Los últimos modelos de submarinos nucleares rusos de cuarta generación, las clases Yasen y Boréi, podrán cruzar los océanos del mundo de un extremo al otro sin tener que parar para llenar el “tanque de combustible”.
Esto es posible gracias a la Corporación Rosatom, el Organismo Federal de Energía Atómica creado en 2004, responsable de todo el sector nuclear de Rusia. En 2017, ya había realizado experimentos en el núcleo de los reactores nucleares donde se almacena el combustible y se produce la reacción en cadena, según el informe anual de la compañía, publicado la semana pasada.
¿Qué significa esto?
En primer lugar, este avance implica beneficios económicos. Imagina que en tu garaje hay un Bentley gracias al cual puedes dar la vuelta al planeta sin tener que detenerte a repostar. Práctico, ¿no?
Anteriormente, los submarinos nucleares tenían que reabastecerse cada 5-10 años. Esto implicaba el desmantelamiento de la embarcación sumergible, la retirada del motor nuclear, su colocación en un contenedor sellado de plomo, la sustitución del combustible nuclear usado y la instalación de un nuevo reactor nuclear.
Por lo tanto, este proceso industrial requería la retirada de una de las principales unidades de combate del país durante al menos un mes, además del gasto de millones de rublos.
Por lo tanto, este nuevo sistema permite que Rusia mantenga su armamento más moderno a un coste menor y sin tener que paralizar parte de su flota.
¿Dónde más se aplica esta técnica?
A principios de marzo de 2018, el presidente ruso Vladímir Putin presentó al mundo otro invento nacional basado en el principio del motor nuclear “eterno”.
Se trata de un misil de crucero nuclear, el RS-28 Sarmat, capaz de atravesar la Tierra un número considerable de veces, y de golpear a cualquier adversario o grupo terrorista, incluso si este se esconde en lo profundo de la Antártida.
“Hemos comenzado a desarrollar nuevos tipos de armas estratégicas, que no utilizan trayectorias de vuelo balísticas cuando se dirigen hacia el objetivo, lo que significa que los sistemas de defensa antimisiles son inútiles y simplemente no tienen sentido intentar combatirlos”, afirmó el jefe de Estado.
Como explicó a Rusia Beyond Dmitri Safónov, exanalista militar del periódico Izvestia, este nuevo misil es aparentemente similar al Kh-101 ruso y al famoso Tomahawk americano.
“Sin embargo, dentro de este nuevo diseño ruso se instala un dispositivo de energía nuclear de pequeño tamaño y mayor potencia, que multiplica la distancia de vuelo desde el arma hasta el objetivo (la distancia máxima de vuelo del Tomahawk americano y el Kh-101 es de 2.500 y 5.000 kilómetros respectivamente)”, señala el experto.
Además, este misil ruso puede enorgullecerse de poder volar a baja altitud a la vez que lo hace de forma oculta. En otras palabras, es capaz de dirigirse hacia el objetivo evitando obstáculos en el terreno a mayor velocidad que el sonido, sin ser detectado por los actuales sistemas de defensa antimisiles, dijo el presidente de la Federación de Rusia.
“Como la distancia (de vuelo) no está limitada, se puede maniobrar tanto como se desee. Como comprenderá, nadie más en el mundo tiene algo así en este momento. Quizás algún día suceda, pero para entonces nuestros hombres habrán inventado algo nuevo”, concluyó Putin.
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