Antes de la Revolución de 1917, mujeres y niños trabajaban en muchas industrias en las mismas condiciones que los hombres, pero recibían menos sueldo. Aunque había una industria en la que el trabajo femenino estaba prohibido: la extracción de carbón.
Tras la Revolución el país necesitaba más trabajadores y por eso se levantó la restricción. Más tarde, entre 1931 y 1938, se elaboraron listas de minas en las que se permitía trabajar a las mujeres, incluida una en la región de Kémerovo.
Al empezar la Segunda Guerra Mundial, las listas se volvieron irrelevantes y se reemplazaron por el siguiente lema: “Una esposa debe tomar el lugar de su marido, hijo, padre, hermano”. Gran cantidad de mujeres se unieron a los hombres en las minas de carbón. De julio a diciembre de 1941 el número de mujeres en las minas de la cuenca de Kuznetsk aumentó de 11.600 a 15.900, 2.600 de las cuales trabajaban en la carbonera, según el periódico onlineLiteratúrnaia Gazeta.
Las mujeres aprendieron a manejar locomotoras y motores eléctricos y máquinas de elevación, y estudiaron metalurgia, dice Elena Stepanova, custodio del Museo de la Ciudad de Anzhero-Sudzhensk.
“Instalamos dinteles, con el agua hasta la cintura. Cargamos carbón en los vagones junto con los hombre e incluso los preparamos manualmente. De vuelta a casa, estaban los hijos y una pequeña granja con una vaca y un huerto”, recuerda la minera Fanaseya Chebanova.
En 1943 se emitió una directiva sobre la introducción de mano de obra femenina en la industria del carbón, que proponía todo un plan para formar a las mujeres para trabajar como mineras con el fin de sustituir al 80% de los hombres.
“Las mujeres tenían 20 años, y yo 26. El martillo pesaba 17 kg, la veta tenía tres metros de altura. Había que mantener el martillo suspendido durante todo el turno... El polvo, el ruido... Salíamos a la superficie con las manos y los pies completamente entumecidos. Pero siempre cumplimos las cuotas por encima de los establecido”, recuerda la jefa de una de las brigadas de la cuenca de Kuznetsk, Alexandra Ladayun.
Algunas de las mineras eran menores de 18 años. María Chukriakova, por ejemplo, empezó a trabajar en la mina a los 15 años.
“Teníamos 15-16 años, éramos unas niñas. Imagina lo agotadas que estábamos. En abril de 1945 empezamos a tener cuatro días libres al mes”, Chukriakova comparte sus recuerdos. “Para arreglarnos de alguna manera, vendimos nuestra ración de pan y con lo recaudado comprábamos sacos blancos en el mercado para hacer e hicimos blusas y pañuelos de cabeza con ellos”.
Una de las primeras trabajadoras del carbón fue Alexandra Leónova. Era una antigua vendedora a la que se le hizo duro el entrenamiento, pero cumplió su cuota en un 349%.
“Durante las primeras semanas, la transportista sentía los brazos y las piernas como si fueran plomo y la espalda le dolía de manera insoportable. Por la noche solo soñaba con vagones de carbón que cargaba sin cesar. Los días eran duros y amargos. Había una guerra”, así es como recordada el periódico Komsomolets Kuzbassael a Leónova en marzo de 1975, donde fue calificada de heroína.
Su fotografía fue publicada en los periódicos y hombres de todo el frente le escribieron cartas de agradecimiento. Más tarde se le concedió la medalla “Por un trabajo distinguido” y la insignia de “Alta triunfadora de la competición socialista”.
Algunas mujeres murieron en las minas. El 16 de febrero de 1944, una explosión de gas en la mina de Novokuznetsk mató a 120 mineros, entre ellos 21 mujeres, según el sitio web del Museo de la Gloria a los Mineros.
Las mujeres trabajaron en la industria del carbón hasta 1957, cuando se emitió un decreto sustituyendo el trabajo femenino por el masculino. Sin embargo, en realidad continuaron trabajando en este agotador trabajo hasta 1966, según el periódico Ugol Kuzbassa.
En total, más de 200.000 mujeres trabajaron en la industria del carbón y hasta 1950 superaban al número de hombres en las minas.
En palabras de un periodista de guerra: “De manera incomprensible, los frágiles y delgados hombros de las mujeres sostuvieron la industria del carbón durante una década”.
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