5 héroes soviéticos musulmanes de la Segunda Guerra Mundial

Foto de archivo; Museo Central Estatal de Historia Contemporánea de Rusia
Más de 500 musulmanes recibieron el título de Héroe de la URSS durante la guerra.

Cuando llegaron al poder en Rusia, los bolcheviques proclamaron que uno de sus objetivos era “la eliminación de los prejuicios religiosos”. Sin embargo, muchas familias mantenían su fe a puerta cerrada. Por eso no hay pruebas que permitan afirmar con seguridad si estos héroes eran musulmanes practicantes o no. Sin embargo, sus compatriotas actuales están convencidos de que en el fondo esos héroes de guerra eran verdaderos creyentes.

1. Musa Jalil

Musa Jalil, poeta tártaro y corresponsal de guerra, incluso asistió a una madraza en su momento, lo que, sin embargo, no le impidió unirse más tarde a la Liga de Jóvenes Comunistas (el Komsomol) y, durante la guerra contra la Alemania nazi, convertirse en instructor político del Ejército Rojo.

Durante mucho tiempo, en la URSS Jalil fue considerado un traidor que había traicionado a su patria. Tras ser capturado en 1942, pronto se unió a la llamada Legión Idel-Ural, creada por los alemanes. Esa unidad militar reunía a los prisioneros de guerra del Ejército Rojo entre los representantes de los pueblos de la región del Volga (tártaros, bashkirios, mordovianos, mari, chuvashios y udmurtios) que querían luchar contra el bolchevismo.

Sin embargo, el verdadero objetivo de Jalil no era luchar por el Tercer Reich, sino destruir la Legión Idel-Ural desde dentro. Se convirtió en uno de los miembros clave de una célula clandestina que se creó dentro de la legión para llevar a cabo una activa labor de propaganda entre sus miembros. Los alemanes le encargaron a Musa que recorriera los campos de prisioneros de guerra promoviendo la propaganda nazi. En realidad, aprovechó esta oportunidad para reclutar nuevos miembros para la resistencia.

Como resultado del trabajo de los activistas clandestinos, el primer batallón Idel-Ural que fue enviado a la zona de combate mató a sus oficiales alemanes y se pasó casi en su totalidad a los partisanos. Los seis batallones restantes también tenían muchos miembros que habían sido blanco de la propaganda de la resistencia y, por lo tanto, se consideraban no aptos para el combate y muy poco fiables.

Musa Jalil fue detenido en agosto de 1943 y un año más tarde guillotinado. Su nombre fue limpiado después de la guerra, y en 1956 se le concedió póstumamente el título de Héroe de la Unión Soviética.

2. Khanpasha Nuradílov

Khanpasha Nuradílov luchó en la guerra durante poco más de un año, pero en ese corto tiempo consiguió hacerse famoso en toda la Unión Soviética. Tras matar a un total de 920 soldados alemanes, el joven checheno se convirtió en el ametrallador más eficaz del Ejército Rojo.

En más de una ocasión, Nuradílov fue herido en combate y quedó como único superviviente de su equipo de ametralladoras, pero siempre luchó hasta el final, infligiendo pérdidas tangibles al enemigo. Después de una sola batalla cerca de la aldea ucraniana de Bayrak, en la primavera de 1942, el comandante de un escuadrón de caballería al que Khanpasha estaba encargado de dar cobertura de fuego contó más de 300 soldados alemanes muertos por la ametralladora del checheno.

Nuradilov, que acababa de cumplir 18 años, fue asesinado cerca de Stalingrado el 12 de septiembre de 1943. Al año siguiente, se le concedió a título póstumo el título de Héroe de la Unión Soviética.

3. Domullo Azízov

Originario de la República Socialista Soviética de Tayikistán, el sargento menor Domullo Azízov contribuyó al éxito de una de las operaciones más importantes del Ejército Rojo en la Segunda Guerra Mundial:, el cruce del río Dniéper en el otoño de 1943.

El 15 de octubre, bajo un intenso fuego enemigo, Azízov cruzaba el río en el distrito Loyevski de Bielorrusia con uno de los primeros grupos de desembarco. Antes de que su barco llegara a la orilla, Domullo saltó del barco y -con el agua hasta la cintura- se dirigió rápidamente a la tierra e irrumpió en las trincheras alemanas. Tras destruir una ametralladora enemiga con una granada, Domullo giró la ametralladora hacia el enemigo y resistió el fuego alemán hasta que llegaron los refuerzos.

Sin embargo, nueve días después, el Héroe de la Unión Soviética Domullo Azízov murió en los combates por la región bielorrusa de Gomel y fue enterrado en una fosa común de esa localidad.

4. Yusup Akáiev

Los periódicos soviéticos lo calificaron de “hombre legendario”. De etnia kumik (pueblo de habla turca que vive en Daguestán), Yusup Akáiev fue uno de los más famosos pilotos de aviación de la Flota del Mar Negro.

A bordo de su “tanque volador”, un avión de ataque Il-2, realizó 104 salidas, destruyó 18 barcos de diversos tipos, tres locomotoras, 11 tanques y muchos otros objetivos del enemigo.

Akáiev atacaba los barcos no lanzándose sobre ellos desde lo alto, sino volando hacia ellos a altitudes ultrabajas. Una vez cerca, lanzaba sus bombas y luego elevaba su avión bruscamente. Este método de bombardeo entrañaba grandes riesgos, pero al mismo tiempo era muy eficaz.

Yusup Akáiv se convirtió en uno de los pocos pilotos de ataque que consiguió salir victorioso de una batalla aérea desigual contra dos cazas enemigos.

Héroe de la Unión Soviética vivió para ver la victoria en la Segunda Guerra Mundial, pero no tuvo muchos años de vida después para disfrutar plenamente de la vida pacífica. Las heridas sufridas durante la guerra minaron su salud, y murió en 1949, con tan solo 27 años.

5. Aliyá Moldagúlova

Héroe de la Unión Soviética, Aliyá Moldagúlova, de Kazajistán, se graduó con honores en la Escuela Central de Entrenamiento de Francotiradores para Mujeres y acabó con varias docenas de soldados enemigos. Sin embargo, no se hizo famosa como francotiradora.

En su última batalla, que tuvo lugar en la región de Pskov en enero de 1944, Aliyá asumió un papel bastante inusual para una francotiradora. Tras la muerte del comandante de la compañía, con un conmovedor grito de “¡Por la patria! Adelante!”, levantó a sus compañeros para que atacaran y fue la primera en irrumpir en las trincheras del enemigo.

Herida por un fragmento de mina, Aliyá Moldagúlova llegó a entablar un combate cuerpo a cuerpo. Sin embargo, otra herida que sufrió en ese combate resultó fatal para la joven de 18 años.

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