Rusia está creando unas mega-instalaciones científicas únicas. Esta labor se está llevando a cabo en el marco del proyecto nacional de Ciencia y Universidades y del mayor programa estatal de la historia de Rusia para la transformación de las universidades, dirigido por el Ministerio de Educación Superior y Ciencia del país, denominado ‘Prioridad 2030’.
Las agrupaciones científicas que se están formando en torno a estas instalaciones permitirán a los científicos realizar investigaciones que no pueden llevarse a cabo en otros lugares. He aquí tres ejemplos de estaciones e instalaciones científicas únicas que pueden convertirse en foco de interés para investigadores de todo el mundo.
1. Fuente de Fotones del Anillo Siberiano, cerca de Novosibirsk
El centro de la instalación Siberian Ring Source of Photons (SKIF) se inaugurará en 2024. Se está construyendo en la ciudad científica de Koltsovo, en la región de Novosibirsk.
El SKIF es un complejo de 27 edificios y equipos de ingeniería centrados en una fuente de radiación de sincrotrón de cuarta generación.
“La radiación de sincrotrón es una radiación X de alta energía. Es como un microscopio que permite ver detalles que no se pueden ver de otra manera”, así explica Alexéi Okunev, director de la Escuela Superior de Informática de la Universidad Estatal de Novosibirsk (miembro del programa Prioridad 2030), el principio de la Fuente de Fotones del Anillo Siberiano.
El rector de la Universidad Estatal de Novosibirsk (NSU), Mijaíl Fedoriuk, afirma que los descubrimientos realizados con la ayuda del sincrotrón de cuarta generación se aplicarán en diversos campos, desde la ciencia de los materiales hasta la biología y la medicina forense.
“Actualmente, Rusia sólo dispone de instalaciones de segunda generación. Esta, de cuarta generación, significa un progreso muy importante para nuestro país. No sólo atraerá a estudiantes extranjeros, sino que elevará el prestigio y la reputación tanto de nuestra universidad como de nuestra ciencia en general”, afirma Mijaíl Fedoriuk.
2. Complejo experimental NEVOD en Moscú
El siguiente proyecto es el mayor detector de seguimiento de coordenadas del mundo para estudiar los rayos cósmicos en el complejo experimental NEVOD.
El NEVOD se convirtió en el primer detector de neutrinos de agua en tierra del mundo. Se construyó en 1988 en la Universidad Nacional de Investigación Nuclear MEPhI de Moscú (miembro del programa Prioridad 2030 del Ministerio de Educación Superior y Ciencia de Rusia).
Tras su puesta en funcionamiento gradual a principios de los años 90, esta instalación científica permitió a los científicos comprobar la posibilidad misma de detectar neutrinos. Se trata de partículas neutras sin carga y de baja masa que, según los científicos, llegan a la Tierra desde el espacio y transportan valiosa información sobre los lugares más lejanos del espacio exterior, en la superficie de la Tierra.
El nuevo equipo permitirá a los científicos estudiar las llamadas lluvias de aire extensas. Se trata de “avalanchas de partículas elementales generadas por haces de ultra alta energía”, explica Yegor Zadeba, profesor asociado del centro de ciencia y educación NEVOD de la Universidad Nacional de Investigación Nuclear MEPhI. El estudio de las lluvias de aire extensas permite a los científicos conocer las características de las partículas primarias que entran en la atmósfera terrestre desde el espacio.
Zadeba explica que NEVOD permite a los científicos registrar los cambios en las capas superiores de la atmósfera terrestre y predecir con antelación fenómenos atmosféricos peligrosos (tormentas, tornados, etc.). Además, NEVOD ayuda a los científicos a predecir fenómenos a escala cósmica, por ejemplo, tormentas magnéticas.
Añade que en el MEPhI los estudiantes tienen acceso al detector de neutrinos de agua a la par que los profesores.
“La característica clave de nuestro proyecto es un equipo académico relativamente compacto (en comparación con nuestros principales homólogos internacionales), en el que el trabajo de cada estudiante de grado y posgrado tiene un peso especial y significativo”, señala Zadeba.
3. Telescopio submarino de neutrinos Baikal-GVD en el fondo del lago Baikal
En marzo de 2021, entró en funcionamiento en el fondo del lago Baikal un telescopio submarino de neutrinos profundo único, el Baikal-GVD.
Desarrollado por un grupo internacional de científicos dirigido por el Instituto de Investigación Nuclear de la Academia Rusa de Ciencias en Moscú, el telescopio de neutrinos permitirá a los investigadores detectar los neutrinos que llegan al agua del lago Baikal desde el espacio.
Gracias al telescopio Baikal-GVD, científicos de todo el mundo tienen la oportunidad de desarrollar un nuevo campo de la física de neutrinos.
“La astronomía de neutrinos de alta energía permite registrar acontecimientos que tuvieron lugar hace infinitamente mucho tiempo en algún lugar del universo [explosiones de supernovas, formación de galaxias lejanas, etc.]”, afirma Grigori Domogatski, jefe de laboratorio del Instituto de Investigaciones Nucleares de la Academia de Ciencias de Rusia.
“El telescopio de neutrinos de Baikal es una de las pocas instalaciones con esta potencia en todo el mundo”, dice Domogatski.