Imágenes inéditas de Moscú en los años 50, obra de un supuesto espía de EE UU

Historia
NIKOLÁI SHEVCHENKO
El comandante Martin Manhoff fotografió en secreto uno de los acontecimientos clave de la era soviética y fue expulsado del país acusado de espionaje.

En 2014, una anciana de la ciudad estadounidense de Kirkland, a varios kilómetros al este de Seattle, falleció dejando sus objetos personales a un amigo de la familia, ya que ella y su marido, fallecido en 2005, no tenían hijos. Al revisar las posesiones de la pareja, la heredera descubrió algo extraño y se puso en contacto con el historiador y escritor Douglas Smith. 

Cuando Smith, experto en la historia de Rusia, acudió a la casa de la difunta, hizo un descubrimiento extraordinario: una pila de botes de película metálica de 16 mm.

“Agarré uno y me quedé asombrado por lo que vi escrito y rayado con lápiz: Funeral de Stalin. Seguí rebuscando en las cajas. Encontré una llena de diapositivas fotográficas. Saqué una de las diapositivas y la expuse a la luz. Era una escena callejera de Moscú, claramente de los años 50, y en colores brillantes. Coloqué los contenedores en el suelo: había miles de diapositivas. No podía creer lo que estaba viendo. Le dije a la albacea que Martin había dejado algo especial y me pidió que me llevara lo que quisiera y tratara de encontrarle un buen lugar”, dijo Smith.

Y bien si se lo encontró. El archivo completo, que contiene una visión única de la vida soviética en los años 50, fue publicado por Radio Free Europe/Radio Liberty, junto con la historia de su autor, el mayor del ejército estadounidense Martin Manhoff.

Manhoff nació en 1917 y se graduó en la Universidad de Washington. Se alistó en el ejército estadounidense tras su graduación y luchó en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la guerra, regresó a EE UU y en 1950 se casó con una mujer llamada Jeannette Kozicki.

Poco después, en 1952, la pareja se trasladó a la Unión Soviética, donde Manhoff obtuvo un puesto de agregado militar adjunto en la embajada estadounidense. Equipado con herramientas fotográficas y la visión de un artista, Manhoff tomó imágenes únicas de lo que era uno de los países más aislados del mundo durante los primeros días de la Guerra Fría.

El gran momento de Manhoff llegó el 9 de marzo de 1953, cuando realizó sus tomas más valiosas desde una ventana de la Embajada de Estados Unidos, que entonces estaba situada en la céntrica calle Mojóvaia de Moscú.

Al estar en el lugar adecuado en el momento preciso, Manhoff obtuvo una perspectiva única para filmar uno de los acontecimientos más importantes del mundo en ese momento: el funeral de Stalin.

Antes de que se descubriera el archivo de Manhoff, no había ninguna filmación independiente del funeral de Stalin y el único registro visual disponible era el material soviético supervisado por el Estado.

Por lo tanto, las fotografías realizadas por el mayor del ejército estadounidense proporcionaron una visión única e independiente de uno de los acontecimientos clave de la historia soviética.

La película de Manhoff muestra cómo cientos de soldados escoltaron el féretro de Stalin hasta la Plaza Roja, donde su cuerpo fue colocado posteriormente junto al de Lenin.

“Una escena que Manhoff filmó desde su posición ventajosa en la entonces Embajada de EE UU muestra a las multitudes fluyendo a través de la cercana plaza Manezh, mientras cientos de personas se apresuran a la parte inferior de Kremliovski Proezd, la corta pendiente que conduce a la Plaza Roja. Otras imágenes muestran a los soldados que hacían guardia en Kremliovski Proezd saltando y juntando los brazos en un intento de mantenerse calientes en un frío día de marzo, algo que no se ve en ninguna de las películas oficiales”, escribe RFE/RL, editora del archivo de Manhoff, a quien el historiador Douglas Smith dio acceso exclusivo a las películas.

Además del funeral del dictador, Manhoff -un devoto viajero y fotógrafo- tomó imágenes de la vida cotidiana soviética en los lugares que visitó durante su estancia en la URSS.

Manhoff tomó imágenes de la rápida construcción de posguerra en Moscú, de los mercados de Crimea, de los ciudadanos soviéticos durante sus tareas mundanas y de los lugares rurales soviéticos desde un tren. 

Aunque las películas de Manhoff se utilizaron sin duda con fines de inteligencia -ya que “se asomaron a los vastos cambios que se estaban produciendo en la URSS a medida que salía de la devastación de la Segunda Guerra Mundial y se profundizaba la Guerra Fría”- también tenían una calidad artística sin precedentes. El comandante Manhoff tenía el ojo de un gran artista y fotógrafo.

La obsesión de Manhoff por fotografiar la vida en la URSS tuvo un final abrupto cuando fue expulsado de la Unión Soviética acusado de espionaje en 1954.

El presunto espía consiguió sacar de contrabando su trabajo de dos años, que solo se difundió ampliamente tras su digitalización y publicación en marzo de 2017, generando un enorme interés entre rusos y estadounidenses.

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