El mausoleo del primer líder soviético, Vladímir Lenin, es sin duda el sitio más famoso de la Plaza Roja que data de la época comunista. Su estructura solía servir de tribuna para los principales líderes y héroes del Partido Comunista. Al igual que los dioses que subían al Olimpo, en las grandes fiestas y manifestaciones la élite soviética ascendían esas escaleras y saludaba desde arriba a las multitudes que aplaudían. A veces, sin embargo, personas no relacionadas con la élite del partido o la política ocupaban un lugar allí: héroes nacionales, cosmonautas e incluso escritores aclamados. Muy pocos invitados de honor extranjeros fueron invitados a estar en todo lo alto, pero hemos compilado una lista de algunos de ellos.
Dwight Eisenhower, los Estados Unidos
El futuro presidente de EE.UU. fue invitado a visitar Moscú para el desfile de la Victoria de junio de 1945, cuando todavía era un general del ejército. Sin embargo, no pudo asistir, aunque más tarde, en julio de 1945, se unió a Stalin para dar la bienvenida al Desfile de Culturistas Físicos y se convirtió en el primer oficial americano en subir al Mausoleo. Poco después de aquello, las relaciones soviético-americanas se hundieron en la Guerra Fría y los líderes occidentales dejaron de ser bienvenidos en la URSS; menos todavía a este altar principal de la fe en el comunismo.
Georgui Dimitrov, Bulgaria
Un miembro del Comintern, Dimitrov fue sentenciado en Berlín y culpado por provocar el incendio en el Reichstag. Mientras estaba siendo juzgado en el tribunal, pronunció un apasionado discurso de apoyo al comunismo contra el nacionalsocialismo, por lo que fue invitado a la URSS, donde se le concedió la ciudadanía soviética. Incluso se le apodó como “el Lenin búlgaro” y fue invitado a asistir al desfile del Día del Trabajo en la Plaza Roja. En la foto está con su madre. Curiosamente, después de su muerte se construyó un mausoleo para él en Bulgaria.
Romain Rolland, Francia
Romain Rolland era uno de los mejores defensores de la URSS. En 1935, viajó a Moscú por invitación de Maxim Gorki. El escritor francés se alojó durante un mes en su casa de Moscú, e incluso tuvo un encuentro con Stalin y quedó absolutamente encantado con él. Como el autor proletario soviético más querido, Gorki era un invitado frecuente en la tribuna del Mausoleo, y con Rolland estuvo allí para recibir el Desfile de Culturistas Físicos. Rolland (en la foto, vistiendo un sombrero) quedó asombrado por la espectacular procesión de atletas semidesnudos.
André Gide, Francia
Otro amigo de los soviéticos, el famoso escritor francés André Gide, llegó a Moscú en 1936. Apareció en el funeral de Maxim Gorki y dio un discurso en el Mausoleo. Viajando a través de la URSS, Gide perdió su percepción romántica sobre el nuevo régimen del país y sobre Stalin, y al volver a Francia escribió una exposición negativa en su libro de no ficción Retorno de la URSS. Eventualmente todas sus obras fueron prohibidas en la Unión Soviética.
Mao Zedong, China
El comunista chino más famoso, Mao Zedong sólo viajó al extranjero dos veces, y ambas veces para visitar la URSS. La primera vez fue en 1949 cuando asistió al 70 cumpleaños de Stalin. Luego regresó en 1957 y se unió a Jruschov para las celebraciones del aniversario de la Revolución en la tribuna del Mausoleo. Bueno, después de su muerte consiguió su propio Mausoleo, incluso más grande que el de Lenin.
Fidel Castro, Cuba
El revolucionario cubano era una leyenda viva y fue un invitado de honor en la URSS. Visitó la Unión Soviética y estuvo en la tribuna del Mausoleo varias veces. En 1963, Castro pasó un mes en la URSS y vio el desfile del Día de Mayo desde el edificio hombro con hombro con Nikita Jruschov. Luego, el 23 de mayo, dio un discurso de dos horas desde la tribuna. En 1987, Fidel subió al mausoleo de nuevo para ver el desfile del aniversario de la Revolución junto a Mijaíl Gorbachov.
Walter Ulbricht, de la República Democrática Alemana
Walter Ulbricht fue un fundador del Partido Comunista de Alemania y un político de Alemania del Este. En 1969, como presidente del Consejo de Estado de Alemania del Este, llegó a la URSS para celebrar el 50 aniversario de la Revolución.
Zhou Enlai, China
El comunista chino Zhou Enlai tenía una larga historia de relaciones con la Rusia Soviética. En los años 30, reclutaba estudiantes chinos para la Universidad Comunista de los Trabajadores del Este en Moscú. En 1964, ya como Primer Ministro de la República Popular China, Zhou Enlai subió al Mausoleo para celebrar el aniversario de la Revolución en Moscú.
Alois Indra y Vasiľ Biľak, la República Checoslovaca
Estos dos políticos comunistas eran muy pro-soviéticos y actuaron contra el intento de liberalización política de la República Checoslovaca (la llamada Primavera de Praga), e incluso solicitaron la “asistencia fraternal” de Moscú, apoyando así la intervención de los tanques soviéticos en Checoslovaquia. Su lealtad fue muy apreciada, y los dos fueron invitados a Moscú para celebrar el aniversario de la Revolución en 1968.
Jaafar Nimeiry, Sudán, y Nguyễn Hữu Thọ, Vietnam
En 1969, otra celebración de la Revolución en Moscú reunió a dos líderes aliados de la Unión Soviética. El primer ministro de Sudán, Jaafar Nimeiry, que para entonces había organizado un golpe de estado en Sudán, llevando el país a la izquierda política y orientándolo hacia la URSS. Otro invitado de honor fue Nguyễn Hữu Thọ, presidente del Gobierno Revolucionario Provisional de Vietnam del Sur que era socialista y en ese momento representaba a la oposición exiliada.
Lê Duẩn, Vietnam
Los líderes vietnamitas eran invitados frecuentes en la Unión Soviética. En 1978, el Secretario General del Partido Comunista de Vietnam, Lê Duẩn, fue invitado a celebrar el 61º aniversario de la Revolución y a ver el desfile en un frío día de noviembre.
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