¿De dónde viene el antiamericanismo de los rusos?

Ekaterina Lobánova
Las encuestas muestran que la mayoría delo rusos consideran a EE UU una amenaza y que tiene un impacto negativo en el mundo. Aunque no siempre fue así, durante los 90 había una opinión mucho más favorable. ¿Qué ocurrió para que ocurriera ese cambio?

Los rusos están de acuerdo a la hora de nombrar el país más hostil contra ellos. Una encuesta del centro Levada muestra que entre 2013 y 2017 la respuesta más habitual ha sido “EE UU”.

El 69% de los rusos cree que Washington se comporta de manera agresiva y es enemigo de Moscú. Aunque este sentimiento es mutuo. Según una encuesta de Fox News, el 64% considera enemigo al país eslavo, justo detrás de Corea del Norte, Irán y Siria.

“Vivimos un momento difícil de nuestras relaciones. No puedo recordar nada parecido desde la caída de la URSS”, afirmó Serguéi Kislyak, embajador de de Rusia en EE UU en Kommersant en 2016. A parecer situación no ha cambiado mucho desde entonces.

Kislyak está en lo cierto. La actitud de los rusos hacia EE UU no era severa desde principios de los años 90. Según los estudios del centro Levada los rusos tenían entonces una buena opinión de los estadounidenses. Entre 1990 y 1991 el 74% de los encuestados declararon que EE UU era un país con el Rusia debía cooperar y el 51% lo consideró un país cercano. Mucha gente se fiaba de EE UU y creía que si Rusia seguía su camino iba a ser exitoso y próspero.

Del amor al desengaño

Sin embargo, esta luna de miel no duró mucho y a finales de los años 90 muchos rusos estaban profundamente decepcionados. Según el sociólogo de Levada Denís Vólkov, los políticos occidentales que desempeñaron un papel importante en aquella época no estaban por la labor de integrar a Rusia.

La élite rusa tenía la esperanza de que Washington iba a abolir la enmienda Jackson-Vanik, que restringía los lazos comerciales bilaterales, y que iban a ayudar a Rusia a unirse la OMC. En los años 90 eso no ocurrió y mientras Washington ponía palos en las ruedas de Rusia, la economía del país iba empeorando.

“Las esperanzas de Rusia cambiaron rápidamente”, escribe Vólkov. “La mayoría de la gente no entendió la transformación de Rusia. Pasó de ser una superpotencia a un socio pequeño, que siempre tenía que aprender de las decisiones de los demás. Disparó un trauma y de ahí, el antiamericanismo”.

Época de conflictos

La situación empeoró en 1999, después de varias acciones de EE UU con las que Rusia no estaba de acuerdo, como las acciones estadounidenses en Yugoslavia y Kosovo y los bombardeos en Irak. Al mismo tiempo, EE UU criticó la segunda guerra de Chechenia (1999-2000), apoyó la expansión de la OTAN en el Este y se retiró del Tratado de Misiles Antibalísticos. Tras estos hechos, EE UU se convirtió en una amenaza para el 35% de los rusos y encabezó la lista de amenazas contra Rusia, por primera vez desde la época postsoviética.

Si excluimos un corto periodo a principios de la década del 2000, cuando Putin apoyó a George W. Bush en la “cruzada contra el terrorismo”, las relaciones siguieron deteriorándose. EE UU invadió Irak en 2003 y atacó Libia en 2011. Por su parte EE UU criticó a Rusia por la guerra contra Georgia en 2008, por la reunificación con Crimea y por su apoyo a los rebeldes del este de Ucrania en 2014. En todos estos casos se acusaron mutuamente de violar la legislación internacional y de tener intereses imperialistas.

El papel de los medios de comunicación

Vólkov cree que los medios estatales rusos son parcialmente responsables de la popularización del antiamericanismo entre los rusos.

Por su parte, Vladímir Vasíliev, jefe de investigación del Instituto de EE UU y Canadá, cree que se podría decir lo mismo de los medios estadounidenses hacia Rusia. “Tras la caída de la URSS, los círculos más poderosos de EE UU hicieron poco por cambiar la actitud hacia Rusia”.

La diferencia entre política y los pueblos

Independientemente de lo difíciles que sean las relaciones políticas, esto no afecta mucho a la actitud de las personas respecto al otro pueblo, cree Kislyak. “El pueblo ruso no tiene una actitud negativa hacia EE UU como país, aunque haya tensiones políticas”, declaró el diplomático al diario Kommersant.

Este punto de vista está muy extendido entre los rusos. Por ejemplo, Serguéi Kozin, editor y traductor cree que “la imagen del enemigo carece de rostro y que los rusos tratarían bien a un estadounidense”.

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