Los pilares de Lena es un fenómeno natural único situado en la república de Sajá (Yakutia), la región más grande de Rusia en términos de territorio. Está compuesto por más de 40 km de acantilados de piedra caliza que se extienden a lo largo del río Lena. Los pilares llegan hasta alturas de 220 metros sobre el nivel del río. Además, reflejados en la superficie espejada del Lena, los pilares parecen aún más enormes.
Llegar hasta los pilares de Lena no es tan fácil. Primero hay que tomar un vuelo de seis horas desde Moscú a la capital de Yakutia, la ciudad de Yakutsk. Luego recorrer los 200 km restantes hasta los pilares. La forma más rápida de hacerlo, pero también la más cara, es ir en helicóptero, que cuesta 250.000 rublos (3.900 dólares) por hora.
También se puede tomar un barco desde Yakutsk a lo largo del río Lena, que tarda varias horas o viajar en una lancha del Ministerio de Emergencia, con una duración de unas dos horas. Los cruceros salen del puerto fluvial de Yakutsk y ofrecen alojamiento en cabinas individuales, dobles o cuádruples, comidas decentes tres veces al día y entretenimiento a bordo. La mayoría de ellos tienen incluso una sauna y un cine.
En invierno también se puede llegar en coche al pueblo de Batamai y, desde allí, a los pilares por el río congelado. Es en invierno, cuando está cubierto de nieve y hielo, cuando los pilares se asemejan más que nada a la famosa muralla de Juego de Tronos.
Los pilares de Lena son espectaculares desde cualquier ángulo. En ocasiones, debido a su forma y ubicación pueden parecer artificiales. Pero no, los pilares son obra de la propia naturaleza; los procesos kársticos y la erosión han estado trabajando creando sus formas elegantes durante los últimos 400.000 años.
Los pilares de Lena son como historia congelada en piedra, un verdadero monumento a la explosión cámbrica que se produjo hace más de 500 millones de años, cuando comenzaron a aparecer en gran número animales con esqueletos minerales.
Millones de criaturas nacieron y murieron, la evolución progresó y la disposición única de los pilares de Lena hizo posible capturar varias de sus etapas en la roca.
En 1994, se fundó el Parque Nacional de los Pilares de Lena y en 2012 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Este lugar está casi intacto. Solo hay una pequeña sección de la larga cresta de rocas calizas donde los barcos pueden atracar.
Esta es la entrada al parque natural, que incluso tiene una tienda de regalos. También hay un puñado de casas, donde viven los empleados del parque. Hay un pequeño pueblo en la orilla opuesta del Lena.
Un sendero de 2 km lleva desde la entrada del parque hasta la cima. En los lugares donde el ascenso es particularmente empinado, se han instalado escalones de madera. También hay varias áreas de descanso con bancos.
En la roca hay mucho hierro, de modo que si vuelas un dron, en la cima puede fallar y hay que volarlo asumiendo los riesgos.
Desde la cima hay una vista impresionante del río y de la pared rocosa que desaparece en la distancia con restos de trilobites y otras criaturas de la época paleozoica.
Por cierto, en la zona del parque, llamada Tukulán (que significa “arenas” en el dialecto local) y que cuenta con dunas de arena, se han descubierto restos de un mamut, un rinoceronte lanudo y otros mamíferos extintos de un período posterior. Ahora hay numerosas ratas almizcleras, liebres, ardillas e incluso osos vagando por ahí. Sobre el cielo de los pilares vuelan águilas reales, búhos y halcones, mientras que las aguas del Lena están llenas de peces, entre los que se incluyen el esturión y el tímalo.