“El cristal de la vitrina que cubre un meteorito no se puede abrir por error, presionando accidentalmente un botón. Esto no es posible”, afirmó el director del Museo Estatal de Historia de los Urales del Sur, Vladímir Bogdanovski, según informaron medios rusos.
“La cubierta está construida de modo que se puede levantar para realizar ciertas tareas, como limpiar o medir la humedad. El domo se levanta mediante cuatro potentes sistemas hidráulicos que se controlan mediante control remoto”, explicó el director del museo.
Bogdanovski aclaró que se activa solo desde una distancia de un metro y en cierto ángulo, por lo que no se puede encender por un simple error.
Durante la exposición sobre el meteorito de Cheliábinsk, la cúpula de cristal levitó a una altura de unos 25 centímetros, luego sonó la alarma, seguida por la aparición de por los guardias del museo.
“Pusieron la vitrina de nuevo en su lugar. Pensaban que era un fallo técnico, y siguieron con su trabajo, nadie le prestó más atención. Y luego los colegas comenzaron a decir que nada parecido había sucedido en los seis años desde la caída del meteorito y comenzaron a surgir diferentes hipótesis”, explicó Bogdanovski.
El meteorito en cuestión se caracteriza por tener un fuerte campo magnético. Según el director del museo, esta fuerza puede haber influido en el funcionamiento del micro equipo que controla los complejos hidráulicos.