1. Messershmitt Me 262: la golondrina del Führer
Apodado Schwalbe (“golondrina”, en alemán) fue el primer avión de combate de reacción del mundo en entrar en servicio operativo, en 1944. Originalmente diseñado como caza, este avión, que aterrorizó a las tripulaciones de los bombarderos aliados que convirtieron al “Reich de los mil años” en un amasijo de escombros, desempeñó también tareas de ataque a tierra o reconocimiento.
Después de la guerra, entre los muchos tipos de aviones capturados por el Ejército Rojo a la defenestrada Luftwaffe germana, había también ejemplares del Me 262. Para evaluarlos técnicamente, se les cambió el camuflaje y se las pintaron las escarapelas de la Fuerza Aérea de la URSS. Estos aviones influyeron en el desarrollo de los primeros cazas soviéticos a reacción de posguerra, como el Sujói Su-9 y el Su-11.
2. Messerschmitt Me 163: la escoba del Diablo
El Me 163 Komet (“cometa”, en alemán) fue el único avión propulsado por cohete que entró en combate durante la Segunda Guerra Mundial. Pese a su diseño revolucionario, y con algunas capacidades inalcanzables para los demás aviones de su época (el piloto de pruebas Rudy Opitz alcanzó en 1944 los 1.123 km/h con este aparato), resultó poco efectivo como caza, debido a la poca duración de su combustible. Además, era altamente corrosivo e inestable. “La escoba del Diablo”, como era llamado por los pilotos aliados, solo derribó unos 16 aviones enemigos.
Según el Ejército Rojo iba ocupando los aeropuertos enemigos, los cazas alemanes que no fueron incendiados cayeron en poder de la URSS. En los vuelos de prueba de los pilotos soviéticos, el Me 163 voló como un planeador, debido a la peligrosidad y a la falta del combustible C-Stoff. Un Tu-2 lo remolcaba hasta la altura necesaria y lo soltaba. En la fase del descenso, el piloto hacía las pruebas. Estas pruebas eran peligrosas porque el Me 163 era mucho más pesado que un planeador normal, por lo que descendía a mucha más velocidad.
3. Heinkel He-162: el caza del pueblo
El Heinkel He 162 Volksjäger (“caza del pueblo”, en alemán) fue el tercer caza a reacción en entrar en servicio en la Luftwaffe durante la Segunda Guerra Mundial. Estaba construido, en gran parte, en madera, un material disponible en la Alemania nazi, sometida a la escasez de gran cantidad de otros materiales. Entró en combate en abril de 1945, tan solo un mes antes del final de la guerra en Europa, consiguiendo algunas victorias frente a los cazas aliados, aunque varios ejemplares se perdieron por fallos estructurales.
En mayo de 1945, tras firmarse la rendición de todas las fuerzas armadas alemanas en Holanda, Dinamarca y el noroeste de Alemania, todos los aviones capturados fueron trasladados a EE UU, Francia, Reino Unido y la URSS para ser evaluados y probados.
4. DFS 346, un caza supersónico para Adolf
El DFS 346 fue un avión alemán de propulsión a cohetes q diseñado por Felix Kracht y que tenía un fuselaje muy aerodinámico, con el que sus diseñadores esperaban romper la barrera del sonido.
Curiosamente, este avión no debía despegar desde el suelo. Por el contrario, había sido diseñado para ser lanzado desde la parte trasera de una gran nave nodriza, siendo elegido para ello un avión Dornier Do 217.
Tras la caída de la Alemania nazi, en1946, el OKB-2 soviético (Oficina de Diseño 2), bajo la dirección de Hans Rössing y Alexánder Berezniak, fue encargado de continuar su desarrollo. Un ejemplar capturado, fue rebautizado como “Samoliot 346” (samoliot significa avión) y se continuó su desarrollo, llevándose a cabo distintos vuelos con nuevos aparatos fabricados en la URSS.
El último ensayo, (primero que realizaba propulsado por cohete) tuvo lugar el 13 de agosto de 1951, viéndose obligado su piloto a saltar en paracaídas tras informar que los controles del aparato no respondían. Después de esto, el proyecto fue abandonado.
5. Ju 287: el bombardero con alas de flecha invertida
El Ju 287 fue el bombardero de la Luftwaffe que supuestamente podía evitar la intercepción de los cazas enemigos gracias a su alta velocidad.
El ala en flecha negativa fue sugerido por el diseñador jefe del proyecto, el Dr. Hans Wocke como una forma de proporcionar sustentación extra a baja velocidad, necesaria debido a la pobre capacidad de respuesta de los primeros turborreactores usados en los despegues y aterrizajes. El primer prototipo tenía la intención de evaluar el concepto, y fue a partir de la improvisación de un fuselaje de un Heinkel He 177, de la cola de un Junkers Ju 388, el tren de aterrizaje principal de un Junkers Ju 352, y del tren de proa de un B-24 Liberator que se estrelló. Dos de los motores Jumo 004 fueron colgados bajo las alas, con los otros dos montados en góndolas añadidas a ambos lados de la trompa. Todo esto acabó por convertirlo en una especie de “avión Frankenstein”.
El Ju-287, tras la derrota nazi, acabó convirtiéndose en el OKB-1 EF 140 fue un prototipo de avión desarrollado en la Unión Soviética en el seno de la oficina de diseños OKB-1 por ingenieros alemanes capturados provenientes de la fábrica Junkers.
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