Todos los locales te lo dirán: “¡A pie!”. El centro de la ciudad es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, por lo que te encontrarás joyas arquitectónicas en cada esquina. Si tienes un tiempo limitado, da un paseo de cuatro horas, comenzando en la avenida Nevski y haciendo paradas en la plaza del Palacio, en Strelka (el extremo oriental de la isla Vasílievski), la fortaleza de San Pedro y San Pablo y el Campo de Marte.
Súbete a un autobús turístico o admira la ciudad desde el agua, dando una vuelta en barco (tal y como el fundador Pedro el Grande pensó que todos harían).
La temporada turística es bastante corta. Empieza a principios de mayo y dura hasta finales de septiembre. Finales de mayo y junio son momentos de mucha ocupación turística, debido a las Noches Blancas, cuando el sol se pone solo un par de horas. Si vienes en esa época, tienes que estar preparado para las multitudes y las colas en casi todas partes.
Visitar la ciudad en verano no garantiza un clima cálido. El clima de San Petersburgo es muy voluble. Incluso el 1 de julio puede haber temperaturas de +13ºC, fuertes vientos y lluvias torrenciales (la temperatura normal en verano es de unos +20ºC).
Si quieres ver el Museo Hermitage y la Cámara de Ámbar en el palacio de Catalina evitando largas colas, lo mejor es venir a finales de marzo-abril o en octubre. Como señalan los locales: “No hay mal tiempo, sólo ropa equivocada”. Así que trae una buena chaqueta, muda que abrigue y un paraguas.
Todas las estaciones de metro de San Petersburgo se anuncian en ruso e inglés cuando llegan los trenes (¡gracias al Mundial Rusia 2018!). El mapa también está traducido. Es probable que necesites el metro para ir y explorar diferentes barrios, por ejemplo, la isla Vasílievski y la zona de Petrogrado. Subirse al metro es una buena opción para los días de lluvia. Las estaciones más bellas, con todo tipo de recuerdos soviéticos, se encuentran en la Línea Roja (desde Plóshchad Vosstánia hasta Ávtovo). Trata de evitar viajar en el metro durante la hora punta, entre las 7 y las 10 de la mañana y de 5 a 7 de la tarde. En cualquier otro momento es eficiente, limpio y seguro.
Para hacer un solo viaje, compra una ficha (zhetón) por 45 rublos. Si vas a pasar una semana, compra una tarjeta Podorózhnik por 60 rublos (menos de un dólar), y recárgala cuando sea necesario (350 rublos, el equivalente a 5 dólares, son suficientes para un par de días).
Los autobuses, trolebuses y tranvías no pueden competir con el metro, ya que a menudo son lentos o están en un atasco. Aun así, algunas rutas rodean las principales atracciones de la ciudad y son ideales si estás cansado de caminar. Pero no los uses durante la hora punta. La línea 7 de autobús conecta la estación Moskovski con la isla Vasílievski; la línea 27 de autobús te lleva desde el monasterio Alexánder Nevski hasta el teatro Mariinski y la línea 3 de tranvía va desde el lado de Petrogrado hasta la plaza Sennaia.
Puedes consultar las rutas y planificar tu viaje en la aplicación de Yandex. Se puede usar la tarjeta Podorózhnik o pagar en efectivo al conductor.
En San Petersburgo apenas se paran taxis actualmente. Aquí te proponemos unas apps que son útiles:
La ciudad es llana y cuenta con amplios malecones, por lo que es ideal para montar en bicicleta durante la temporada turística. Recientemente se han habilitado varios carriles para bicicletas, aunque la mayoría no están conectados entre sí y es normal encontrarse automóviles aparcados.
Hay un sistema público de alquiler de bicicletas. Si deseas explorar la ciudad en bicicleta, es mejor hacer una excursión organizada por Peterswalk.
En los años 90, San Petersburgo era conocida como la capital del crimen en Rusia. Actualmente el nivel de delincuencia es inferior a la media nacional. Según las últimas estadísticas, en 2017 hubo 50.000 delitos, incluidos 198 intentos de asesinato (la ciudad tiene una población de 5,3 millones). En 1994, la cantidad de homicidios era 4,5 veces mayor. Los delitos más comunes son el robo y los casos vinculados con las drogas.
Los carteristas son un grave problema en el centro turístico. También te aconsejamos que no bebas con extraños.
Desafortunadamente, no mucho. Lo más probable es que los jóvenes entre 20 y 30 años hablen en inglés, así como los camareros de los cafés del centro. El español es una lengua que está de moda y quizá encuentres a algún entusiasta que lo habla. Si necesitas ayuda para desplazarte, acércate a una de las oficinas de información turística de la ciudad o utiliza Google Translate.
San Petersburgo tiene wifi gratuito en casi todas partes, incluyendo el metro, restaurantes, cafés y bares. Sin embargo, la mayoría de estos accesos requieren un registro con un número de móvil ruso. Para obtener uno, lee nuestra guía sobre cómo comprar una tarjeta SIM en Rusia.
“San Petersburgo es la capital cultural de Rusia, así que necesitarás años para explorarla”, te dirá un historiador local. Mientras que una persona realista te dirá que tres días están bien y que una semana es suficiente para ver y sentir la ciudad sin prisa.
En realidad, no. Incluso la gente local suele utilizar filtros especiales y luego hervirla o pide agua de manantiales naturales situados lejos de la ciudad. Así que mejor comprar una botella de cinco litros y sentirse seguro.
La ciudad tiene 12 puentes que, durante la temporada de navegación –desde principios de abril hasta finales de noviembre– se abren todas las noches después de medianoche. Asegúrate de consultar el horario del puente levadizo si te alojas en la isla Vasílievski, o en cualquier lugar al norte del río Nevá. Sin embargo, no te preocupes si se te pasa la hora. Actualmente es posible volver a casa por la carretera de circunvalación, pero el trayecto será largo y el taxi te costará bastante.
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