En los años 50, la URSS y otros países comenzaron las investigaciones científicas en la Antártida. La URSS se ocupó del este del continente y en 1956 se abrió su primer baluarte, llamado Mirni (Pacífico). En dos años ya tenía cinco estaciones operando en el este de la Antártida.
Los especialistas soviéticos se enfrentaron a un gran problema con los vehículos de transporte, ya que los camiones y tractores que tenían no funcionaban adecuadamente en las duras condiciones de la Antártida. Necesitaban un nuevo tod0terreno capaz de llegar al Polo Sur, algo que no era nada fácil, ya que Mirni se encontraba a 2.700 km de allí.
Los ingenieros soviéticos tuvieron que crear un todoterreno que operara a temperaturas de -70ºC, que pudiera recorrer largas distancias en la nieve y el hielo y que sirviera como casa temporal a los científicos. Fue así como se inventó el Jarkovchanka (“la mujer de Járkov”).
El Jarkovchanka fue la respuesta soviética al Antarctic Snow Cruiser, de EE UU, que había sido diseñado a finales de los años 30. Este gigantesco vehículo norteamericano era una auténtica casa sobre ruedas. Según los planes, debería haber cruzado la Antártida varias veces pero solo puedo recorrer 148 km antes de que la tripulación lo abandonara y se perdiera para siempre.
El nuevo todoterreno soviético se basó en el tractor de artillería pesado ATT, que a su vez se basada en el chasis y el sistema de conducción del tanque T-54. Era capaz de llevar una carga de 70 toneladas. El vehículo tiene unas dimensiones impresionantes: 8,5 m de largo, 3,5 m de ancho y 4 m de alto. La velocidad es de 5-11 km/h.
En lo que respecta al área, es comparable a un estudio-apartamento contemporáneo de 28 metros cuadrados. En el interior se encuentra todo lo necesario para hacer un largo viaje: una sección de control para el conductor, un navegador, un lugar de trabajo, una pequeña cocina, una habitación para seis personas, un baño, un comedor y un vestíbulo.
A finales de 1958 se construyeron cinco todoterrenos que se enviaron a la Antártida. Al año siguiente, los exploradores polares soviéticos comenzaron su viaje al Polo Sur. El 27 de septiembre los cinco vehículos Jarkovchanka salieron de Mirni en dirección sur. En el camino pararon en las estaciones soviéticas Komsomólskaia y Vostok.
El viaje de 2.700 km, sobre todo los 1.253 km desde la estación Vostok, hasta el Polo Sur fue duro. Hubo enormes nevadas, era un territorio desconocido y peligroso y en cualquier momento podía ocurrir una fatalidad. Los miembros de la expedición, Nikolái Grushinski y Alexander Dralkin lo recuerdan en sus memorias: “Un interminable océano de nieve delante de nosotros, mientras detrás quedaban los surcos hechos por nuestros todoterrenos. Estaban hechas en un lugar donde antes no había llegado el hombre. Pensábamos que nos conectaban con nuestros amigos, que estaban en la estación Mirni. Mientras íbamos camino del Polo no nos sentíamos solos. Estábamos en contacto constante por radio con las estaciones Vostok y Mirni y siempre sabíamos lo que estaba ocurriendo en el continente”.
El 26 de diciembre la expedición soviética llegó al Polo Sur, donde fueron bienvenidos por el equipo estadounidense, cuya estación Amundsen-Scott se situaba cerca. El viaje duró 89 días y tras pasar tres días en la base de EE UU, los científicos soviéticos comenzaron la vuelta.
Durante casi 20 años los Jarkovchanka fueron el transporte principal del los soviéticos en la Antártida y conectaban las seis estaciones del continente. En 1975 se diseñaron y entraron en funcionamiento los vehículos Jarkovchanka-2, que son el principal vehículo de los científicos rusos en la zona actualmente. En los años 80 surgieron planes para diseñar el Jarkovchanka-3, pero nunca se llevaron a cabo debido a la caída de la URSS.
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