Los resultados de un informe internacional acusan directamente a Rusia.
APLa Fiscalía holandesa publicó ayer la segunda parte de la investigación que realiza con un grupo de representantes de varios países (Ucrania, Bélgica, Malasia y Australia) sobre la catástrofe aérea de Boeing 777 ocurrida en el sudeste de Ucrania. Dos años después de la catástrofe los investigadores responden a quién pertenecía el sistema BUK desde el que se disparó el misil que impactó contra el avión y desde dónde se lanzó el misil.
Según la versión presentada, el lanzamiento del misil se produjo desde un territorio que en julio de 2014 estaba controlado por las milicias, no lejos del asentamiento de Pervomaisk, y el BUK se trasladó a Ucrania desde Rusia y posteriormente volvió a Rusia.
Así, la investigación culpa a Rusia del incidente pero no aporta ningún nombre concreto. La comisión presentó un listado de 100 nombres sospechosos, aunque ni el Fiscal General ni el Investigador Jefe, Fred Westerbeke, han presentado acusaciones oficiales contra Rusia. La última palabra respecto a la investigación corresponde a un tribunal internacional y este informe será usado como prueba. Por ahora el periodo de instrucción se ha prolongado hasta principios de 2018.
Miembros de la República Popular de Donetsk (DNR) rechazaron inmediatamente los resultados de la investigación, que calificaron de "mentira" que encubre la incapacidad para presentar pruebas reales. "Hacen esas declaraciones pero nadie puede presentar evidencias en las fotografías de EE UU", declaró que vicedirector del Ministerio de Defensa de la DNR, Eduard Basurin, en declaraciones a la radio. "Han pasado dos años y nadie ha visto esas fotografías. Ucrania se niega a mostrar el espacio aéreo en su radar. Están engañando a todos, mienten", añadió.
En el informe se mostraban fotografías pero no eran las realizadas por satélite. Entre las imágenes hay algunas de testigos que supuestamente vieron cómo se trasladó el BUK, así como fotografías de suelo quemado, desde donde se dice que se lanzó el misil.
Evidentemente el Kremlin no considera que estas pruebas sean convincentes. Ayer, pocas horas antes de la presentación del informe, el secretario de prensa del presidente, Dmitri Peskov, declaró que no había pruebas de la implicación de las milicias en la catástrofe del MH17, y citó evidencias de la investigación rusa en la cuestión, desveladas dos días antes.
Las pruebas rusas son muestras de información recogida por radares rusos en la frontera ruso-ucrnaiana. Según estas pruebas el misil podría haber sido lanzado solamente desde la parte controlada por el Ejército ucraniano. "La información no es ambigua y no aparece ningún misil. Si hubiera habido un misil habría sido lanzado desde el otro territorio", declaró Peskov.
Por cierto, este argumento no se considera en el informe final presentado por el equipo de investigación.
Actualmente, independientemente de la decisión que tome un tribunal internacional, para Occidente Rusia es inequívocamente culpable del incidente. Los expertos consultados comparten esta aproximación.
"Te aseguro que nunca conoceremos la verdad, porque si Rusia estuviera implicada de alguna manera en la catástrofe, estoy convencido de que Occidente habría hecho todo lo necesario para publicar el material inmediatamente, sin esperar dos años y medio", declaró Alexander Gúsev, presidente de la Unión Internacional de Expertos a Kommersant radio.
Viacheslav Igrunov, del Instituto Internacional de Investigación Político-Humanitario, cree que las élites occidentales ya han decidido la culpabilidad de Rusia. "Incluso si el tribunal no considera culpable a Rusia, no creo que cambie la actitud. Es más, no creo que el tribunal se pronuncie en contra. En el mejor de los casos dirá que no hay evidencias suficientes".
Los más probable es que Rusia no reconozca el tribunal. "Se juzgará en ausencia", predice Andréi Suzdaltsev, de la Escuela Superior de Economía. Las consecuencias pueden ser pésimas e incluso provocar que se confisquen propiedades del estatales rusas en el extranjero. "El informe coincide con las fuertes polémicas en torno a Siria. El bombardeo de soldados del ejercito sirio y la indignación por el convoy humanitario destruido, y las acusaciones contra Rusia". Recientemente el ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, solicitó que hubiese más sanciones a causa de la destrucción del convoy. En Washington han surgido voces que lo apoyan. Suzdaltsev concluye que lo más esperable es una nueva ola de confrontación de Occidente con Rusia.
Sin embargo, según los expertos consultados por RBTH, es poco probable que haya nuevas sanciones. Desde el principio, incluso antes de la investigación se consideró a Rusia culpable, lo que provocó las sanciones existentes. Actualmente hay pocos sectores en los que se pueden introducir sanciones. En cualquier caso, la respuesta de Rusia es impredecible.
"Hasta ahora hemos respondido con cautela y moderación a las acusaciones dirigidas contra nosotros (contra los atletas antes del inicio de las Olimpiadas, por ejemplo) y no hemos iniciado una confrontación fuerte. Rusia es culpable de todo, esto se está convirtiendo en un nuevo axioma", concluye Suzdaltsev.
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