Serguéi Prokudin-Gorski (1863-1944) fue un químico y fotógrafo ruso. Se hizo famoso por sus trabajos pioneros en la fotografía en color y dedicó toda su vida al avance de la fotografía en general.
Viajó por Rusia con un vagón con cámara oscura que le proporcionó el zar Nicolás II y dos permisos que le daban accesos a zonas restringidas.
Entre 1905 y 1915, Prokudin-Gorski vivió y trabajó en Daguestán donde fotografió paisajes montañosos, pequeñas aldeas y residentes locales.
En 1890, Prokudin-Gorski se unió a la sociedad fotográfica más antigua de Rusia, la sección fotográfica de la Sociedad Tecnológica Imperial de Rusia.
Prokudin-Gorski, durante muchos años, envió a otros científicos y fotógrafos de Rusia, Alemania y Francia trabajos fotográficos, publicaciones y muestras de diapositivas que le valieron numerosos elogios.
Prokudin-Gorski consideró el proyecto como el trabajo de su vida y continuó con sus viajes fotográficos a través de Rusia hasta la Revolución de 1917.
Las fotografías de Prokudin-Gorski muestran un vívido retrato de un mundo perdido: el Imperio ruso en vísperas de la Primera Guerra Mundial y la Revolución.
Daguestán, en su traducción del túrcico significa, tierra de montañas.
Daguestán es hoy en día una república autónoma dentro de la Federación Rusa. Antes de la Revolución y desde su anexión en 1860, este territorio era parte del Imperio ruso.
A partir de 1860 estuvo gobernado tanto por gente local como por la policía del estado. Después de la Revolución de 1917, Daguestán (a partir de 1921) se convirtió en parte de la URSS como República Autónoma Soviética.
Prokudin-Gorski bautizó a sus retratos fotográficos de gente con vestidos nacionales como Tipos de Daguestán.
Un hombre y una mujer posando con el vestido tradicional para un retrato hecho en el distrito de montaña de Gunib en la vertiente norte del Cáucaso. Gunib es hoy en día parte de la República de Daguestán.
En Daguestán viven diferentes pueblos como los ávaros, lezguinos, nogais, cumucos y tabasaranos. En esta foto aparece un suní de etnia desconocida luciendo su vestimenta tradicional, con tocado y daga en su funda.
El lugar donde fue encerrado Shamil, quien era el líder de los pueblos de las montañas del Cáucaso y es conocido principalmente por haber unificado a los pueblos en Daguestán occidental y Chechenia a mediados del siglo XIX.
La hospitalidad es una tradición sagrada en el Cáucaso, las espléndidas comidas y la calidez de la gente lo convierten en un lugar extraordinario para aquel que tenga ls suerte de convertirse en su huésped.
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