Cómo son actualmente los lugares que acogieron los campos del Gulag (Foto)

Historia
ALEXANDRA GÚZEVA
Solovkí, Vorkutá, Kolimá, estos nombre evocan trágicos eventos en las décadas 30 y 40. ¿Cómo se han transformado esos lugares?

1. Campo de trabajos forzados de Solovetski (Solovkí)

Los bolcheviques convirtieron el monasterio de Solovetski en un infierno. Se construyeron literas de madera para los internos dentro de las iglesias; los altares e iconostasios fueron destrozados y confiscaron las mercancías preciosas. Las antiguas celdas monásticas y los lugares remotos para los monjes ermitaños se convirtieron en cuarteles e células de aislamiento. 

Hoy en día, el monasterio se ha vuelto a abrir, pero aún no está completamente renovado. Quedan muchos recuerdos de la época oscura. Por ejemplo, el edificio abandonado junto al monasterio albergaba la administración del campo de trabajo. 

2. Campo de trabajos forzados del mar Blanco-Báltico (Belbaltlag)

Los prisioneros del campo de trabajos forzados del mar Blanco-Báltico tenían una tarea: construir el canal del mismo nombre. En un momento dado, entre 60 y 100.000 personas trabajaron en la obra. El canal de 227 km, que se extiende desde el mar Blanco hasta el lago Onega con 19 esclusas en el camino, se construyó en un tiempo récord, poco más de dos años. En 1933 había muerto el 10% de los trabajadores de la construcción. 

El canal del mar Blanco sigue en funcionamiento y ha sido reconstruido varias veces. A lo largo del canal hay varios monumentos en homenaje a los trabajadores muertos. Además, se ha creado el complejo histórico y cultural del canal del mar Blanco y el Báltico, que incluye edificios preservados y monumentos conmemorativos a los prisioneros. 

3. Norilsk

El campo de Norilsk existió entre 1935 y 1956 y contaba con 72.000 internos. La lista de tareas era muy amplia: trabajaban en condiciones de frío extremo en una planta de cobre y níquel así como en las minas, construían y mantenían los ferrocarriles y descargaban barcazas. La actual Norilsk es esencialmente una ciudad construida con trabajos forzados. 

Hoy en día es un gran centro industrial con una población de alrededor de 180.000 habitantes (lee más sobre el Norilsk moderno). En los años 90, el monumento al Gólgota de Norilsk se instaló en el lugar donde se encontraba una fosa común. Está dedicado a las diferentes grupos étnicos de los que perecieron, incluyendo rusos, polacos, lituanos, estonios y judíos. El complejo de museos y exposiciones del Museo de Norilsk cuenta con una exposición permanente del Gulag con objetos personales de los prisioneros y fragmentos de sus recuerdos. 

4. Perm-36

Este campo en Perm existió desde 1946 hasta 1988. Sus internos se dedicaban principalmente a la tala de árboles. La mayoría de los prisioneros eran intelectuales, escritores y líderes de organizaciones religiosas y de derechos humanos, así como disidentes procesados por propaganda antisoviética. 

En la década de 1990, poco después de su cierre, se abrió aquí el Museo de las Represiones Políticas Perm-36. Parte de la exposición está ubicada justo dentro del antiguo cuartel de la prisión.  Este es uno de los pocos lugares en Rusia que ofrece una visión genuina de cómo era realmente la vida en prisión. 

5. Vorkutá

En los años 30, se enviaron brigadas de prisioneros para extraer el carbón de los yacimientos recién descubiertos. Fue así como surgió uno de los campos más grandes y destacados de la URSS. Los prisioneros construyeron ferrocarriles y minas, y extrajeron carbón en las condiciones absolutamente inhumanas del lejano norte de Rusia.  

En 1989, el museo y centro de exposiciones de Vorkutá se convirtió en una de las primeras exposiciones sobre la historia del gulag que apareció en la Unión Soviética.  Hoy en día, hay un recorrido llamado Círculo de Minas de Vorkutá, que sigue los pasos de los prisioneros y para se ha desarrollado una aplicación móvil con realidad aumentada. 

La propia ciudad de Vorkutá, una de las más grandes del Círculo Polar Ártico, fue construida básicamente por prisioneros del gulag.  Hasta la actualidad sigue siendo una ciudad de una sola industria, la minería del carbón.  No lejos de Vorkutá se encuentra la ciudad fantasma de Yur-Shor, escenario del mayor levantamiento de un campo en la historia soviética, además de un cementerio conmemorativo para los mineros que perecieron en Vorkutá.

6. Kolimá

La región se extiende a lo largo del río Kolimá en el Lejano Oriente ruso.  Es conocida por sus minas de oro y los horrores descritos por Varlam Shalamov en sus Relatos de Kolimá. 

En la foto:  Campamento de Butugichag (que se traduce del idioma evenki como “valle de la muerte) en Kolimá, 1997

Además, se extrajeron valiosos minerales en Yakutia, Kamchatka y la región de Magadán, así como uranio radiactivo.  Los prisioneros trabajaban prácticamente con las manos en el helado permafrost. También construyeron la ciudad de Magadán. 

Varios cuarteles y torres de vigilancia de prisiones yacen abandonados en todo el territorio de la actual Kolimá, mientras que Magadán es ahora una ciudad pesquera y de construcción de maquinaria.

En la foto:  El campamento de Dnieper y una mina en la región de Magadán, 2014

7. Campos de Chukotka

El descubrimiento de una rica veta de estaño fue posible gracias a los campos de trabajos forzados que abrieron los soviéticos en este remoto lugar. Se estableció una industria minera del metal, alrededor de la cual se construyeron pueblos, ciudades e infraestructuras. 

En 2015, los empleados del Museo de Historia del Gulag fueron en una expedición a Chukotka para explorar lo que quedaba de los campos donde los prisioneros habían trabajado como esclavos para extraer, entre otras cosas, uranio radiactivo (sin ropa protectora, por supuesto). Muchos de los antiguos cuarteles yacen abandonados. Un espectáculo aterrador...

En la web del museo hay más fotos y vídeos de las expediciones. El museo ofrece un tour en 3D de estos sitios con gafas VR.

8. Campo de trabajo correctivo de Baikal-Amur (Bamlag)

En cuanto al número de prisioneros, el campo de Bamlag fue el más grande de la historia soviética. En 1938 llegó a contar con 200.000 internos. 

Encargados de desarrollar el territorio de Transbaikal en el Lejano Oriente ruso, se dedicaron principalmente a la construcción del ferrocarril de línea principal Baikal-Amur (BAM). Sin embargo, el proyecto estuvo paralizado durante la Segunda Guerra Mundial y solo se completó en la década de 1980. Hoy en día, el único recuerdo de los campos es el propio BAM, que es uno de los ferrocarriles más largos del mundo. En la ciudad de Svobodni, en la región de Amur, los residentes locales consiguieron que se instalara una piedra conmemorativa en honor a los que perecieron.

De la Guerra Civil española al infierno del gulag.