Hay opiniones diferentes sobre el comunismo, sobre Lenin o incluso sobre dónde debería estar ubicada su momia, pero hay una cosa clara, el mausoleo del líder de la Revolución es un lugar muy popular en la capital rusa. Cada año 2,5 millones de personas van a ver el cuerpo de Lenin. Así que si planeas ser uno de ellos, te damos algunos consejos.
El mausoleo está abierto cuatro días a la semana: martes, miércoles, jueves y sábado, pero solo durante tres horas, desde las 10 hasta la 1. En la web del mausoleo (Lenin.ru), se dice que está abierto cada día estipulado, pero no es así.
En ocasiones el horario cambia porque realizan trabajo de restauración en el cuerpo, o por otras razones.
También puede cerrar por los festivales, mercados o desfiles que se realizan en la Plaza Roja.
“Nos equivocamos y caminamos hasta estar muy cerca de la tumba para comprobar que la fila iba hasta la acera y fuera de la plaza, y aunque íbamos tarde, llegamos cuando la tumba se abría”, recuerda Jessi de Virginia (EE UU).
Otro truco. La entrada al mausoleo no está donde se encuentra la entrada física al propio mausoleo. El puesto de control con detectores de metales y puntos de control comienzan en la torre Nikólskaia, al lado del Museo de Historia.
“Deberías visitarlo si vienes a esta fantástica ciudad. Pero (y esto es lo más importante), tienes que estar preparado para pasar unas dos horas en la fila”, comenta Otto de Riga.
Una mala noticia, siempre hay cola para entrar al mausoleo, bien sea grande o pequeña. Entran grupos de unas 20-15 personas y hasta que no salen no entra el siguiente grupo.
La vista a Lenin se ajusta a muchas normas y cualquier desvío de las normas puede acarrear problema. No es posible hablar, pararse (sí, aunque sea muy lentamente siempre hay que estar en movimiento) sacar fotos o grabar en vídeo, ir con tocado, con las manos en los bolsillos, con una bolsa voluminosa o con una maleta.
Los visitantes rodean el sarcófago por tres lados en un podio bajo. Hay que estar preparado porque la visita es infinitamente más corta que el tiempo de espera. No es posible pararse cuando se mira a Lenin. “Se tarda unos dos minutos en pasar. Pero toda la situación es fascinante”, recuerda un irlandés llamado IrishDee79.
En la Plaza Roja hay gente que intenta ganar dinero con turistas que carecen de información. Les dicen que les pueden comprar las entradas más barato que en las taquillas. Lo que pasa es que la entrada es completamente gratuita. Se trata de un timo clásico.
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