4 maravillosos distritos de San Petersburgo alejados del turismo

Nikolái Guingázov/Global Look Press
Hemos escogido varios barrios históricos y poco conocidos donde se puede ver el verdadero San Petersburgo y disfrutar de la vida local sin sentirse molesto por las hordas de turistas.

1. Isla Vasílievski

Pedro el Grande soñó con construir el centro de San Petersburgo en el extremo oriental de esta isla, y hoy es uno de los distritos más antiguos de la ciudad. Pedro quería hacer su propia versión de Amsterdam, pero su sueño no se hizo realidad porque los canales aquí eran demasiado fangosos y malolientes. Finalmente, los acabaron rellenando.

En lugar de los canales, la isla tiene hoy 29 “líneas”, es así como llaman las viejas calles de norte a sur. Partes de las líneas 6 y 7 ahora forman una zona peatonal, y te recomendamos dar un paseo allí.

Detente cerca del monumento a "konka": tranvía tirado por caballos que apareció por primera vez en 1863; está justo cerca de la estación de metro Vasilieostróvskaia. Además, puedes escuchar a los músicos locales tocar cerca del monumento a Vasili Korchmín, el principal ingeniero y artillero de Pedro el Grande, quien, según la leyenda, dio el nombre a la isla.

Para imaginar qué aspecto tenía la ciudad en la década de 1720, echa un vistazo a la Casa Troekúrov (№16 en la 6ª Línea), y visita la cercana Catedral de San Andrés. Las líneas 6 y 7 tienen muchos locales de comida asequibles: cafetería Teremok; el comedor Market Place; Kvartirka, un café al estilo soviético; el vegetariano Ukrop (eneldo, en español); y una panadería local, Volchok.

Cuando llegues al río Nevá, camina hacia la Flecha de la Isla Vasílievski (la punta más oriental de la isla, denominada Strelka o “flecha”, en español) para obtener la mejor vista de la era imperial de San Petersburgo, o camina a lo largo del menos turístico Terraplén del Teniente Schmidt. Visita la  Iglesia de la Asunción de María (que solía convertirse en una pista de patinaje sobre hielo en la época soviética) suntuosamente decorada o recorre el rompehielos "Krassin".

2. El Lado de Petrogrado

Compuesto de siete grandes islas, el distrito entero se llama el Lado de Petrogrado (Petrográdskaia Storoná, en ruso). La isla principal y la más grande abraza la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, el lugar de nacimiento de la ciudad, pero están separados por un pequeño canal. A pesar de que está muy cerca del centro, el Lado de Petrogrado era un remanso sin desarrollar hasta que se construyó el Puente Troitski en 1903.

Gracias al puente que conecta el distrito con tierra firme, así como al boom económico de la era imperial tardía, el Lado de Petrogrado se convirtió en el distrito de moda a principios del siglo XX, y la mayoría de las casas fueron construidas en estilo art nouveau para la clase media que estaba en pleno crecimiento. Los amantes de la arquitectura disfrutarán paseando por la Avenida Kamennoostrovski desde la estación de metro Górkovskaia hasta la Petrográdskaia.

“No te pierdas la 'Casa con Búhos' en la Gran Avenida, 44 (Bolshói Prospekt), así como el Teatro Andréi Mirónov en la Plaza de Lev Tolstói, que se parece a un castillo romántico”, nos dijo la especialista local en relaciones públicas, Anna Smetánina. “Ambos edificios son verdaderos símbolos del distrito. A los entusiastas locales del Lado de Petrogrado también les gusta mostrar el Jardín Botánico y los restaurantes de la azotea: “Parusa Na Kryshe”, “Nevesómost” y “Makarónniki”.

Los amantes de la comida deben planear pasar el día entero en la isla. “Para obtener el mejor café de la ciudad, dirígete al “Bolshói Bar” (Bolshói Prospect, 45); para una buena cerveza ve al “Pubnik” (Bolshói Prospect, 47). Cena en el restaurante “Mesto” o saborea sushi en “Suki”; y no te pierdas “Belka”, cuyos grandes ventanales permanecen abiertos todo el verano”, añade Anna.

