momento pidió que le enviaran la partitura y en noviembre de 1927 se celebró la primera interpretación de la sinfonía en el extranjero. Después de Walter, la obra de Shostakóvich fue dirigida por Leopold Stokowski y Arturo Toscanini.
El compositor comenzó a componer su séptima sinfonía en septiembre de 1941, cuando ya había estallado la Segunda Guerra Mundial. En Leningrado compuso tres partes de la obra, que terminó en diciembre en la ciudad de Kúibyshev. En agosto de 1942 la Séptima sinfonía sonó en la Filarmónica de Leningrado.
A pesar de las duras condiciones de vida, los músicos hallaron fuerzas para ensayar y después actuar ante el público. En la sala no quedaba ni un sitio libre. Y a pesar de que los bombardeos sobre la ciudad no se detenían ni por un momento, la luz del edificio no se apagó. Todo Leningrado oyó la sinfonía, y junto con ellos todo el mundo: la partitura llegó a Inglaterra y a EE UU.
Shostakóvich es conocido sobre todo por sus grandes obras musicales. Compuso 15 sinfonías, tres ballets y tres óperas. Sin embargo, los intereses del compositor eran mucho más amplios. Shostakóvich fue el autor de un ciclo de preludios y fugas para piano, de la opereta “Moscú – Cheriómushki”, de bandas sonoras, poemas sinfónicos y ciclos vocales basados en los versos de Evgueni Evtushenko, Alexander Blok, Miguel Ángel, Guillaume Apollinaire y Federico García Lorca.
Un fragmento de la canción “La Patria oye, la Patria sabe”, con música de Shostakóvich, se convirtió en el jingle de la radio de la URSS: en la grabación musical se oían las señales de llamada del primer satélite artificial de la Tierra. Esta canción la cantó Yuri Gagarin durante su aterrizaje. Muy pronto la canción se convirtió en el tema musical de la industria espacial soviética.
La novela satírica de Nikolái Gógol La nariz se convirtió en el argumento de una de las composiciones más famosas de Shostakóvich: su ópera La nariz. Entre los autores del libreto, además del propio compositor, se encontraba el escritor Evgueni Zamiatin. La primera puesta en escena fue un fracaso y fue eliminada del repertorio después de 16 representaciones.
La nariz no alcanzó la fama internacional hasta los años 60, cuando comenzó a ponerse en escena en el extranjero. El interés por la ópera se renovó en la década de los años 2000. La nariz fue representada en el teatro Marinski. Peter Stein la dirigió también en la Ópera de Roma. Y en 2010 apareció en el repertorio de la Metropolitan Opera, donde fue dirigida por William Kentridge.
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