Tanque soviético KV-2 en la región de Lvov, Ucrania Occidental, 1941.
Dominio públicoTradicionalmente, sólo los barcos y aviones rusos han llevado el nombre de figuras prominentes, aunque las armas pequeñas también reciben el nombre de su inventor. Pero dos tanques soviéticos están consagrados en la historia militar no bajo el prefijo 'T-' habitual, sino con las iniciales de personas: el KV (Kliment Voroshílov) y el IS (Iósif Stalin).
En el verano de 1941, cuando los nazis emplearon su estrategia Blitzkrieg (Guerra relámpago) en los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial, usando tanques rápidos y cargas de infantería para cortar y rodear las formaciones soviéticas, tuvieron lugar algunas hazañas extraordinarias.
En el segundo día de la guerra, en medio de la confusa retirada soviética, un solo tanque KV-2 bloqueó la línea de suministro de toda la división blindada "Norte" del Grupo del Ejército Alemán. El diario del 11º Regimiento de Tanques de la Wehrmacht registró el hecho, describiendo cómo la cabeza del puente capturada por el grupo de batalla Raus fue detenida por el solitario KV, atando al regimiento durante dos días críticos.
"Por la tarde, la compañía reforzada y el cuartel general del 65º Batallón de Tanques se trasladaron a la intersección al noreste de Raseiniaia. Mientras tanto, un tanque soviético bloqueó la carretera, aislando al grupo de batalla Raus de las fuerzas principales".
"Todos esfuerzos para destruir el tanque durante la noche fracasaron. Una batería de cañones antiaéreos de 88 mm fue entonces utilizada, pero los 88 mm no resultaron más efectivos que los obuses de 105 mm. Un intento de los zapadores de volar el tanque con una mina también fracasó".
La frustración alemana creció hasta que se decidió lanzar, el 25 de junio, una operación diseñada contra el KV. Se enviaron varios tanques ligeros PzKpfw 35 (t) de fabricación checa para distraer a la tripulación soviética con un aluvión de disparos, mientras que los cañones AA de 88 mm eran también utilizados.
Tres proyectiles de 88 mm, de una docena de los que fueron disparados, penetraron en el KV, mientras que la infantería germana se montó en el tanque e intentó abrir las escotillas. Cuando la torreta de repente empezó a girar, los alemanes lanzaron en su interior granadas de mano hasta que la bestia de acero finalmente quedó en silencio.
Dentro del pecio, los alemanes encontraron los restos de seis tripulantes que habían detenido la ofensiva de toda una división Panzer durante 48 horas en su KV-2 inmovilizado.
La historia del KV comenzó a principios de 1939, cuando el diseñador jefe de la planta de Kírov (en Leningrado) Iósif Kotin, propuso el desarrollo de tanques de una torreta así como diseños de blindados con múltiples, como el T-35.
Stalin apoyó la idea. Además de seguir trabajando en los tanques multitorretas SMK y T-100, la planta recibió órdenes para construir un modelo pesado de una sola torreta llamado en honor al Comisario de Defensa de Stalin, Kliment Voroshílov.
Con menos potencia de fuego pero con una armadura más gruesa, el tanque pesaba 47,5 toneladas, estaba propulsado por un motor diesel de 500 caballos de potencia y estaba equipado con una caja de cambios epicicloidal y una suspensión de barra de torsión individual.
La Guerra de Invierno entre la URSS y Finlandia comenzó el 30 de noviembre de 1939 con la invasión soviética de su vecino, con el evidente propósito de crear una zona de seguridad para Leningrado, que Stalin consideraba peligrosamente expuesta. A pesar de que superaban en número a las fuerzas finlandesas en alrededor de tres a uno, las tropas soviéticas sufrieron pérdidas desastrosas y fueron repelidas repetidamente por los finlandeses. Después de una reorganización táctica, las fuerzas soviéticas finalmente empujaron a los defensores en 1940, como resultado de lo cual Helsinki accedió a ceder el territorio exigido por la Unión Soviética. La guerra le costó a Finlandia el 11% de su territorio y el 30% de su industria, pero mejoró su reputación política y militar, mientras que para la Unión Soviética el conflicto fue un campo de pruebas para el nuevo equipo bélico y aceleró la introducción de reformas militares muy necesarias.