Este distrito también es famoso por sus parques, ubicados en las islas Krestovski, Kamenni y Elaguin. Puedes caminar al lado de las mansiones históricas mientras observas las coloridas flores aquí.

Una observación con respecto a las direcciones de las calles: tanto el Lado de Petrogrado, como la isla Vasílievski tienen una Gran Avenida (Bolshói Prospekt, en ruso) y también una Avenida Pequeña (Mali Porspekt, en ruso). Por lo tanto, siempre revisa dos veces a qué distrito te diriges, antes de emprender el camino.

3. Kolomna y la Plaza Sennaia

Estas son áreas de visita obligada para cualquiera interesado en Fiódor Dostoievski, un residente local que describió este barrio en su novela Crimen y castigo. Comienza el recorrido desde la plaza y visite el mercado de alimentos Sennói, que está escondido al principio de la Avenida Moskovski (Moskovski Prospekt, en ruso). Luego camina por el Canal Griboyédov hasta la calleja Stoliarni (Stoliarni Pereúlok), donde el personaje principal del Crimen y castigo, Raskólnikov, vivió y planeó su sangriento crimen.

Hazte un selfie en el Puente de Leones peatonal, conocido entre los instagramers como el “Keanu Reeves Bridge”, porque el actor de Hollywood fue filmado allí el verano pasado.

Cuando llegues a la Catedral Naval de San Nicolás y cruces el Canal de Kriúkov, te encontrarás en Kolomna, un distrito histórico bien conservado y tranquilo, que siempre ha sido el hogar del underground artístico. Tradicionalmente, muchos actores, bailarines de ballet y músicos del cercano teatro Mariinski han vivido allí.

La pintora local Ekaterina Jozátskaia a menudo hace sus bocetos en los bares y restaurantes de Kolomna.

“Me parece muy romántico y un poco provinciano, pero en el buen sentido de esta palabra. Hay tantos cafés étnicos aquí: el armenio “U Gaguika”; el coreano “Miga”; el georgiano “Mindal”; e incluso una tienda de comida kosher cerca de la Sinagoga Coral”.

4. Smolni

Este distrito lleva el nombre del monasterio Smolni y está ubicado cerca del metro Chernishévskaia. En el pasado, se encontraba aquí el “smolianói dvor”, un lugar de producción de alquitrán de pino, que era ampliamente utilizado en la construcción naval.

En la década de 1740, la emperatriz Isabel encargó la construcción del convento donde planeaba pasar el final de su vida como madre superiora. Su arquitecto italiano favorito, Rastrelli, construyó una catedral de 93 metros de alto que se parece a un pastel de bodas. Sube a su campanario para ver una vista inusual y espectacular de la ciudad.

Smolni también es conocida como la sede del gobierno de la ciudad, y el gobernador trabaja en el antiguo Instituto Smolni, a cinco minutos a pie del monasterio. Originalmente albergó una escuela de acabado para niñas nobles, pero a principios del siglo XX se convirtió en la atracción turística número uno para los comunistas. Desde aquí, Vladímir Lenin y Lev Trotski orquestaron la Revolución de Octubre, y el 25 de octubre de 1917 el Congreso de los Sóviets de Toda Rusia otorgó el poder al nuevo gobierno bolchevique de Lenin.

Hazte un selfie con los monumentos de Marx y Engels, y prueba la comida soviética en el restaurante “Tsentralni” (Central, en español), que se especializa en recetas locales de Leningrado.

La mejor manera de llegar a Smolni es caminando por la calle Furshtátskaia, que tiene muchas  mansiones lujosas de la época imperial y elegantes cafeterías. Luego llegarás al Jardín Tavrícheski, que es popular entre los locales para ir de picnic en la ciudad, tomar el sol y jugar al frisbee.

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