Esta estación soviética de radar de alerta temprana de misiles balísticos intercontinentales estaba cerca de Chernóbil. Podía rastrear lanzamientos a 4.000 km de distancia.
Debido a la característica señal de transmisión que emitía cuando estaba en funcionamiento (un sonido similar al batido de las hélices de un helicóptero) fue apodado el “Pájaro carpintero ruso”.
Un monstruo de 80 toneladas, apodado Bisonte por los analistas de la OTAN, el M-4 fue el primer bombardero intercontinental del mundo construido para llevar bombas nucleares. Se adelantó unos meses al B-52 estadounidense.
Este tipo de silo contenía un misil balístico Dvina R-12 capaz de lanzar una cabeza nuclear de 2,3 megatones a una distancia de 2.000 km. La profundidad del silo es de 30 metros.
La antigua base secreta de submarinos de la bahía de Balaklava, en Crimea, es ahora un complejo museístico. Pero en su momento eran una zona restringida y su instalación ultrasecreta fue excavada dentro del monte Tavros.
Aquí se guardaban y reparaban los submarinos nucleares y se almacenaban municiones. Las compuertas de 150 toneladas y los muros reforzados de la base debían resistir un ataque nuclear.
El búnker, que fue construido especialmente como refugio para Stalin y los miembros del gobierno en caso de un ataque nuclear, está situado a 65 metros bajo tierra en el centro de Moscú.
En la década de 1950, la construcción de esta instalación de 7.000 metros cuadrados se mantuvo en secreto incluso para los habitantes de la ciudad, algo que no fue fácil. Luego, durante los 30 años siguientes, hasta 1986, el búnker se utilizó como puesto de mando de bombarderos estratégicos que transportaban armas nucleares. Ahora alberga un museo de la Guerra Fría.
Hoy en día, las formas esféricas de estos sistemas de defensa antimisiles siguen en pie en las afueras de Moscú como instalaciones abandonadas (aunque todavía vigiladas).
Aparecieron cerca de Naro-Fominsk a principios de los años 50 para avisar con antelación de los ataques dirigidos a la capital.
El túnel de 1 km de longitud excavado en las rocas de Chukotka servía a un aeródromo de avanzada cercano utilizado por la aviación de larga distancia. El túnel almacenaba bombas nucleares para los aviones que salían del cercano aeródromo de Anadir. Según los planes de los militares, los aviones debían recoger aquí su carga de armas nucleares para lanzarlas en territorio estadounidense, que está a menos de una hora de vuelo. Para confundir a los servicios especiales occidentales, el lugar tenía muchos nombres diferentes: Magadán-11, Anadir-1, Objeto C o Gudym. Los habitantes de este lugar lo llamaban simplemente el “portal” o el “agujero”.
Esta zona de 18.500 kilómetros cuadrados de estepa desierta en Kazajistán fue el lugar donde se produjeron explosiones nucleares, termonucleares y de hidrógeno durante un periodo de 40 años.
Estas explosiones provocaron la contaminación radiactiva de toda la parte oriental de Kazajstán, y más de 1,5 millones de personas, según diversas estimaciones, fueron víctimas de las pruebas.
La zona sigue perteneciendo al ejército checo y está vigilada, aunque no la utilice. La instalación Javor 51, que antes era de alto secreto, ha sobrevivido en un estado casi perfecto y se ha convertido en un museo.
El ejército soviético se retiró de Hungría en 1991, y con su retirada se abandonó el hospital militar soviético. No se le encontró ninguna utilidad al edificio, y sus paredes siguen hablando de la antigua presencia de otro Estado.
LEE MÁS: Las ruinas del imperio soviético en imágenes
La ley de derechos de autor de la Federación de Rusia prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Russia Beyond sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: