¿Se enfrentó la caballería soviética a tanques alemanes durante la Segunda Guerra Mundial? (Fotos)

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Durante la Segunda Guerra Mundial, la caballería soviética golpeó al enemigo en su corazón. Como verdaderos saboteadores, los hombres de las unidades de caballería hicieron incursiones sorpresas detrás de las líneas enemigas, destruyendo centros de mando y almacenes del Ejército alemán, bloqueando carreteras y cortando comunicaciones vitales.

A finales de la década de 1930, el mundo se dio cuenta de que la época de las cargas de caballería había terminado, y que las guerras futuras serían enfrentamientos entre tanques y unidades mecanizadas. Siguiendo esta doctrina, los líderes soviéticos redujeron significativamente el número de unidades de caballería en el Ejército Rojo. Entre 1938 y 1941, 19 divisiones de caballería fueron disueltas. 

La invasión alemana, sin embargo, demostró que los soviéticos habían prescindido de su caballería demasiado pronto. Sorprendentemente, las unidades de caballería resultaron ser las más resistentes de las unidades soviéticas durante la catástrofe de 1941. Independiente de las carreteras y de los suministros de combustible, una caballería maniobrable y rápida podía atravesar sin ser detectada bosques aparentemente impenetrables y tomar al enemigo por sorpresa, realizando contraataques o cubriendo a las tropas soviéticas en retirada.

Al darse cuenta de su efectividad, el comando del Ejército Rojo ordenó que se establecieran docenas de nuevas divisiones de caballería. Durante la batalla de Moscú en 1941-42, un cuarto de todas las tropas que defendieron la capital soviética eran de este tipo. 

Cuando el Ejército Rojo comenzó su contraofensiva cerca de Moscú, la caballería a menudo actuaba en maniobras de distracción. Aparecía detrás de las líneas enemigas, atacando centros de mando y almacenes del Ejército, bloqueaba carreteras y cortaba comunicaciones.

En la mayoría de los casos, durante la Segunda Guerra Mundial un ataque directo de la caballería se traducía en un suicidio seguro. Por eso los jinetes soviéticos lucharon como infantería, usando los caballos como medio de transporte y manteniéndolos en un lugar seguro durante el combate.

Si se daba el caso de que la desmoralizada infantería enemiga se retirase en desorden, un ataque de caballería era más que bienvenido. Los jinetes podían acabar con el oponente con sus afilados sables, conocidos como shashki.

En 1943, el cuerpo de caballería soviético sufrió una importante modernización. Fue equipado con unidades antitanque, artillería y regimientos antiaéreos, de reconocimiento y de señalización. Así, la caballería aumentó significativamente su potencia de fuego, permitiéndole mantener las posiciones capturadas durante mucho más tiempo, sin necesidad del apoyo de tanques o infantería mecanizada.   

La Unión Soviética no habría podido mantener sus unidades de caballería durante mucho tiempo si no hubiera sido por la ayuda mongola. Durante todo el período de la guerra, este país de Asia oriental proporcionó a las filas soviéticas casi 500.000 caballos, fáciles de mantener y resistentes.

Incluso al final de la guerra, cuando los tanques dominaban completamente los campos de batalla, la caballería no desapareció. El Día de la Victoria fue celebrado por siete cuerpos de caballería del Ejército Rojo, seis de los cuales ostentaban el título honorífico de “Guardias”.

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