Ingeniería olvidada: el increíble submarino de K.A. Schilder, construido en 1834

Ciencia y Tecnología
JAKOB ORÉJOV
Al ingeniero Karl Andréievich Schilder se le atribuye, en pleno siglo XIX, el haber construido el primer submarino con un casco de hierro de Rusia.

Construido en la planta Alexándrovski en San Petersburgo, estaba listo para mayo de 1834. El barco tenía dos torres con escotillas de acceso y estaba equipado con un tubo óptico de visión, uno de los primeros periscopios para sumergibles. Se le debía dotar con minas y dos soportes de triple tubo para el lanzamiento de proyectiles de cohetes. Para hundir a un barco enemigo era necesario que clavase una mina en el casco de este, alejarse a una distancia segura y volarla con un fusible eléctrico. Y todo eso, estando impulsado con tracción humana (a pedales, vamos).

Las pruebas de esta máquina, que por su aspecto bien podría estar sacada de alguna novela de Julio Verne, tuvieron lugar en septiembre de 1834 en el río Nevá y en la cercana isla de Kronstadt, en el golfo de Finlandia. La embarcación demostró su capacidad de sumergirse y fue probada con bastante éxito.

En 1835 se construyó una versión mejorada, que podía ser controlada de forma más efectiva bajo el agua. Con este segundo buque Schilder pudo destruir con éxito un blanco flotante con una mina, en julio de 1838.

Las pruebas con el sumergible continuaron hasta 1841, pero tras sufrir algunos fallos, se ordenó a Schilder que abandonase los experimentos.

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