El 20 de septiembre, un modelo experimental del KV impresionó a un grupo de militares de alto rango en el campo de pruebas de Kubinka de la región de Moscú, superando todos los obstáculos a los que tuvo que enfrentarse, con aparente facilidad.
Más tarde, el piloto P.I. Petrov anotó sobre estos en su diario: "Superé los obstáculos con cierta dificultad en el KV. El motor funcionaba con problemas, y cuando crucé el río, el agua inundó el compartimento de combate. Afortunadamente el motor no se paró y pudo llevarnos a la otra orilla.
"Llegué a tierra empleando breves tirones mientras trabajaba en los embragues de dirección. Según el programa de pruebas, rompí algunos pinos y me las arreglé para subir una pendiente. El motor funcionaba a máxima velocidad y no siempre podía cambiar de marcha".
Después de algunos ajustes, el KV fue enviado a su bautismo de fuego en la guerra contra Finlandia. El 17 de diciembre de 1939, un tanque tripulado por probadores de la fábrica tuvo su primer enfrentamiento cerca del lago Summayarvi.
El conductor, A. I. Yestrátov escribió más tarde: "Nos movimos a lo largo de una zanja antitanque, exponiendo nuestro lado de estribor al fuego de los búnkeres enemigos, los proyectiles nos golpeaban como un martillo mientras conducíamos. "¡Encuentren el objetivo, tenemos que disparar!" ordenó a nuestro comandante el teniente Kachéjin. Miré hacia afuera mientras me alejaba de algunos postes humeantes, y luego recibimos un impacto en el otro flanco. Informé de esto al comandante y devolvimos cinco rondas de disparos, dispersando algunos postes y revelando una posición de fuego oculta. De repente, nuestro cañón se estremeció. Revisamos el tanque sin salir y todo parecía estar bien. Seguimos".
En el viaje de regreso, el KV remolcó un tanque T-28 dañado. Después de la batalla, la tripulación descubrió que el cañón del arma había sido perforado.
Después del combate, la tripulación contó 43 impactos de proyectiles en la torreta y el casco del tanque. Un rodillo de la oruga también recibió un disparo, pero el KV hizo su trabajo y mantuvo a la tripulación con vida.
El 19 de diciembre de 1939, probablemente después de que se revisara en Moscú el informe del encuentro con el enemigo, el KV fue adoptado formalmente para su puesta en servicio y producción en masa.
A la vista de la experiencia de combate contra los finlandeses, el KV fue sometido a algunos ajustes finales. La parte inferior del casco se engrosó, se redujo la distancia al suelo y se simplificaron algunos elementos de diseño para la producción en masa.
La tripulación fue reducida a cinco personas, se instaló una ametralladora de proa y se comenzó a trabajar en un nuevo cañón principal. El cañón L-11 de 76,2 mm se consideró insuficiente y poco fiable, y en su lugar se encargó el cañón F-32. El 7 de julio de 1940, la planta de Kírov en Leningrado recibió órdenes de producir 130 F-32 para finales de año, para el KV.
Pero la experiencia de la Guerra de Invierno también provocó un replanteamiento global y una apuesta por el armamento más importante. El mariscal soviético Timoshenko propuso equipar el KV con un obús M-10 de 152 mm para derribar los nidos de ametralladoras y búnkeres que habían ralentizado el avance de las fuerzas soviéticas.
Ahora, con un peso de 52 toneladas, el tanque recién armado se designó KV-2. Su enorme torreta, de aspecto desgarbado, teóricamente podía disparar proyectiles perforantes de hormigón de 40 kg y 51 kg de peso, pero nadie sabía si el bastidor principal resistiría un retroceso tan grande.
"Antes del primer disparo todos nos pusimos muy nerviosos", cuenta uno de los expertos en diseño en sus memorias. "Por lo que sabíamos, nadie en el mundo había instalado nunca un arma de este calibre y potencia en un tanque. Pensábamos que incluso podría hacer volcar al tanque con el primer disparo."
Pero el KV se enfrentó admirablemente a las nuevas exigencias y se ordenó su producción en masa, añadiendo considerable músculo a la maquinaria de guerra soviética en su hora más crítica.
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